Esta semana Shakira nos sirvió uno de sus mejores hits de los últimos años y no fue una canción dedicada a ningún ex, sino su crítica inesperada a la película de Barbie, cuya cualidad polémica parece inagotable. ¿Qué mejor para las que se quedaron Yasín-Sueldo, que encontrar un bálsamo de sosiego en un drama ridículo, que involucra un crossover entre la shak y Barbie? La patria nos necesita enteras, y si eso significa disociar de nuestra realidad precarizante saliendo a defender a capa y espada la película de Barbie como si eso fuese nuestra nueva misión en la vida, bienvenido sea. Ahora sí, sumerjámonos en las aguas rosas y pegajosas de la cultura pop, que a esta altura están más densas que un caldo de Chernobyl. Y nos fascina relamernos en ellas; digamos todo.

A esta altura es de público conocimiento que Shakira removió las placas tectónicas de internet diciendo en su última entrevista que no le gustó nada la película de Barbie, ni a ella ni a sus hijos, Sasha y Milán. En el marco de su tour de prensa por la presentación de su nuevo disco, “La mujeres ya no lloran”, que es un compendio de sus dardos envenenados contra Gerard Piqué, la colombiana sorprendió a sus fans en una entrevista para la revista Allure.

El reportaje, redactada por Patricia Alfonso Tortolani, se titula “El feminismo loba de Shakira: Una clase magistral sobre cómo transformar el dolor en dominación mundial”, y es una ponencia sobre cómo una crisis matrimonial puede empoderar a cualquier mujer para que pase de ser una cornuda a una business woman poderosa, entrepreneur, empoderada, self-made y resiliente. Una power girl feminista pues empoderada, que no necesita más que reír, amar y soñar para solita reinventarse y dominar el mundo, que en lenguaje Shakira puede significar desde ganar un Grammy hasta ponerte un empendimiento de velas de soja. Aunque sabemos que son el 1% las que van a facturar lo suficiente como para limparse las lágrimas en un Lamborghini, la premisa del feminismo Shakira es que todas podemos si trabajamos súper duro. Bueno, al menos todas podemos ser cornudas, eso un buen punto de partida.

En la charla con Allure la barranquillera explicitó su misión, que ya había dejado clara en otros reportajes: “Quiero que esta música construya puentes, empodere a las personas, ayude a las mujeres a descubrir sus propias fortalezas”. Pero la charla tomó un giro inesperado cuando dijo que a sus hijos la película de Barbie, (que fue una de las manifestaciones del feminismo mainstream del 2023), no les había gustado, ya que les pareció “castradora”. “Me gusta la cultura pop cuando intenta empoderar a las mujeres sin privar a los hombres de su posibilidad de ser hombres, de proteger y proveer también. Creo en darle a las mujeres todas las herramientas y la confianza de que podemos hacerlo todo sin perder nuestra esencia, sin perder nuestra feminidad. Creo que los hombres tienen un propósito en la sociedad y las mujeres también tienen otro propósito. Nos complementamos y ese complemento no debe perderse”, dijo la barranquillera.

Esta frase llegó dos minutos después de que haya dicho que la figura de Eva había sido creada por “misóginos” que quieren poner a las mujeres en una “pequeña caja” para “permanecer en silencio”, no decir lo que piensan y no ser “un catalizador del cambio”; concluyó, antes de manifestar: “Creo que hay algo refrescante en las mujeres cuando logran ser ellas mismas y no pedir disculpas. Porque hemos tenido que disculparnos muchísimas veces en el pasado”. Luego de eso, reflexionó sobre Wonder Woman, que era su personaje favorito cuando era chica, porque representaba el empoderamiento pero Barbie no, no le gustó. Demasiado intransigente.

Es interesante este giro, porque hace más de un año que viene cuestionando su rol como “esposa de” Piqué, con quien estuvo casada diez años y por quién admitió que abandonó su carrera como cantante. Ahora parece ser que su marido no la domina, pero encontró nuevas figuras masculinas mini tiránicas a las que someterse: sus hijos. Porque recordemos que Shaki es, antes que nada, mamá de varones. Y si a los nenes no les gustó Barbie entonces a ella tampoco le iba a gustar. Son varones, pero también son sensibles y vulnerables, y exponerse a Barbie, una película que comenta de forma irónica el patriarcado, sin dudas puede dañarles su ego frágil. ¿Alguien quiere pensar en los nepo babies? Por favor. Shakira tiene que protegerlos del adoctrinamiento de las feministas, porque ella es femenina, no feminista. Y aunque diga que Eva fue inventada por misóginos, al fin y al cabo varones y mujeres tenemos roles que cumplir y es conveniente respetarlos, no sea cosa que los varones, sobre todo los niños, se sientan tristes y castrados, mareados por no saber cuál es su lugar en la sociedad.

Creo que los hombres tienen un propósito en la sociedad y las mujeres también tienen otro propósito. Nos complementamos y ese complemento no debe perderse”, dijo la loba. ¿Cuál es ese propósito? ¿Dominar el mundo, pero sin traicionar nuestro rol de género? Shakira, plis, nos estás confundiendo. No tenemos tiempo para tus acertijos, ¿qué nos estás queriendo decir? ¿Que finalmente familia es mamá y papá y que Donald Trump tiene la razón cuando dijo la semana pasada que hay que volver a la religión de forma urgente? ¿Que ser feminista es tirarle veneno a la que te birló el marido y te comió la mermelada, porque la infidelidad es una transgresión imperdonable y un crimen contra la humanidad?

Atención, chicas. Es momento de volver a las bases. Es momento de volver a releer a los clásicos. Es momento de regresar a Paulina Rubio, que nos enseñó feminismo para todos y todas. Porque mientras Shakira le hacía canciones a Antonito de la Rua, la chica dorada cantaba: “Tienes una falsa idea del amor, nunca fue un contrato ni una imposición. Y aunque te quiero cada vez más, de un modo que no puedes ni sospechar: yo no soy esa mujer que no sale de casa, y que pone a tus pies lo mejor de su alma. No me convertiré en el eco de tu voz, en un rincón. ¡Yo no soy esa mujer!”, chupate esa mandarina, Brigitte Vasallo.