Domingo, 1 de noviembre de 2015 | Hoy
MITOS ECONóMICOS › ACCIONES, BONOS, TARIFAS, DEUDA Y DóLAR
Por Andrés Asiain
A poco de conocerse los resultados de la última elección, los mercados dieron señales de cuál es su candidato. Subas de acciones (especialmente de energéticas y bancos) y bonos en la bolsa local y de Nueva York, dieron la pauta de que para quienes operan esos papeles, la posibilidad de que Mauricio Macri alcance la presidencia es vista con entusiasmo. Esos hechos parecen reconfirmar la presentación del PRO al embajador de los Estados Unidos hecha por el propio Macri en 2006: “Somos el primer partido pro mercado y pro negocios en cerca de 80 años de historia argentina” (Argenleaks de Santiago O’Donnell).
Sin embargo, bajo el mote de los “mercados” se esconden intereses muy diversos, y los que festejaron por el ballottage representan negocios bastante específicos. La suba de las energéticas refleja la expectativa de que en una posible gestión Macri, la política de regulación tarifaria del sector se termine. Es decir, se recompondría la rentabilidad de las empresas energéticas vía un brusco ajuste de tarifas, dando por finalizada la política de subsidios. Por el lado de los bonos, la suba refleja la expectativa de que con en un eventual gobierno PRO, se llegue a un rápido acuerdo con los fondos buitre que facilite la compra de valores argentinos por inversores extranjeros institucionales con la consiguiente alza en sus cotizaciones. El incremento de las acciones de los bancos es un reflejo de las mencionadas expectativas de suba de bonos (de los que son sus principales tenedores), más un regreso al endeudamiento internacional con todos los negocios asociados para el sector en materia de comisiones.
Respecto de la posible suba del costo de la energía, la misma afectaría no sólo el ingreso de los consumidores, sino también la competitividad de las empresas. Si se tiene en cuenta que la devaluación de la moneda de varios socios comerciales junto a una evolución del dólar oficial por debajo de la inflación, ha llevado la competitividad cambiaria a uno de los niveles más bajos de los últimos años (apenas 20 por ciento por arriba de los finales de la convertibilidad), la suba de los costos energéticos ensombrecería aún más el panorama. La solución PRO al respecto parece ser una fuerte devaluación del dólar oficial que lo lleve al nivel del paralelo. No por nada Macri señaló que va a existir un solo dólar y que la cotización oficial “no existe”.
De más está decir que, en un escenario de fuerte devaluación y suba de tarifas, la baja de la inflación prometida en campaña por Macri sólo tiene realidad en la mentes de sus economistas. La moderada experiencia de enero de 2014, de una suba del dólar oficial del 20 por ciento con incrementos parciales de tarifas, impulsó la inflación en más de 15 puntos porcentuales, provocando la caída de los ingresos de trabajadores, profesionales y empresarios que viven del mercado interno.
Por su parte, la política de toma masiva de deuda externa tras un acuerdo con los fondos buitre tiene escaso margen de éxito más allá de conseguir los entre 7000 y 9000 millones de dólares que quieren fugar al exterior la cúpula empresarial por utilidades acumuladas desde la implementación de restricciones cambiarias. Pese a la favorable plataforma de desendeudamiento que deja el kirchnerismo, el contexto de reversión del ciclo internacional de capitales que migran ahora desde la periferia hacia el centro, parece no ser el mejor escenario para iniciar una ciclo especulativo ascendente como en los inicios de la “tablita cambiaria” o la “convertibilidad”, mal que le pese al plan económico de una eventual gestión PRO.
@AndresAsiain
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