Viernes, 8 de abril de 2016 | Hoy
EQUIDAD
La pelea por sumar una mujer a la Corte Suprema de Justicia de la Nación sube la apuesta. Margarita Stolbizer, propuesta por el Frente Renovador, se sumó a las candidatas del ámbito de la Justicia y la academia. María Eugenia Vidal cree que Mauricio Macri eligió varones porque priorizó la trayectoria y se especula con que se podría sumar una persona más a la Corte para que entre una mujer. Las negociaciones y respaldos para que se gane –y no se pierda– perspectiva de género en el Poder Judicial siguen creciendo.
Por Luciana Peker
El 60 por ciento de las estudiantes de Derecho son mujeres. Pero siete de cada diez magistrados/as son varones. En los escalones de abajo la mayoría son mujeres y en los escalones de arriba la mayoría son varones. Para que el camino sea más igualitario –entre quienes dictan y reciben justicia– la propia Justicia tiene que dar y ser un ejemplo. Pero ahora no lo es. En la Corte Suprema de Justicia de la Nación hay una sola mujer, Elena Highton de Nolasco, a cargo de la Oficina de la Mujer (OM) y de la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) y de dictar sentencias. No solo no se mejoró la perspectiva de género en el máximo tribunal, sino que se retrocedió. La primera mujer en ser designada en la Corte, Carmen Argibay, falleció, y su lugar –como jurista, feminista y ex integrante del Tribunal Internacional de La Haya que juzgó las violaciones masivas en la guerra de la ex Yugoslavia– no fue reemplazado, ni su tarea para igualar derechos entre varones y mujeres y capacitar a los secretarios, fiscales y magistrados en trata, femicidio y abusos sexuales.
“Más mujeres, más justicia”, es el lema de la campaña de la Asociación de Mujeres Juezas de la Argentina (AMJA) que pide más lugar y más visible para las mujeres en el espacio más simbólico del Poder Judicial. Referentes de otros espacios también intentan unir voluntades para que no se achiquen los cargos. La directora del Observatorio de Género en la Justicia, Diana Maffía, resalta: “Hay un grupo de organizaciones y profesionales feministas que promovemos más mujeres con perspectiva de género en la Justicia y el cumplimiento del cupo en la composición de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Todas (feministas o no) tenemos derecho a participar de los órganos políticos en los tres poderes, colectivos y de representación, por una mera cuestión de justicia distributiva. Pero como feministas pretendemos que todas las personas que estén en esos cargos (varones y mujeres) tengan preparación y convicción en derechos humanos y perspectiva de género. Son condiciones básicas y transversales, como la honestidad y la idoneidad. Las mujeres con perspectiva de género garantizamos que nuestras experiencias e intereses estén presentes y eso es básico en la democracia”.
El Presidente Mauricio Macri, designó a Horacio Rosatti y Fernando Rosenkrantz en la Corte Suprema de Justicia de la Nación, con antecedentes en resoluciones antiderechos. Por ahora no asumieron. Y una de las promesas es que se podría ampliar la cantidad de integrantes de la Corte para darle lugar a una mujer. La medida contaría con el respaldo del ministro de Justicia, Germán Garavano. Sin embargo, no cuenta con el apoyo explícito de una de las líderes del PRO, que esquivó pronunciarse a favor de una mujer en la Corte por priorizar la trayectoria.
–Por supuesto que siempre quiero más mujeres en los puestos de decisión. Pero la Corte es un lugar donde lo más importante es la trayectoria. El Presidente se basó en la trayectoria. No digo que no haya mujeres que la tengan. Pero la prioridad es esa y entiendo que él ha puesto esa prioridad –desestimó el reclamo la gobernadora de la provincia de Buenos Aires.
“Hay muchas mujeres con la formación y trayectoria necesaria para integrar la Corte Suprema que hoy se desempeñan en la Justicia, en la academia, en la política, en espacios internacionales”, enmarca Natalia Gherardi, abogada y directora ejecutiva del Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA). Ella también impugnó, en el Congreso Nacional, la propuesta de Roberto Carlés por parte de Cristina Kirchner, y de Rosatti y Rosenkrantz por parte de Macri.
Por un lado, desde el costado político el Frente Renovador –con Malena Galmarini y Marcela Durrieu a la cabeza– impulsan la candidatura de la diputada Margarita Stolbizer (GEN) a la Corte. Stolbizer le dijo a Las/12: “Yo no me autopostulo. Es necesario que haya mujeres en la Corte para incorporar perspectiva de género en la Justicia y programas de equidad para mejorar la situación de las mujeres en general. No es solo un sillón, sino una herramienta”.
Por otro, también se barajan los nombres de Susana Medina, actual presidenta de AMJA y electa para ser titular de la Asociación Internacional de Mujeres Juezas; Mónica Pinto, decana de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA); Claudia Sdbar, integrante de la Corte Suprema de Justicia de Tucumán. Mientras que Inés Weinberg de Roca, del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la Ciudad de Buenos Aires, sería la candidata que con mejores ojos ve Macri. La postulación de la senadora Liliana Negre de Alonso también se puso en juego, pero sus votos antiderechos en salud sexual y reproductiva la ubican en la vereda de enfrente de la perspectiva de género.
La diputada Cristina Alvarez Rodríguez impugnó las designaciones de Horacio Rosatti y Fernando Rosenkrantz a la Corte Suprema de Justicia de la Nación porque “no cumplen con el equilibrio de género, ni con las disposiciones de la CEDAW. Tampoco tienen en cuenta el artículo 3, del Decreto 222/2003, que indica que `se tenga presente, en la medida de lo posible, en la composición general de la Corte posibilitar que la inclusión de nuevos miembros permita reflejar las diversidades de género`. Queremos una Justicia con equilibrio y perspectiva de género en su composición, funcionamiento y fallos. Deben designarse juezas en la Corte que, por sobre todas las cosas, tengan perspectivas de género”, propuso.
Desde el plano global, Tania Sordo Ruz, abogada de la organización Women’s Link Worldwide y coordinadora de los Premios Género y Justicia al Descubierto, subraya: “En nuestra experiencia, por una cuestión de justicia y democracia las mujeres deben estar presentes en la rama judicial para que sea realmente representativa de la población. Además deben estar presentes las mujeres indígenas, afrodescendientes, de distintas situaciones económicas, con diversidad funcional. Tanto hombres como mujeres que integran la rama judicial deben tener perspectiva de género. Las decisiones judiciales tienen un gran impacto en la vida de las mujeres y es determinante que se juzgue con esta perspectiva, ya que garantiza que se respeten y protejan los derechos de las mujeres y que avancemos hacia sociedades más igualitarias en beneficio de todas las personas”.
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