A pesar de que, desde la capitanía del plantel, Juan Pablo Sorin baja una línea musical rockera en la Selección –su prédica por la Bersuit, los Redondos y hasta el ¿metarrockero? Joaquín Sabina no son secreto para nadie–, el rock parece perder espacio dentro del equipo argentino. Y la no convocatoria de Pekerman a Javier Zanetti –recordado “proveedor” de camisetas a Andrés Ciro para shows de Los Piojos– no ayuda. El ritmo que crece en el seno del equipo argentino que jugará el Mundial es, sin dudas, la cumbia. Y aunque la avanzada tropical tiene, entre los 23, a seguidores entusiastas como Lionel Messi o Lucho González, está claro que Carlos Tevez es el símbolo cumbiero del equipo (más allá de que los jugadores lo hayan dejado solo en una habitación, por poner la música “demasiado alta”).

Como para Pekerman no basta ser el mejor jugador del fútbol brasileño en Brasil para ser titular, Tevez viene a ser el líder musical de la Selección. Sin ir más lejos: en su faceta de encapuchado frontman part-time del grupo Piolavago, Carlitos destinó el último fin de semana libre antes de concentrar y viajar rumbo a Alemania a una hiperveloz gira de 1 a 6 de la mañana por Córdoba (en las localidades de Brinkmann y Balnearia) y Santa Fe (Rafaela y Santo Tomé). Y hasta se animó –bromeando durante una conferencia de prensa de la Selección, y a riesgo de vulnerar “la armonía del plantel” y la “convivencia del grupo”– a desafiar a sus compañeros no cumbieros: “Si alguno quiere escuchar a Los Piojos, que los ponga en su discman”.

Piolavago, la banda que el ex delantero de Boca y All Boys comparte junto a su hermano y tecladista Diego Tevez, tiene clásicos propios y autorreferenciales como El Pibe de Oro (la letra dice “Nació en un barrio muy popular, el Fuerte Apache se hace llamar... Y ahora la gente grita sus goles... y ahora tira sus caños, los deja a todos pagando, Carlitos está disfrutando, el Pibe de Oro en la tapa está, y toda la prensa lo quiere bajar”) o como Piolavago (cuyos versos apuntan: “Cuando suena Piolavago y se ponen a bailar, miren todos los chetitos que bailando todos están. Y los pibes con las garras en alto y las pibas vayan todas meneando. Moviendo el culito... movelo para abajo... moviendo el culito... para arriba, más arriba, así, ¡¡¡mamita!!!”).

De todos modos, su principal éxito es un cover: Pobre diabla, el hit del astro continental del reggaetón, Don Omar. Lo que dispara que, consultado por el NO, el líder de Damas Gratis y gurú absoluto de la cumbia GBA, Pablo Lescano, asegure: “A mí me gusta la cumbia y el reggae panameño; pero lo que hace Piolavago no es cumbia, sino reggaetón”. Quien acaso sea el máximo referente cumbiero del último lustro revela: “Tevez vino a mi casa, cuando estaba en Boca hemos ido a bailar juntos, y yo sé que él escucha cumbia y que la tiene clara, de eso no caben dudas. Pero el tema de punta con el que se difunde Piolavago es de reggaetón”. “Igual –retoma Lescano–, todo bien: con Piolavago les dio laburo a los amigos, y eso está perfecto.”