Miércoles, 6 de febrero de 2013 | Hoy
LA VENTANA › MEDIOS Y COMUNICACIóN
Iván Orbuch pone de manifiesto de qué manera la televisión pública aporta a la revisión histórica convirtiéndose así en una “televisión pedagógica”.
Por Iván Pablo Orbuch *
Luego del declamado “fin de la historia” –teoría neoliberal surgida tras la caída del Muro de Berlín, acuñada por Francis Fukuyama, y cuyos exponentes locales Carlos Menem, Fernando de la Rúa y Eduardo Duhalde siguieron a pie juntillas– nuestro país transita un nuevo tiempo en el que la Historia y la relectura de ciertos acontecimientos ocupan un lugar preponderante. Ese momento fundacional, que se corresponde con las presidencias de Néstor Kirchner y su continuadora Cristina Fernández, lo podemos situar en ocasión de la implementación, en el año 2006, del 24 de marzo como Día Nacional de la Memoria, por la Verdad y la Justicia. Otros hitos se sumaron a aquel inaugural: los numerosos pedidos de disculpas por parte de Cristina Fernández a Paraguay por la Guerra de la Triple Alianza; al decir de los historiadores liberales, de la “Triple Infamia”, mote impuesto por Juan Bautista Alberdi y recuperado un siglo después por Milcíades Peña, o “Triple traición” como dijo la propia Presidenta.
En relación a esta conflagración bélica, el año pasado la Televisión Pública emitió una serie documental titulada Guerra Guasú-La Guerra del Paraguay y también realizó en sus estudios dos debates a los que asistieron historiadores de prestigio como Hilda Sábato o Gabriel Di Meglio. El desarrollo autónomo, la hermandad latinoamericana y la reticencia de los caudillos de las provincias, apoyados fuertemente por el pueblo, a tomar parte de la contienda, emprendida por el gobierno oligárquico mitrista, es interpretado desde la óptica oficial como una variedad de situaciones que encuentran su correlato en la actualidad, donde la sustitución de importaciones, la defensa de la industria nacional y las buenas relaciones entre los presidentes latinoamericanos son hechos distintivos que signan estos tiempos.
El Día de la Soberanía Nacional, implementado como feriado en el año 2010, es otro intento del Estado por reivindicar situaciones normalmente ignoradas por la denominada historia oficial argentina. Los feriados por única vez de la batalla de Salta o del 200 aniversario de la creación de la bandera nacional se inscriben en esa misma lógica.
Dentro de estas acciones estatales, que no se agotan en las mencionadas, el 31 de enero de 2013 a las 0 horas, en cadena nacional, y tras el Himno –tal cual sucede en todos los feriados nacionales–, un video institucional de poco más de 6 minutos de duración se ocupó de dar a conocer la versión que el Estado tiene de la Historia, y en particular de la Asamblea del Año XIII. Un detallado análisis del mismo deja abundante tela para cortar. En efecto, en su desarrollo se puede apreciar que son numerosas las idas y vueltas entre imágenes de ese pasado que se pretende exaltar y de la actualidad, representado en la cara de trabajadores de distintos oficios. El Gobierno funge como una continuidad entre los principios que intentaron implementar los diputados reunidos en aquella Asamblea Constituyente y las diversas acciones gubernamentales actuales.
La reivindicación de San Martín, y en particular de Artigas, apoyados fuertemente por los sectores populares, no sólo puede ser interpretada como un ajuste de cuentas con la historiografía liberal, que normalmente omitió el accionar de dicho segmento social, sino como una suerte de empatía con los trabajadores, quienes sufrieron el tendal provocado por la implementación de políticas neoliberales que hicieron que la tasa de desocupación sea similar a la que hoy ostenta España, en contraste con la situación actual donde la tasa de desempleo se ubica por debajo de los 7 puntos. Las palabras igualdad e inclusión aparecen en repetidas oportunidades tanto en el video como en los discursos que brinda la presidenta Cristina Fernández, pero también en concretas acciones gubernamentales que gozan de alto consenso, como el reparto de las netbooks a docentes y alumnos de escuelas públicas y en la sanción de la ley que permite el matrimonio igualitario. La acuñación de moneda propia, característica de la Asamblea del Año XIII, y su mención como síntoma de independencia económica, no puede dejar de ser interpretado en relación a los múltiples ataques especulativos que sufre hoy la moneda local.
Creemos que el video es rico en analogías y simbolismos, donde pareciera ser que todos somos partícipes de la construcción de una nación libre, justa y soberana, tal cual se aprecia en el video, lemas eternos del peronismo, y un indudable guiño al partido mayoritario en un año electoral y de indudable importancia para el mapa político venidero.
* Docente de Historia (UBA-Unsam-Flacso).
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