Sábado, 16 de diciembre de 2006 | Hoy
Una muestra en Nueva York reúne trabajos publicitarios por un mundo mejor: ecología, no violencia, entendimiento y otros temas en la agenda social.
Por Matias Delfino *
La muestra Act Responsible - Advertising Community Together (“Actuar responsablemente - Uniendo la Comunidad Publicitaria”) reúne unas 400 campañas publicitarias creadas por distintas agencias alrededor del mundo con el fin de promover el medio ambiente y la responsabilidad social.
Más allá de nuestra nacionalidad, idioma, cultura o religión, como habitantes de este planeta tenemos un objetivo en común: dejar a nuestros hijos un mundo mejor. Esto que alguna vez significó algo lógico y natural, hoy se convierte en un desafío difícil de lograr. Inmersos en una realidad en la cual el cambio climático, la pobreza y la degradación de los recursos naturales parecen amenazar seriamente nuestra subsistencia, la exhibición ACT intenta demostrar cómo los profesionales de la comunicación y la publicidad juegan un rol significativo como estimuladores de cambio.
“La publicidad es una herramienta poderosa, puede actuar como generadora de conciencia, influir actitudes e incluso, en ocasiones, generar cambios de comportamiento”, afirma Hervé de Clerk, fundador de ACT. Siendo esta última la razón de ser de todo publicitario, nada mejor que poder aplicar tal virtud en ayudar a solucionar estos problemas cruciales que amenazan a la humanidad.
La iniciativa, desarrollada en conjunto con el Pnuma (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente), exhibe trabajos que abarcan desde campañas de TV y gráfica hasta proyectos interactivos y postcards. En su sitio web, www.act-responsible.org, se puede encontrar una base única de 50.000 campañas provenientes de más de 90 países.
ACT nace en 2001 como producto del ataque terrorista a las Torres Gemelas de Nueva York con el objeto de combatir la violencia y el terrorismo. Sin embargo, en sus cinco años de vida, la exposición ha evolucionado desde su idea original para integrar una mayor amplitud de temas. Bajo el concepto de responsabilidad social, ACT agrupa áreas tan variadas como la biodiversidad, la utilización de energía renovable, derechos sociales y laborales, seguridad alimentaria, administración de derechos tóxicos y desarrollo sostenible, entre muchos otros. Sólo este año, la exhibición ha visitado 10 países, incluyendo Francia, donde formó parte del Festival de Cannes.
“Ocupándonos de nuestro futuro” es el lema que acompaña a la muestra, que busca apelar al compromiso social como fuerza conductora de este nuevo diálogo establecido en base a valores compartidos entre las empresas y los consumidores. Cada vez más, el mercado demanda productos que cumplan con nuevos estándares, generando en el sector empresarial una mayor conciencia a la hora de tomar decisiones respecto del impacto sobre las comunidades y el medio ambiente en el que operan.
Pero la muestra no sólo reúne a empresas, sino también a gobiernos, organizaciones sin fines de lucro, organismos internacionales y cualquier otra institución que tenga un vínculo directo con la sociedad. Iniciativas como ésta ilustran cómo la creatividad puede contribuir a fortalecer estas relaciones y permitir, al menos, vislumbrar este mundo mejor que últimamente nos resulta tan difícil imaginar.
* Diseñador gráfico, trabaja en el Departamento de Diseño de las Naciones Unidas en Nueva York - [email protected]
Por Matias Gigli
Con la aprobación en la Legislatura porteña de la Ley de Transparencia que trata de la contratación de la obra pública de servicios profesionales de arquitectura, urbanismo, paisajismo e ingeniería civil, se abre un nuevo ciclo en la forma de materializar las obras en nuestra ciudad. Si bien el sistema de concursos es un método utilizado y ampliamente valorado, hasta esta ley sólo dependía de la buena voluntad política de cada sector del gobierno porteño si un proyecto se convocaba a concurso abierto o se materializaba de otra manera. Esto llevó por muchos años al nombramiento de profesionales contratados a discreción de cada repartición para proyectar trabajos que claramente podrían haberse resuelto por concurso.
Con esta ley los legisladores Juan Manuel Velasco, Fernando Melillo y Fernando Cantero, junto con el agregado de la legisladora María Soledad Acuña, establecen un nuevo marco general para implementar la transparencia en la contratación pública de servicios profesionales. La historia reciente en la materia es amplia y variada, con cantidad de casos en que la incertidumbre de los profesionales es claramente fundada. Ejemplos sobran: la forma arbitraria en que muchas veces han sido tratados los profesionales en su condición de autores de trabajos legítimamente ganados, cuyos proyectos terminan en el cajón o son desarrolladas por personal contratado ad hoc o por un staff sobredimensionado de personal de planta permanente. Esto, por supuesto, llevó por años a la superposición de tareas o a la difícil determinación de qué área del gobierno debía desarrollar cada obra. Como corolario, cada secretaría cuenta hoy con un importante estudio de arquitectura que se pisa y compite tanto con el sector privado como entre ellos.
La temática de los concursos en la ciudad sigue siendo objeto de numerosos debates por parte de los profesionales y muchos de los proyectos que se concursaron no tuvieron concreción real, como la Plaza de la República con el Obelisco incluido, el megaemprendimiento de Retiro o el de Nuevo Colegiales, que viene siendo intervenido al mejor “estilo Frankenstein” por cuanta secretaría se considere apta para tallar.
Ahora, la contratación se llevará a cabo bajo la forma de contratos de locación de obra intelectual y los profesionales serán seleccionados exclusivamente a través de concursos abiertos en los que la autoridad contratante podrá ser el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial de la Ciudad en todos sus niveles. También podrán llamar a concurso las empresas y sociedades en las que la ciudad tenga participación accionaria, y todos los entes descentralizados del gobierno porteño. Según el objeto de la selección, los concursos se dividirán en: concursos para la selección de propuestas de arquitectura, planeamiento urbano o regional e ingeniería; concurso de croquis preliminares o concurso de anteproyectos. En otra categoría se realizarán llamados para la selección a un mismo tiempo de propuestas de arquitectura e ingeniería, y contratistas de construcción por medio de concursos de proyecto y precio, y concursos de proyecto con precio fijo.
Además, existirán concursos para la selección de profesionales o equipos de profesionales a través de concursos por requisitos y sorteo; concurso de antecedentes y oposición, y por último concurso de antecedentes y metodología. Esperemos que a todo esto se maximicen las instancias previas como las audiencias públicas con la gente del barrio y todo tipo de instancia participativa para la gente.
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