Son los únicos privilegiados. Una minoría en un país empobrecido.
Representan apenas al 10 por ciento de la población pero, según
los últimos datos del Indec, concentran el 38,6 por ciento del ingreso
nacional y ganan 31 veces más que el 10 por ciento más pobre. Durante
la crisis se replegaron, pero la estabilidad económica los llevó
a modificar sus expectativas y recuperar lentamente sus viejos hábitos
de consumo. Analistas de mercado y empresarios consultados por Cash coincidieron
en afirmar que el sector de más altos ingresos es el principal responsable
del repunte de las ventas iniciado a fines de 2003 y consolidado durante este
año. Un estudio reciente de la consultora CCR afirma que el vértice
de la pirámide social lo integran las familias que ganan más de
3000 pesos mensuales, elite conformada por empresarios, profesionales independientes,
gerentes, microemprendedores y comerciantes exitosos. Ese sector es el que invierte
en el mercado inmobiliario, consume los paquetes turísticos más
selectos, adquiere los automóviles último modelo, equipa su hogar
con la mejor tecnología, saca fotos con los celulares, ostenta las mejores
joyas y compite con los turistas extranjeros por la adquisición de la vestimenta
de mayor distinción.
El mercado inmobiliario depende casi exclusivamente de los sectores altos y medios-altos
porque son los únicos que quedaron en condiciones de adquirir una vivienda
luego de la devaluación, debido a la suba de precios y a la escasez de
créditos hipotecarios. La mayoría de las nuevas construcciones se
concentran fundamentalmente en Puerto Madero y el corredor norte conformado por
Palermo nuevo, Belgrano y Núñez, donde los precios de las propiedades
están cerca de recuperar los valores en dólares de la convertibilidad
y en algunos casos hasta los superan. Un ejemplo son las unidades disponibles
en la torre Quartier Ocampo, ubicada en Libertador y Ocampo, por las cuales se
está pagando entre 5 y 10 por ciento más en dólares que a
fines de los ‘90. El aumento de la demanda también ha llevado a la
conformación de fideicomisos para suplir la falta de crédito bancario.
En Cabello, entre República de la India y Lafinur, un grupo de inversores
individuales está financiando la construcción de una torre Quartier
de 26 semipisos impulsada por el desarrollador Argencons. Ezequiel Camps, director
comercial de la firma, afirmó a Cash que “me llamó la atención
la cantidad de gente interesada. Reunimos los 26 inversores necesarios y quedaron
15 afuera para los que estamos pensando otros proyectos”.
En Puerto Madero Este también se vive un momento de auge. Entre los diques
2 y 3 y el río se están desarrollando varios complejos de vivienda
millonarios. César Méndez Chavarría, gerente de emprendimientos
de Tizado Propiedades informó a Cash que en agosto lanzarán la construcción
de la torre de viviendas Le Parq Puerto Madero y en octubre el emprendimiento
Miradores de Puerto Madero. Allí también es donde el empresario
Alan Faena anunció la construcción de cinco edificios residenciales
de lujo, un hotel y un complejo cultural.
La automotriz es otra de las industrias que está creciendo fuerte impulsada
por la mayor demanda, aunque desde pisos muy bajos. En el primer semestre se vendieron
a las concesionarias 148.035 automóviles, un 173,9 por ciento más
que los 54.047 de igual período de 2003. Horacio Delorenzi, director de
la Asociación de Concesionarios Argentinos destacó que la demanda
no proviene sólo de los sectores de altos ingresos. En el top ten de los
más vendidos durante el primer semestre hay varios modelos chicos como
Gol, Corsa y 206, aunque también hay vehículos más grandes
como Eco Sport, Polo, Siena y Focus. Además, los que crecieron mucho son
los vehículos de lujo que parten de un piso que oscila entre los 25 y 35
mil dólares según la empresa. Fuentes empresarias aseguraron a Cash
que entrelas ocho principales marcas proyectan vender 2400 autos, un 84 por ciento
más que los 1300 del año pasado. En el primer semestre, BMW aumentó
sus ventas de 115 a 383 unidades (283 por ciento), Audi creció de 245 a
500 (104 por ciento) y Land Rover pasó de 43 a 90 (109 por ciento). Los
temores generados por la inseguridad parecen haber quedado relegados frente al
placer de conducir un BMW 745i de 135 mil dólares, una 4x4 Free Lander
de 35 mil dólares o un Audi A4 sedan cercano a los 50 mil dólares.
El mayor consumo de los que más tienen también se expresa en la
industria del turismo. Cash consultó a varias agencias líderes donde
informaron que los paquetes turísticos de mejor nivel contratados por argentinos
crecieron cerca de 50 por ciento en estas vacaciones de invierno. Los viajeros
prefieren la nieve de Bariloche, Las Leñas y Chapelco o el calor del complejo
Costa do Sauípe, un paraíso de amplias playas al noreste de Brasil
donde abundan los cocoteros. El Caribe y Europa son otros destinos para los que
aumentó la demanda en las vacaciones, aunque en menor magnitud por el alto
costo del dólar y el euro. Tomás Ryan, presidente de la Asociación
Argentina de Agencias de Viajes y Turismo, aseguró a Cash que “se
está viendo un incremento en las salidas argentinas al exterior, pero también
aumentó la demanda de lugares exclusivos en Iguazú, en el camino
del vino en Mendoza, las provincias del noroeste y en la Patagonia”.
El equipamiento del hogar también aparece entre las prioridades. En una
encuesta reciente de la consultora Cicmas, el 60 por ciento de las personas de
clase alta reconoció estar invirtiendo para darle más confort a
su hogar. El Indec informó hace pocas semanas que durante el primer trimestre
la venta de electrodomésticos y artículos para el hogar creció
más de 100 por ciento, destacándose la venta de computadoras (169
por ciento), televisores, videocaseteras y DVD (149 por ciento). Los celulares
también crecen de manera espectacular. Para 2004 se espera, según
Prince & Cooke, un aumento de 3,5 millones de líneas. Mariano Nejamkis,
director de Marketing de CTI, aseguró a este suplemento que “entre
5 y 10 por ciento de ese total corresponderá a los teléfonos de
rango alto”. Esos celulares incluyen pantalla de 4000 colores, cámara
fotográfica, transmisión de datos a alta velocidad, cuestan alrededor
de 1000 pesos y son consumidos por los sectores de mayor poder adquisitivo. Además,
Nejamkis afirmó que “muchos de los teléfonos de rango bajo
son segundas o terceras líneas incorporadas por familias de ingresos altos”.
La Cámara Argentina de Grandes Marcas confirmó a Cash que la facturación
de los negocios de los shoppings aumentó un 30 por ciento en promedio durante
el año debido fundamentalmente a la demanda de los turistas y de las familias
de más recursos. La vuelta al consumo de la clase alta también puede
verse en la paqueta avenida Alvear, donde abren sus puertas tiendas exclusivas
de renombre internacional. Liliana Chevallier, directora de la casa francesa Cartier,
aseguró que la venta de joyas y relojes en su local aumentó “entre
40 y 50 por ciento durante el primer semestre”, destacándose entre
los productos más elegidos el reloj de oro con cuero.
El consumo de lujo ya no se acerca a lo “masivo” como ocurrió
durante la burbuja especulativa de los ‘90, pero tampoco fue arrasado por
la crisis. La estabilidad económica y las expectativas positivas han hecho
que los sectores que siempre tuvieron comiencen a gastar, privilegiando el estilo
por sobre la ostentación, pero haciendo valer su distinción de clase,
aunque desentonen con un paisaje desolador donde abundan la pobreza y la desocupación.
Opinan cuatro expertos
¿Por que resurge el
consumo de los ricos?
Bernardo Kosacoff / director Cepal
“Ganan mucha plata”
“En la década del 90, cuando el país tenía un PIB
de 10 mil dólares per cápita, los sectores de altos ingresos consumieron
como locos creyendo que estaban en el Primer Mundo y que esa situación
iba a ser permanente. Cuando llegó la crisis volvieron a equivocarse
al creer que Argentina iba a ser Africa y que el ingreso per cápita quedaría
congelado en 2500 dólares. Entonces ahorraron mucho y lamentablemente
afuera del país porque no confiaban. Ahora la recuperación los
encuentra con consumos postergados y una visión un poco más optimista
sobre su ingreso futuro. Entonces comienzan a gastar en bienes de consumo durable
como automóviles, electrodomésticos y artículos electrónicos.
Un segundo elemento a tener en cuenta es que estos sectores ganaron mucha plata
en varios momentos de los ‘90 y están ganando mucha plata en la
transición económica debido al cambio de precios relativos y a
la reducción de los costos financieros. Por último, vale destacar
la incidencia de la baja tasa de interés que, en algunos casos, lleva
a invertir en propiedades como reserva de valor.”
Artemio Lopez / director consultora Equis
“La desigualdad se profundizó”
“A través de la generación de empleo todos los deciles de
ingresos han mejorado su situación socioeconómica. En el último
año, hubo casi 7 millones de personas que dejaron de ser pobres o indigentes.
Eso explica la caída en las tasas de pobreza e indigencia. No obstante,
el promedio de ingresos de un hogar tipo argentino está un 15 por ciento
por debajo de la línea de pobreza. Ahora bien, a medida que se asciende
en la pirámide social el ritmo de mejora se acelera. Por eso, a pesar
de la recomposición de todos los sectores, la desigualdad se profundizó.
En participación relativa, el único decil que creció sustancialmente
fue el 10 por ciento más rico. Tienen el nivel de participación
en la riqueza más alto de la historia y es muy probable que estén
acercándose a sus patrones de consumo históricos. La recomposición
en las ventas de automóviles y otros bienes suntuarios se explica por
las compras de los sectores altos y medio-altos porque al haber poco financiamiento
tiene que haber capacidad de ahorro previa.”
Guillermo Olivetto / director CCR
“Volvieron a vivir”
“El sector de más altos ingresos volvió a gastar fuerte
a partir del segundo semestre de 2003. Cuando el país se estabilizó
y se desentrañó el tema electoral empezó a verificar que
su situación económica nunca había cambiado. El gran problema
que tuvo la economía durante la crisis fue que la gente que no tenía
no gastaba, pero la que tenía tampoco porque no sabía si el agua
iba a llegar a la casa de ellos. Cuando verificaron que eso no sucedió
empezaron a recomponer su nivel de gastos. Lo raro no es lo que hacen hoy sino
lo que hicieron durante la crisis cuando sobreactuaron el miedo. Es más
un cambio de actitud en función de las expectativas que una transformación
violenta de su situación. El 30 por ciento más rico dela población
decidió volver a vivir, mientras el otro 70 por ciento se resignó
a sobrevivir. La diferencia con los ‘90 es que ahora los ricos no gastan
desenfrenadamente. Evalúan mejor las compras. Buscan distinguirse a través
de un estilo propio. En los ‘90 se miró mucho a los Estados Unidos
y ahora se está mirando a Europa.”
Claudio Rodriguez / de Cicmas Strategic Group
“Ahora se cuidan de ostentar”
“Durante la crisis, los sectores de ingresos altos restringieron su consumo.
El temor a gastar se justificó por el cuidado del propio bolsillo y por
la falta de ánimo para realizar compras. En la actualidad, ese consumo
comenzó a recuperarse, aunque con restricciones porque los ingresos no
son los mismos que antes de la devaluación. Hay un retorno a ciertos
hábitos de consumo tradicionales dentro del segmento como las salidas
a comer afuera. La estabilidad económica les brinda cierta tranquilidad
y posibilita una mirada más optimista del futuro. Sin embargo, hay un
cierto cuidado de la ostentación. No se busca la mirada del otro. Se
prefiere invertir dentro del hogar para lograr un mayor confort a través
de la incorporación de tecnología, el arreglo y la decoración
de la casa. El gasto en vestimenta también está recuperando un
lugar de privilegio y se invierte en últimas tecnologías como
celulares y cámaras digitales de fotografía. Si las condiciones
macroeconómicos permanecen estables el sector se va a seguir recuperando.”