El conflicto diplomático generado con España por el presidente Javier Milei no hace más que generarle alegrías, podría concluir alguie que se guiara por sus expresiones públicas de júbilo y de haber llegado "surfeando en lágrimas socialistas". Los dirigentes conocedores de la diplomacia y los especialistas de este lado y del otro del océano observan la "antidiplomacia" de Milei como un intento de erigirse como "el gran interlocutor en América Latina para la ultraderecha europea". Consistente con su discurso, lo que Milei hace -coinciden- rompe con todo lo hecho hasta aquí por presidentes argentinos de distintos signos políticos desde 1983 a la fecha. Para algunos analistas, esto lleva a un consecuencia "aislamiento del mundo" de Argentina, que no será rápidamente reversible.

Guillermo Carmona, ex secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur en la Cancillería Argentina, observa que "es muy evidente que La Libertad Avanza usa calificaciones que no son propias de esta época, sino que son propias de la guerra fría. Por ejemplo, cuando hablan de las democracias del mundo libre o cuando algunos funcionarios hacen referencias al mundo occidental y cristiano". "En cuanto a la orientación de la política exterior del Gobierno de Milei, se ha resaltado su extremismo ideológico, lo cual provoca un dogmatismo en el diagnóstico de la situación mundial y en la calificación de los distintos gobiernos. Está marcado por un fuerte maniqueismo: todos son o buenos o malos, o blancos o negros y no se ven los grises de la política internacional. En definitiva, una visión extremadamente ideologizada y sin sustento en la realidad del escenario mundial", analiza. 

"En cuanto a las prioridades de la política exterior es el alineamiento con Estados Unidos e Israel. Es muy evidente que también consideran a Gran Bretaña y esto es muy importante en la cuestión Malvinas. Tiene un abordaje desmalvinizador", destaca Carmona. "Plantean una política hacia la región que están marcadas por prácticas desintegradoras del bloque regional y por prácticas abiertamente rupturistas, con una agresividad que no se vio en la región desde la recuperación de la democracia", remarca el ex diputado.

"Todos los presidentes de la Argentina desde 1983 hasta ahora practicaron una diplomacia presidencial, que implicaba privilegiar la relación con países de la región, con Estados Unidos y la apertura a otros países del mundo. Todos se manejaron de forma más o menos destacada, pero en todos los casos la diplomacia estuvo presente", señala. "Milei es el primero que no solo no practica la diplomacia presidencial, sino que asumió una política de confrontación, de rupturismo nunca antes vista. Y para colmo esto lo comparte su canciller. El resultado es ineludible: el aislamiento de la Argentina de buena parte del mundo. No solo con España, sino que esto tiene consecuencias en la relación argentina con Europa".

Lo llamativo es que Milei estaría de acuerdo, y hasta feliz con esa descripción, que coincide con su mirada de que viene a romper todo lo anterior.

Desde Españal, observan algo similar: "Milei vino a apoyar a su amigo Santiago Abascal, de VOX, de cara a las elecciones europeas. Y a mostrarle a la ultraderecha que el es su interlocutor en América Latina", considera ante este diario Gerardo Pisarello, diputado español y ex vicealcalde de Barcelona. "De paso, vino a visitar a los empresarios de los que seguramente le habló José María Aznar cuando estuvo en Buenos Aires y que esperan con mucho entusiasmo el RIGI, para quedarse con los negocios resultantes del remate nacional. Lo recibieron junto con el hijo de Aznar. A sectores interesados en lo energético, en el litio, en la banca. Pero se generó un cierto cortocircuito con su violencia verbal. Eso molestó a los empresarios, que se vieron obligados a distanciarse de Milei. Lo ven como un personaje poco confiable. Eso a las grandes comporaciones no les atrae demasiado", remarcó sobre las críticas que expresaron empresarios españoles. "E incluso generó incomododidad en el Partido Popular, que teme que esto refuerce a Sánchez frente a las elecciones europeas", indicó Pisarello. 

"Milei reemplazó la defensa de los intereses nacionales por la provocación y el insulto. Esto solo aísla a la Argentina. Prefiere ser tendencia en redes sociales que traer inversiones o aumentar exportaciones. Elige el aplauso fanático a una posición constructiva sobre la convulsionada y diversa agenda global", aseguró el excanciller y actual diputado Santiago Cafiero, consultado por este diario.

En diversos artículos el politólogo Juan Gabriel Tokatlian da cuenta de que Milei se basa, a sabiendas o no, en ciertas doctrinas conservadoras como la del choque de civilizaciones de Samuel Huntington. "Desde el 10 de diciembre de 2024, el presidente Milei ha hecho varios periplos internacionales y ha tenido encuentros con diversas personalidades y líderes; ha participado con alocuciones altisonantes en foros ideológicos; (...) ha expresado su llamada doctrina de política exterior; ha insultado a algunos mandatarios y manifestado su desagrado con ciertos países; ha formulado claramente sus preferencias en materia internacional; se ha separado de algunas de las líneas históricas de la diplomacia argentina en el terreno bilateral y multilateral; ha impuesto un marcado personalismo en el manejo de los posicionamientos mundiales y regionales; y ha confundido, en ocasiones, el interés personal con el interés nacional. En todos estos hechos, dichos y votos se despliegan de manera contundente tanto el retorno a la idea del choque de las civilizaciones, como el papel de la religión y del pensamiento reaccionario en la política exterior", remarca Tokatlian en un artículo publicado en el portal Cenital.

"Su presunción de que el eje principal de la pugna internacional se resume en otro combate –el de las democracias versus las autocracias– deja ver una mirada limitada y superficial de los asuntos mundiales", advierte el profesor penario de la Universidad Di Tella, que no deja de advertir que esa mirada es compartida por líderes regionales que vienen ganando en votos en Europa. "De allí que Milei sea parte de una suerte de 'coalición de reaccionarios'; algo que genera atención mediática internacional y convoca a apostadores del mundo de las finanzas y a filántropos de causas retrógradas", desecribe.