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Una de las deudas de la Subsecretaría de Patrimonio Cultural en la implementación de la ley 1227, que regula la protección del patrimonio cultural porteño, es la inexistencia de acciones masivas de difusión y sensibilización de la población en el conocimiento y cuidado de los bienes que lo integran. Tampoco se desarrollaron los contenidos que debieran ser incorporados a la currícula educativa en todos los niveles.

La única acción significativa que se recuerda data de hace más de diez años, cuando Teresa Anchorena era secretaria de Cultura de la Ciudad y Fabio Grementieri encabezaba el equipo de asesores que se ocupaba del tema. En aquellos tiempos se realizaron los Días del Patrimonio y se publicó una serie de fascículos que permitían a los legos identificar y valorar distintos estilos y tipologías arquitectónicas e incluso conocer las técnicas básicas para su restauración.

La Dirección General del Casco Histórico también realizó una publicación destinada a las escuelas hace dos años, y del que dimos cuenta en m2, pero siempre se trata de acciones discontinuas o limitadas.

En contraste, el gobierno de la ciudad de La Paz, Bolivia, lanzó esta semana una ingeniosa propuesta en el marco de la Campaña de Sensibilización sobre el Patrimonio Cultural de La Paz: distribuyó un comic y una cartilla en los que seis personajes recorren parte de la capital en su rol de defensores del patrimonio arquitectónico de la ciudad. El material destaca el valor arquitectónico de casas, monumentos, plazas y mausoleos, y está destinado a alumnos de escuela primaria. Para promover la lectura y la utilización de este material, la Oficialía de Culturas –recuérdese que en Bolivia las instituciones oficiales son de “culturas” y no de “cultura”, respetando desde la denominación la diversidad– convocaron a referentes de las artes escénicas y niños que fueron capacitados previamente.

“Sensibilizar a los niños es invertir en la preservación del futuro, es, asimismo, un primer paso para solicitar que el tema patrimonial sea parte de la currícula educativa en los próximos años”, señaló la directora de Patrimonio del municipio paceño, Ximena Pacheco.

El comic y la cartilla forman parte de un proyecto sostenido en el tiempo, y ambas son herramientas para que los niños se acerquen al pasado construido de la ciudad y se sensibilicen sobre este tema, y a su vez sean agentes multiplicadores del mensaje en sus propias familias. “La historieta es efectiva desde el punto de vista pedagógico y con seguridad los pequeños lectores se verán reflejados en los diferentes personajes, que incluyen una simpática mascota”, expresó el titular de Culturas del municipio, Walter Gómez. Este proyecto cuenta con el apoyo de la Embajada de España en ese país, y el fundamento de esa decisión lo expresó el titular de esa representación diplomática: “La Paz tiene símbolos que se incorporan a ese proceso de identidad que debe empezar con los niños, ésa es la razón que motivó a la Embajada de España a apoyar la difusión de los materiales de sensibilización”. Una excelente idea, que tal vez pueda incentivar a las autoridades del gobierno porteño a desarrollar acciones masivas y sostenidas en el tiempo, que contribuyan a fortalecer la valoración del patrimonio cultural.