Querida Cristina
Desde Brasil, desde una nueva Caravana de Lula, esta vez en Río de Janeiro, te escribo para agradecerte.
Agradecerte porque he vivido en Argentina, dirigiendo a Clacso, y pude ver tu capacidad de dirigir al país, rescatarlo, junto a Néstor, de la peor crisis de su historia. Pude convivir con el orgullo recuperado de los argentinos, que volvían a creer en su país porque veían cómo el potencial de Argentina se trasformaba en realidad.
Agradecerte porque pude ver cómo una mujer que ha perdido a su querido compañero supo recobrar fuerzas y mostrar cómo un país en manos de una mujer de valor tiene a su pueblo cuidado, tiene su soberanía garantizada, tiene la justicia social protegida. Pude ver cómo una Presidenta logra conversar todo el tiempo con el pueblo, oírle y hablarle con la razón y con el corazón.
De repente veo que los chacales no soportan tu éxito, no soportan que hayas sido una Presidenta amada por el pueblo. Que hayas recuperado el país que ellos habían llevado a la quiebra.
Les duele demasiado que haya sido una mujer la que ha hecho respetar a la Argentina en el mundo. Que haya sido una mujer quien ha logrado que Argentina tuviera excelentes relaciones con los países vecinos y hermanos.
Los chacales no soportan que tengas el amor del pueblo argentino y te acusan de todo con tal de teñir tu imagen en la opinión pública, mediante medios monopólicos que siguen teniendo miedo de que sean democratizados los medios de comunicación.
Los chacales quieren quitarte la libertad por haber defendido los intereses de Argentina, acusándote de traición a la patria. Creen que defender los intereses de Argentina es traicionar al país. Ellos, que entregan todos los días el pais a los grandes pulpos especulativos internacionales.
De Brasil te mando el abrazo fraternal y solidario de tantos brasileños que, como yo, te admiran y están junto a ti también en estos momentos injustos, que sabrás superar con dignidad, como superaste tantos otros momentos.