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Viernes, 22 de julio de 2011

EL MEGáFONO)))

El derecho de Macri a presenciar el parto de su hija no es el mismo que el de todos/as los/las porteños/as

 Por Mariela Franzosi *

Uno de los derechos que las mujeres tienen en el momento del trabajo de parto, el parto y el nacimiento es a estar acompañadas por la persona que ellas decidan. En la ciudad de Buenos Aires, dos leyes las amparan: la Ley Nacional Nº 25.929 “De los derechos de padres e hijos durante el proceso de nacimiento”, vigente en todo el territorio argentino desde noviembre de 2004, y la Ley de la Ciudad Nº 1040 “De acompañamiento”, vigente desde julio de 2002.

El jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, quien espera junto a su esposa Juliana Awada un bebé, tiene esta cuestión tan presente que ya declaró en varios medios que él está dispuesto a acompañarla en el momento del parto. Es su derecho. La ley lo ampara. El lo decide. Sin embargo, las mujeres que paren a sus hijos e hijas en alguno de los 14 hospitales públicos de la ciudad de Buenos Aires que cuentan con servicios de maternidad ¿tienen acceso al mismo derecho que el jefe de Gobierno? Lamentablemente no.

En octubre de 2009, el entonces diputado del bloque peronista Juan Manuel Olmos y el secretario parlamentario Carlos Serafín Pérez pidieron un informe a los establecimientos asistenciales del Sistema Público de Salud para conocer “el grado de implementación y respecto de la Ley 1040” para determinar si se “adecuaban los recursos físicos y la estructura organizativa a esta modalidad”.

Gracias al Centro de la Mujer: Cuestión de Género... mucha tela para cortar, de la Fundación Misión y Servicio, pudimos acceder a la respuesta que dieron los directores de algunas de las instituciones de salud pública porteñas. Allí, por ejemplo, los directivos del Hospital Piñero, en Flores, afirman directamente que, desde diciembre de 2010, “no se cumple dicha ley debido a la infraestructura edilicia”. La cantidad de camas que hay en las diferentes salas y la imposibilidad de dividirlas, aunque sea con biombos, hace que las pacientes no tengan la intimidad necesaria en el momento del parto. Si bien solicitaron a la Secretaría de Salud, en diferentes oportunidades, la necesidad de reformas, no tuvieron respuesta hasta el día de hoy.

En el Hospital Santojanni, en Mataderos, la situación es parecida. Presentaron “proyectos para reformas físicas en el Centro Obstétrico para un mejor aprovechamiento del espacio”, los que se encuentran “a la espera de presupuesto para su realización”. Mientras tanto, las mujeres que llegan a parir a ese hospital tendrán que esperar a la próxima para ver si la suerte las ayuda a que se cumplan sus derechos.

Lejos, muy lejos de la realidad que ellas viven, los tiempos políticos son otros y las promesas de campaña van quedando en el olvido. Claro, se trata de mujeres acostumbradas a sufrir, que desconocen sus derechos, a las que nadie les informa nada, que padecen en silencio la “tortura” que en muchos casos les implica el parir. Sería raro que la esposa del jefe de Gobierno elija una sala de cualquiera de los hospitales públicos porteños para traer al mundo a su bebé porque entonces Macri no podría cumplir con su sueño de presenciar el parto.

* Periodista especializada en maternidad e impulsora de una ley que otorgue seis meses de licencia postnatal.
Más información: http://www.postnatalde6meses.blogspot.com

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