Ni muy muy, ni tan tan. O “ni amigos ni enemigos”. Sin definiciones tajantes, pero con diferencias cada vez más profundas, la relación entre la Unión Cívica Radical y el PRO transita uno de sus momentos más tensos en la provincia de Buenos Aires. El chispazo que encendió una mecha de metraje incierto fue el conflicto por la distribución del Fondo de Fortalecimiento Fiscal Municipal, donde varios intendentes amarillos afirman haber sido perjudicados por la fórmula votada a fines de 2023.

“Para Mar del Plata es una diferencia de mil millones de pesos”, dice un diputado radical por las quejas que llegan a la Legislatura de parte de Guillermo Montenegro, intendente de General Pueyrredón.

Para el mismo legislador la solución pasa por donde, considera, se originó el altercado: los intendentes. Es que las negociaciones con el Ejecutivo provincial sobre el monto y las condiciones para distribuir los 116 mil millones que componen el Fondo estuvieron en manos de Maximiliano Suescún de Rauch por el lado del radicalismo y Diego Valenzuela de Tres de Febrero del PRO.

“Esto es como la coparticipación nacional donde la propuesta tiene que venir de los gobernadores, así que nosotros esperamos que la solución a este problema llegue de los intendentes”, agregó en diálogo con Buenos Aires/12.

Un intendente radical no dejó dudas ante la consulta de este medio: "¿Cómo vamos a cagar a alguien nosotros que somos el bloque más chico?" Y remarcó: "Esto se negoció entre todas las partes, con los representantes del PRO y Unión por la Patria y se consensuó esta fórmula".

Reconoció que, en otras oportunidades, el reparto de otros fondos contempló en la fórmula para la distribución a la capacidad de recaudación de las intendencias, un factor que favorece a los distritos más populos. "No sé por qué no se incluyó esta vez, pero lo seguro es que se acordó con todos", aseguró. 

¿Qué pasó?

“El quilombo siempre estuvo en Diputados”, suelta un legislador de la Cámara Alta. Es que allí primó la discusión en diciembre del año pasado y hoy volvió a tener un nuevo capítulo con el proyecto presentado por el bloque del PRO comandado por Agustín Forchieri para modificar el índice por el cuál se calculan los recursos que le corresponden a cada uno de los municipios.

“Hay que reconocer que Forchieri nos dijo en diciembre que iba a presentar un proyecto para modificar la fórmula”, advierte otro diputado del PRO.

Sucede que, a fines del 2023, en el marco de las negociaciones por la aprobación de la Ley Fiscal Impositiva y el endeudamiento solicitado por el Ejecutivo provincial, se creó un Fondo de 116 mil millones pesos no reintegrables. Su sanción, bajo la Ley 15.480, estableció que el reparto se basa en el Coeficiente Único de Distribución (CUD) del 2024.

Desde el PRO aluden que esta herramienta favorece a los municipios más chicos, particularmente del interior bonaerense, que en el grueso de la oposición son gobernados por el radicalismo. Esta situación, dicen en la UCR, la plantearon a último momento de la votación, por lo que no se lograron generar las condiciones para su modificación y, ya navegando la madrugada tras una larga sesión, se optó por dejar para más adelante un posible cambio de fórmula.

En febrero se depositó la primera cuota del Fondo y las premoniciones de los intendentes amarillos, dicen en el PRO, se materializaron. Mar del Plata, Pergamino, Tres de Febrero, San Isidro, Vicente López o Junín, todos en manos del macrismo y con una población que va desde los cien mil a más de un millón de habitantes, recibieron menos fondos que con una fórmula que contemple su aporte recaudatorio.

Por eso, en diciembre, según cuentan entre las filas del PRO, el acuerdo consistía en tomar dos variables. "Un 50 por ciento del fondo que se reparta en base al CUD y el otro 50 por ciento en base a los recursos provenientes de los ingresos corrientes de cada municipio", explican. "Pero se cambió y se hizo 100 por ciento CUD”, apuntaron. 

El CUD es el coeficiente que determina, también, el reparto de los fondos coparticipables provenientes de la provincia. Su principal variable es la salud. Esta variable se nutre, en gran medida, de la cantidad de camas para internación con las que dispone un municipio en su sistema de salud local. En los municipios grandes, ese número se reduce por la presencia del sistema de salud provincial. 

“Así, un distrito chico con un hospital municipal recibe, proporcionalmente, muchos más fondos que un distrito grande que lo supera en cinco o diez veces su población, recauda más y aporta más a la provincia”, apuntan desde el macrismo.

Las fuentes consultadas por este medio contaron un mismo escenario: “Nos enteramos de esto durante la votación”. 

¿Hay solución?

Hoy no se vislumbra una solución a corto plazo entre ambos partidos, pero tampoco hay indicios de que el proyecto legislativo firmado por Oriana Colugnatti avance. Se intentó tratar sobre tablas, pero la moción fue rechazada en la última de reunión de labor parlamentaria y se decidió que transite el correspondiente camino por comisiones. Presupuesto, Asuntos Municipales, Asuntos Constitucionales y Legislación General deberán, entonces, emitir dictamen.

“Para que tengan más ingresos los municipios grandes hay que quitarle a los más chicos, y en la Legislatura la representatividad de los distritos chicos es mayor”, le dice a este medio legislador que suele estudiar los números de los recintos. A priori, la Cámara de Diputados está compuesta de 92 bancas, donde 41 responden a la primera, tercera y octava sección, mientras que 51 son del interior.

De todas maneras, la división conurbano e interior pierde un poco de peso, teniendo en cuenta los grandes distritos del interior como General Pueyrredón en la quinta o, también, algunos chicos como Brandsen o San Vicente inmersos en la populosa tercera sección.

La importancia de este punto no pasa desapercibido en el PRO porque confían en la permeabilidad de Unión por la Patria para tratar el proyecto ante un escenario de vacas flacas producto de la motosierra, licuadora y elementos contundentes y diversos aplicados por la Nación que desguazan las arcas municipales.

¿Por qué habría una permeabilidad? Porque los distritos titánicos del conurbano podrían verse beneficiados, según su lectura, tal como el caso de Mar del Plata.

De todas formas, según pudo averiguar este medio, la postura del oficialismo es clara. “La Ley se aprobó y salió por acuerdo”, dice un diputado de ascendencia en las decisiones del bloque de UxP en Diputados. “Hasta acá, nuestro espacio político no nos planteó preocupaciones por el tema, sí sabemos que ellos si lo están”, apuntó.

Pero abrió una puerta: “Cualquier modificación va a contar con nuestra voluntad de sentarnos a conversar y ver cuál es la síntesis para alcanzar un nuevo acuerdo en caso que se necesite, así que no habría problema de discutirlo”.

El rol del oficialismo no es menor, ya que es la llave para poder obtener los números necesarios en ambos recintos para llegar a buen puerto en una modificación de estas características. Para ello, es necesario contar con los dos tercios en ambas Cámaras.

¿Cómo queda el vínculo?

A lo largo de estos meses la convivencia en el interbloque de lo que fue Juntos en la Cámara de Diputados tuvo sus ruidos. En el Senado ni siquiera funciona como interbloque, una figura que, de todas maneras, no existe en la Legislatura provincial tal cómo sí sucede en el Congreso de la Nación.

Las diferencias residen en cuán empático es el macrismo con Javier Milei. Algunas bancas dentro del PRO tienen un discurso cada día más violeta, tal como se percibe en las sesiones. A su vez, el presidente del bloque es Forchieri, hombre de Diego Santilli.

Según pudo confirmar este medio, la visión de Santilli de cara a las elecciones legislativas en la provincia de Buenos Aires es de un “todos juntos para sacar al kirchnerismo”. Ese todos juntos baraja como alternativa una “convergencia” entre el PRO y La Libertad Avanza, a la luz de los resultados de octubre 2023 donde entre ambas fuerzas podrían haber superado al peronismo.

Resta por saber cómo será la reacción del radicalismo ante una eventual alianza de sus ex socios en Juntos por el Cambio. Lo claro es que en todas las conversaciones con dirigentes radicales siempre remarca la necesidad de ser opositores a Milei.

 

“Con la movilización por las universidades nacionales quedará más fortalecido el rol opositor de la UCR a Milei”, confiesa un diputado que, un mes atrás, vaticinó que el radicalismo iba a confluir en el momento que el Gobierno nacional ataque a las universidades. “La vi”, dice.