El conflicto con el campo no afectó los resultados positivos de las entidades financieras, continuando la misma tendencia iniciada hace tres años. En mayo acumularon utilidades por casi 400 millones de pesos, unos 130 millones más que abril, lo que elevó sus beneficios a unos 2 mil millones en los primeros cinco meses de 2008. Esa performance equivale a la mitad de la ganancia obtenida al cierre de 2007 (3940 millones) y representa el 1,7 por ciento del activo total de la banca, según datos del Banco Central.

Las utilidades fueron generalizadas, alcanzando a 67 de las 85 entidades financieras, lo que representa el 93 por ciento del activo total. El aumento de los resultados con respecto a abril estuvo impulsado por el crecimiento del margen financiero de la banca, de 0,9 punto porcentual del activo, que alcanzó así el 6,7 por ciento en el año, fundamentalmente por el incremento en el rubro títulos valores, que verificaron una recuperación de las cotizaciones en la segunda mitad de mayo. También contribuyeron al buen desempeño del margen financiero los ingresos netos por intereses, que tocaron su máximo desde la crisis de 2001: 3,1 por ciento del activo, 0,2 punto por encima de abril.

Los buenos números llegan después de haber transitado el mes más tormentoso desde el inicio del lockout agropecuario. Durante mayo, el sistema financiero sufrió un drenaje de depósitos del sector privado, que disminuyeron en 5700 millones de pesos (3,4%) por la disminución de 3300 millones en las cuentas a la vista y 2300 millones en las colocaciones a plazo. No obstante, el Informe sobre Bancos del BC destaca que parte de la caída de los depósitos privados se explicó por el traspaso de fondos a las cuentas públicas, en un mes de importantes vencimientos impositivos. Por ese motivo las colocaciones del sector público aumentaron 2500 millones (4,6%) debido al incremento de la recaudación por el vencimiento de los impuestos a las Ganancias y a Bienes Personales.

La demanda de divisas del público minorista fue otro motivo que explicó la salida de dinero de los bancos. Para los analistas del BC, la búsqueda de refugio en el dólar fue un comportamiento exclusivo de los pequeños ahorristas, al igual que en el mes anterior, debido a que la merma de depósitos a plazo del sector privado se concentró “casi totalmente en las colocaciones menores a 1 millón de pesos, mientras que las que superan este monto aumentaron, provenientes mayormente de inversiones institucionales”. Si bien aún no hay estadísticas oficiales, la caída de los depósitos del sector privado se revirtió en junio, como resultado de las medidas implementadas por el Banco Central para inyectar liquidez no sólo en las entidades sino también en el sector privado, mediante la compra de títulos públicos contra pesos. Esos mecanismos permitieron mantener la liquidez bancaria en niveles elevados. En efecto, si bien el indicador cayó 1,2 punto porcentual en mayo, se ubicó en 23 por ciento de los depósitos, superando casi en un punto el valor de un año atrás.

La caída en los depósitos llevó a las entidades a adoptar políticas más conservadoras en el otorgamiento de créditos. En ese contexto, los préstamos personales y prendarios –de corto plazo– fueron los que volvieron a mostrar mayor dinamismo. Las dificultades para obtener financiamiento productivo o hipotecario que atraviesan las pymes y las familias no son vistas como un problema por los banqueros, que han consolidado su patrón de beneficios sobre una cartera de préstamos de bajo riesgo e hiperrentable: los créditos para el consumo, que devengan intereses que van desde el 20 hasta más del 100 por ciento, con un costo financiero total promedio que supera el 45 por ciento anual, y con niveles históricos mínimos de morosidad: debajo del 3,5 por ciento del monto de préstamos privados. Así, los 10 principales bancos privados del país pasaron a obtener intereses financieros en concepto de préstamos otorgados por más de 1070 millones en enero de este año –resultado mensual–, cuando en diciembre de 2006 ese monto se ubicaba en poco más de 600 millones.