Sábado, 8 de octubre de 2016 | Hoy
EL MUNDO › EL SIGNIFICADO DEL PREMIO, SEGUN ANALISTAS INTERNACIONALES
Los expertos coinciden en que representa un apoyo a Santos y un aporte de la comunidad internacional para fomentar la negociación. Sin embargo, algunos advierten que debería haber sido entregado también a las FARC.
El proceso de paz en Colombia recibió ayer un espaldarazo con el premio Nobel de la Paz al presidente Juan Manuel Santos, según analistas consultados por este diario. Coinciden en que representa un además un aporte de la comunidad internacional para fomentar la negociación. Sin embargo, algunos advierten que debería haber sido entregado también a las FARC.
“Hoy el Nobel otorgado a Santos es quizás la mejor forma que tiene la comunidad internacional para decirle a Colombia que tiene que seguir adelante en el proceso de paz. No hay otro camino”, asegura a Página/12 el profesor plenario de la Universidad Di Tella, Juan Gabriel Tokatlian. Pero admite que existe un dilema, debido a que parte de la sociedad, aunque sea una pequeña porción, no quiere escuchar ni entender eso. Y considera que la reapertura de lo ya pactado será la defunción de lo acordado. “Santos hoy tiene una nueva oportunidad de revitalizar el propósito de la paz. Pero su ventana de oportunidad es breve. La combinación de apoyo persistente de la comunidad internacional y de activa movilización pro-paz en el país son esenciales pues algunos, no todos, los promotores del NO pretenden dilatar y horadar el proceso en curso”, agrega el sociólogo.
Según el Comité Noruego del Nobel, se decidió premiar con el Nobel de la Paz del 2016 al presidente Santos “por sus decididos esfuerzos para finalizar en Colombia una guerra civil que lleva más de 50 años.” Una guerra que costó la vida de al menos 220 mil colombianos y desplazó alrededor de seis millones de personas. Para el Comité, el premio debe entenderse “como un tributo al pueblo colombiano, que a pesar de las grandes dificultades y abusos, no se dio por vencido en encontrar una paz justa y también para todos los partidos políticos que contribuyeron al proceso de paso.” A su vez, el comité confirmó que es un premio para todas las víctimas de esa guerra civil.
Para Gabriel Puricelli, coordinador del Programa de Política Internacional del Laboratorio de Políticas Públicas, no resulta sorprendente que Santos haya recibido el premio, porque es el líder que en los últimos tiempos dio pasos consistentes en dirección de la paz para ponerle fin a un proceso de tan largo plazo. “El Comité Nobel vuelve a tomar la decisión de reconocer y de influir. El premio se dio a una persona con mérito, con el detalle de que acababa de sufrir una derrota en el referéndum. Entonces, constituye un aporte a la consolidación del proceso de paz”, afirma a este diario. Santos no es el primer Nobel a quien se le reconoce una actividad concreta en favor de la paz a pesar de haber tenido protagonismo en el conflicto previo, agrega Puricelli. “Se inscribe en una tradición. El Comité premia esfuerzos concretos en pro de la paz independentiemente de la trayectoria de esa persona”, concluye el politólogo.
En esta línea, el profesor consulto de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA Mario Toer remarcó que de parte del presidente colombiano y de la gente que participó del proceso de negociación durante cuatro años, hubo un gran empeño y un acompañamiento en los diferentes compases que presentó el proceso. “Santos se distanció de los intereses que históricamente representó, sin ignorar que los que ganan con la paz son muchos y que también otros hacen negocio. Santos y su equipo hicieron un esfuerzo sostenido. Merecimientos existen”, dice a esta cronista. Sin embargo, hace un llamamiento de atención: “Hubo un exceso de confianza y una subestimación de lo que había construido en la opinión pública el ex presidente Alvaro Úribe. Van a tener que romper, desde el lado de la paz, con una postura instalada en buena parte de la opinión pública colombiana”.
Dentro de los análisis de la concesión del premio, existen también las posturas que consideran que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) merecían recibir el Premio Nobel de la Paz junto a Santos. La ex rehén de la guerrilla Ingrid Betancourt fue una de las voces que aseguró que, a pesar de que era duro para ella, los que la secuestraron se merecían haber recibido el premio. “Estoy muy, muy, muy feliz. Este reconocimiento da un impulso extraordinario, cimienta la paz en Colombia, ahoga y disminuye las voces de aquellos que querían ver abortar el proceso de paz. Con el premio a Santos están reconociendo esa transformación extraordinaria de las FARC, de ser un grupo terrorista vinculado con la droga a ser realmente un grupo de seres humanos convencidos de que pueden aportar a la paz’’, aseguró.
También para el historiador Leandro Morgenfeld el premio debió haber sido entregado no sólo al presidente, sino también a los mediadores y a las FARC. “Es problemático que se lo den a una sola parte. El verdadero espaldarazo era que se lo den a todos. Justo en el momento de mayor responsabilidad de Santos, es paradójico el premio. Se anuncia justo cuando recibe a Uribe y hacen presión a las Farc para que hagan más concesiones”, dice a Página/12. Aunque por otro lado, cree que el Comité está dando un respaldo al proceso de paz en un momento crítico en que se puede dar el reestablecimiento del conflicto.
“Las FARC también lo merecen”, coincide ante este diario el politólogo brasileño Emir Sader. El experto hace una relación con la entrega del premio para otras negociaciones, en el cual las dos partes fueron contempladas. “Cuando se dio el Premio Nobel de la Paz para las negociaciones de paz en Vietnam y en el Oriente Medio, las dos partes fueron contempladas,” señaló. “Las FARC también merecían recibir el Premio Nobel de la Paz, como la otra parte, sin la cual las negociaciones no se hubieran realizado”.
Informe: Florencia Garibaldi.
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