Hace veinte años, el laudista Hopkinson Smith llegó al Camping Musical Bariloche. Lo asistían dos argentinos, Dolores Costoyas y Eduardo Egüez, discípulos suyos en la Schola Cantorum Basiliensis, que, en esos años, comenzaban importantes carreras internacionales. Durante varios días se produjo una de las transfusiones más notables del medio musical argentino. Un conjunto de guitarristas muy jóvenes, fascinados tanto por Hopi (como lo llamaban cariñosamente) como por sus instrumentos y por la manera en la que allí sonaban las músicas que tocaban desde siempre –Johann Sebastian Bach, la música isabelina, los españoles del Siglo de Oro–, asumieron al laúd como un nuevo credo y, de hecho, de allí salieron muchos de los que hoy ocupan los lugares más destacados en el ambiente actual de la música antigua.

En aquel curso, o mejor dicho en los fogones junto al lago que seguían a las largas jornadas de trabajo, Hopkinson Smith aprendía a tocar chacareras en el laúd, improvisaba con sus alumnos y daba sus primeros pasos con el castellano, un idioma que hoy domina a la perfección. Todavía en la actualidad, sus versiones de las Suites de Bach, del repertorio del Barroco francés y de las obras de Luis de Milán, Luis de Narváez o de Alonso de Mudarra, que a fines de los ’70 cambiaron para siempre el universo de lo posible –y de lo deseable– en los instrumentos de cuerda pulsada, son referencias indiscutidas en la materia. Y este domingo, Smith estará nuevamente en Buenos Aires para cerrar dos ciclos. Por un lado, a las 11 y en la Usina del Arte (Caffarena y Pedro de Mendoza), clausurará una serie notable de conciertos de música antigua que tuvo entre sus protagonistas también a Dolores Costoyas, quien junto a la soprano Rosa Domínguez (actual solista del grupo Hespèrion XXI, que dirige Jordi Savall) y otro laudista, Hernán Cuadrado, se presentaron el pasado 1º de septiembre. Por otro, ese mismo día, pero a las 19.45 y en el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti (Av. del Libertador 8151), cerrará con una conferencia el 7º Festival Anual de la Asociación Argentina de Laúdes y Guitarras Antiguas, que comienza hoy en esa sede y por donde pasarán los principales intérpretes de esos instrumentos.

Nacido en Nueva York y graduado en la Universidad de Harvard con honores, Hopkinson Smith se trasladó a Europa en 1973, para estudiar con Emilio Pujol y Eugen Dombois, entre otros. A mediados de 1970 participó en la fundación del primer Hespèrion XX, y desde mediados de los ’80 se especializó en la música solista para los antiguos instrumentos de cuerda pulsada (vihuela, el laúd renacentista y barroco, la tiorba y las guitarras renacentistas y barrocas). Entre sus producciones discográficas más importantes se encuentra la transcripción que él realizó para laúd de las Sonatas y partitas para violín solo de Johann Sebastian Bach, siguiendo el modelo del propio Bach y partiendo de la hipótesis de que, probablemente, algunas de sus Suites para laúd fueron arreglos hechos por el propio compositor de obras escritas originalmente para otros instrumentos. La revista especializada Gramophone calificó a estas versiones como “posiblemente las mejores que existan de estas obras, en cualquier instrumento”. En el concierto de este domingo, Smith abordará algunas de las obras más refinadas y perfectas (además de melancólicas) de la historia de la música, las piezas escritas para laúd por John Dowland entre finales del siglo XVI y comienzos del siguiente.

El festival en el Haroldo Conti, por su parte, además de incluir una muestra permanente de instrumentos, comenzará hoy a las 17.30 con un concierto de Walter Ujaldón en guitarra romántica, dedicado a obras de Aguado, Coste y Sor, a quien seguirá Analía Rego, también en guitarra romántica, quien junto a Gabriela Galván en flauta travesera clásica interpretará el Gran Duetto Concertante para flauta o violín y guitarra Op. 52 de Mauro Giuliani. A partir de las 19.30 habrá otros dos conciertos: el que la cantante Soledad Molina dará junto al laudista Emilio Cervini, con obra del Renacimiento, y el del grupo Fiato e Corda, que dirige Isidoro Roitman, con música de Arcangelo Corelli. Mañana a las 17.30, el tucumano Hugo Daniel Robles hará piezas de Milán, Mudarra y Narváez, en vihuela; y luego la cantante Mercedes García Blesa interpretará música española del siglo XVII junto a Alba Schoijet en guitarra barroca, San Marcos Sierra. A las 18.45, Gabriel Schebor –uno de aquellos jóvenes becarios de Bariloche y actualmente uno de los solistas más reconocidos en su instrumento– dará una conferencia sobre Santiago de Murcia y la música para guitarra en el Barroco en América. A las 19.30, el grupo Don Gil de las Calzas Verdes hará “El entremés de la guitarra”, y el conjunto Antires presentará un programa denominado “Amore tiranno” y dedicado al temprano Barroco italiano. El domingo, a las 17.30, José Luis Akel interpretará en laúd renacentista obras de Narváez y Schebor, en un laúd de diez órdenes, y presentará un concierto con obras de Robert Ballard titulado “El nacimiento del Barroco en Francia”. Y a las 19, Dolores Costoyas en guitarra barroca y tiorba, y junto a un grupo de solistas, presentará “Concerts du dimanche de Sa Majesté”, con piezas del Barroco francés.