Sábado, 6 de diciembre de 2008 | Hoy
EL PAíS › JUAN PABLO CAFIERO HABLó DE SU ENCUENTRO CON BENEDICTO XVI
El nuevo embajador contó que el Papa se interesó por el impacto de la crisis internacional en la Argentina. También estuvo con el secretario de Estado del Vaticano, Tarcisio Bertone, y le planteó que se debe resolver el tema del obispado castrense.
Por Fernando Cibeira
Luego de un largo y tenso paréntesis, Argentina ya tiene un embajador acreditado en el Vaticano. Ayer, Juan Pablo Cafiero debió calzarse el protocolar jaquet y su correspondiente moñito blanco para entregarle sus cartas credenciales al Papa. Luego de tantas diferencias, Cafiero prefirió resaltar las coincidencias que tuvo con Benedicto XVI, centradas en la cuestión social. Asegura que el Pontífice se interesó por conocer cómo sobrellevaba Argentina la crisis internacional y preguntó por la presidenta Cristina Kirchner. Luego siguió el recorrido reuniéndose con el número dos vaticano, el influyente secretario de Estado, Tarcisio Bertone, a quien le recordó que todavía debía resolverse el conflicto en torno de la continuidad del obispado castrense.
–¿Cómo lo trató el Papa?
–La reunión fue muy positiva. El Papa habló en términos muy valorativos de la Argentina. Me preguntó cómo estaba pegando la crisis internacional, si había despidos, consultó muy en detalle sobre la situación.
–Su preocupación principal, entonces, fue por la marcha de la economía y el empleo.
–Exactamente, mostró preocupación sobre este tema. Conversamos también de otras cuestiones pero no se hablan los temas que no se pasen por escrito. Yo debo presentar por escrito lo que vas a decir como embajador y el Papa prepara una respuesta. Luego, L’Osservatore Romano publica ambas cartas. Quiero aclarar que en la carta el Papa no nos reclamó nada, de lo que habla es de robustecer el diálogo entre ambas partes.
–¿Hubo alguna mención específica a la reunión de Cristina Kirchner con la cúpula del Episcopado?
–No, eso se trató después, cuando hablé con el secretario de Estado, Tarcisio Bertone. Ahí hablamos de la Conferencia Episcopal, que se había producido una primera reunión y que había un clima de mayor distensión. Pero la postura principal del Papa en su carta, que es el título de L’Osservatore Romano, es “la defensa de la vida y la lucha contra la pobreza son valores irrenunciables”.
–En la carta el Papa dice que esos “valores irrenunciables” no queden “a merced de consensos partidistas”. ¿Cómo debe interpretarse?
–Bueno, eso es una tradicional postura de la Iglesia. El consenso de los partidos, según ellos, no puede modificar algo que sea una verdad absoluta.
–En el mensaje el Papa pide también la defensa de “la familia basada en el matrimonio entre un hombre y una mujer”. El Gobierno, en general, ha tenido una posición favorable a la unión civil que ya existe en algunos distritos como la Capital Federal. ¿Hay que entender que hay disenso, o coinciden en este punto?
–No sé, no se ha hablado nunca este tema. Yo lo que tenía era el mensaje de la Presidenta para el Papa y el cardenal Bertone con respecto al tema social, la preocupación y la lucha conjunta, y eso ha sido lo que transmití. Es lo que ha puesto el Papa de relieve y el título de L’Osservatore Romano, que indica cuál es la línea papal. Con respecto a la carta que yo le entrego al Papa, L’Osservatore Romano destaca lo de “seguir empeñados en una mejor distribución de la riqueza”.
–¿Qué otra cuestión tocó en su carta?
–Hablo también del tema de derechos humanos, hablo de la beatificación de Pironio, que fue amenazado por la Triple A y se tuvo que ir del país, y de la beatificación de los padres palotinos.
–El Papa también pide “la defensa de la vida humana desde la concepción”, en referencia al aborto. ¿En su carta no hizo ningún mención sobre ese tema?
–No, la Presidenta ya ha opinado sobre este tema.
–¿Que está en contra?
–Ya lo dijo.
–Pero el aborto fue justamente el origen de aquella pelea entre el ex ministro Ginés González García y el ex obispo castrense Antonio Baseotto. ¿No hay que esperar nuevas diferencias entonces?
–Es que la relación avanza por otro lado. Avanza porque para el Vaticano ya se designó embajador y queda superada esa ausencia. Bertone me puntualizó que para ellos ese punto era muy importante. Segundo, que coincidimos en lo social, en la lucha contra la pobreza y la inequidad, que es un campo de trabajo muy importante. Tercero, en la charla con el Papa surgió el tema de las persecuciones que sufren en distintos lugares las personas que practican religiones. Distintas religiones, no sólo la católica. En Irak, por ejemplo, ha habido 18 muertos. Por eso propusimos que la Argentina fuera un lugar de cobijo para quienes sean perseguidos por motivos religosos. Le dije que la Embajada estaría atenta a cualquier pedido de ese tipo que nos hiciera el Vaticano. Al Papa le interesó y tomó nota del ofrecimiento.
–¿Ya sea durante el diálogo o en su carta hizo referencia al conflicto por el obispado castrense?
–Con el Papa no se habló. Sí se lo mencioné a Bertone. El hizo una referencia a los temas pendientes de la relación y yo le dije “sí, el obispado castrense, que hay que resolverlo”. El me dijo que sí, que lo íbamos a ver.
–¿La posición del Gobierno es que hay que eliminarlo?
–La posición es clarísima. El militar profesionalizado no puede estar dentro de un ghetto en la sociedad. Es un profesional que debe vivir integrado en la sociedad como el resto de los ciudadanos. En consecuencia, quedamos en revisar este tipo de instituciones que reflejan los cambios sustantivos que se dieron en el ámbito militar en los últimos años.
–¿Le parece que se abrió una nueva etapa a partir de ahora en la relación entre el Gobierno y el Vaticano?
–Creo que sí. Por ahí es muy fuerte hablar de una nueva etapa. Hay una profundización de una etapa de una relación que ya se venía normalizando a partir del gesto de Cristina Kirchner de recibir rápidamente a la Conferencia Episcopal que había aprobado un documento en el que se pedía diálogo.
–¿Fue casual que el Papa lo recibiera el mismo día que se hizo el acto por los 30 años del conflicto por el Beagle?
–Fue una casualidad. El Papa lo mencionó, habló él del tema. Yo le conté de cuando éramos más jóvenes que vivíamos con la angustia de los gobiernos militares que en una aventura militarista casi provocaron una guerra.
–¿Se mencionó la posibilidad de que la Presidenta viaje al Vaticano?
–No, todavía de eso no se habló.
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