Domingo, 23 de marzo de 2014 | Hoy
LAS ENTIDADES FINANCIERAS ARGENTINAS CON LA RENTABILIDAD MáS ELEVADA DEL MUNDO
El sistema financiero argentino presenta los indicadores de rentabilidad sobre el patrimonio neto (ROE) y rentabilidad sobre el activo (ROA) más alto a nivel mundial. El impacto de esas ganancias extraordinarias sobre la economía.
Por Pablo Ceballos *
La rentabilidad de los bancos comerciales argentinos, medida según dos indicadores comparables con los sistemas financieros de otros países, se ubica como la más alta a nivel mundial. Muy lejos quedaron los tiempos en los que se reportaban indicadores negativos, como resultado de la crisis de la convertibilidad del 2001. Entre octubre de 2002 y diciembre de 2003, el sistema financiero reportó pérdidas sobre el patrimonio neto y, a partir de entonces, comenzó una curva ascendente que los llevó a superar ampliamente las utilidades reportadas por otros sectores (servicios públicos, industrias y otros).
La participación de las ganancias de los bancos, como porcentaje del PBI, se elevó de 0,33 por ciento en 2005 a 1,08 por ciento en 2013. Es decir, un aumento del 221 por ciento, evidenciando una fuerte capacidad del sistema bancario para recuperar terreno en forma sostenida. El traslado inmediato a los costos de las empresas, y la puja distributiva con los trabajadores por apropiarse de la mayor parte posible de la renta tiene un impacto directo en los precios.
En el actual contexto macroeconómico resulta ineludible preguntarse cuál es el impacto de las ganancias del sistema bancario en el resto de las variables, como la formación de precios y el nivel de inversión privada. Muchos especialistas ortodoxos bregan habitualmente por la contención de los incrementos salariales, por el impacto que ello acarrearía en los costos empresarios y en los precios finales de bienes y servicios. Sin embargo, nunca mencionan el peso que implica el aumento de la rentabilidad empresarial en la inflación. Tanto la retribución al trabajo como la retribución del capital tienen relación con el nivel general de precios, sólo que la segunda no se acuerda en una paritaria homologada por una autoridad estatal, sino que es el resultado de decisiones unilaterales que, en muchos casos, se encuentran concentradas en mercados oligopólicos.
El Fondo Monetario Internacional dispone de un micrositio destinado específicamente a publicar información comparable sobre el sistema financiero a nivel mundial, denominado Financial Soundness Indicators. Allí se pueden consultar dos indicadores relevantes a la hora de medir la rentabilidad del sistema: el ROE (rentabilidad sobre el patrimonio neto) y el ROA (rentabilidad sobre el activo). Los datos que se desprenden son elocuentes: el sistema financiero argentino presenta el ROA más alto del G-20, 84 por ciento superior a Indonesia, que le sigue en el ranking y muy lejos de países industrializados como Italia, Francia, Japón, Reino Unido, Corea del Sur o China, e incluso de Turquía, uno de los emergentes tomado como modelo en muchas publicaciones internacionales.
Mientras los bancos argentinos muestran una Rentabilidad sobre el Activo de 4,66 por ciento, en Brasil es de 1,39. Estos datos se encuentran actualizados hasta el tercer trimestre del 2013.
Para efectuar la comparación con todos los países de los cuales se disponen datos hay que remontarse a diciembre de 2012: la rentabilidad sobre el activo de los bancos argentinos sólo es superada por Kenia, y continúan en el ranking Colombia y Namibia, y un poco más lejos Indonesia, Paraguay, Armenia, Panamá y Sri Lanka.
Otro indicador relevante es la rentabilidad sobre el patrimonio neto. Los bancos argentinos encabezan el listado con 38,81 por ciento, seguidos por Namibia, Kenia, Sri Lanka, Paraguay, Malta, Argelia, Honduras, Perú y Panamá.
Como contrapartida, existe un puñado de países que evidencian resultados negativos: Chipre, 64 por ciento; Afganistán, 44; España, 21; Eslovenia, 19; Israel, 8; Rumania, 5; Portugal, 5; Hungría, 1; e Italia 1 por ciento. Esta información resulta relevante, puesto que los bancos de origen español, con fuertes inversiones en América latina como el Santander y el BBVA, reportan pérdidas en sus países de origen y fuertes ganancias en sus filiales latinoamericanas.
Las ganancias del sistema financiero argentino se contabilizan aun cuando se presenta una marcada controversia entre las políticas económicas impulsadas por el Gobierno y la dirección de los bancos, por no responder a las clásicas recetas de ajuste ortodoxo y de primacía política y simbólica del sector financiero. Décadas atrás, la dirigencia empresaria financiera se alternaba entre cargos en bancos privados y cargos públicos. La Secretaría de Finanzas del Ministerio de Economía era el espacio elegido para ubicar gerentes privados provenientes del sistema financiero, pero otros cargos relevantes de la conducción económica también contaban con presencia de dirigentes, asesores o consultores de empresas privadas y del propio sistema bancario. Tal fue el caso de Daniel Marx, Miguel Kiguel, Lopez Murphy, Daniel Artana, Manuel Solanet, entre otros.
Es importante, por lo tanto, plantearse algunas preguntas básicas sobre el rol del sistema financiero en nuestro país. La actividad financiera es relevante a la hora de asignar recursos, brindar alternativas de ahorro para diferentes segmentos de inversores, y canalizar fondos a actividades productivas y al consumo. Para ello, los bancos deben realizar una adecuada y eficaz evaluación de riesgo. Hace poco más de una década, un colapso económico puso a muchas empresas bajo ratios económicos negativos, incluidos los bancos. Y entre 2003 y 2012 se crearon 200.000 micro, pequeñas y medianas empresas, que recién están ganando fortaleza, antigüedad y solidez. ¿Bajo qué parámetros son evaluadas al momento del otorgamiento de créditos? Un banco que entre 2002 y 2004 presentó balances negativos, ¿sería hoy sujeto de crédito bajo la mirada de los mismos bancos?
Una mirada hacia el interior del sistema financiero permite apreciar que los bancos privados de capital extranjero son los que mayores ganancias obtienen, seguidos por los bancos privados de capital nacional y los bancos públicos. Según el Informe sobre Bancos, publicado por el Banco Central, en diciembre de 2013, el resultado de los bancos extranjeros es un 31 por ciento superior al de los bancos privados nacionales, y un 40 por ciento mayor a los bancos públicos.
El sostenido incremento de las utilidades del sistema bancario argentino es un elemento que impacta de manera directa en los costos empresarios en todos los niveles de las cadenas productivas y comerciales, y consecuentemente en el consumidor final. De esa manera, un sector de la economía que incrementa su rentabilidad de manera sistemática por encima del resto de los actores de la economía, del capital y del trabajo, es parte responsable del incremento general de precios.
Estos datos no hacen más que poner de manifiesto la necesidad de que el capital privado, y específicamente el sector financiero, se ubique a la altura de las circunstancias de un país que desde hace diez años les asegura buenas utilidades y estabilidad económica. En ese sentido, inversión y créditos para la producción son indispensables y no pueden ser responsabilidad única del Estado en un país que les asegura a los privados reglas claras y buena rentabilidad.
* Economista integrante del Grupo de Estudio de Economía Nacional y Popular (GEENaP).
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