Puede que Tinder haya provisto las herramientas 2.0 para el ligue posmoderno, amén de permitir encontrar la media naranja virtual consignando puntuación y metros de cercanía. Empero, una flamante aplicación podría serrucharle el piso acorazonado al mejorar (o, más bien, perfeccionar) la propuesta. Al menos, a cantar de melómanos que, además de una fotito de perfil, necesitan conocer los gustos musicales del potencial interés amoroso antes de declararle su devoción eterna. Pues bien, el chiche en cuestión se llama Louise y es una recentísima propuesta pergeñada por Gwenhael Louise, un hombre de 41 años que reside en Nantes y que, como buen francés, parece saber de flechazos. De allí que, siguiendo la misma tónica que Tinder (datos básicos, imagen, distancia física...), la novedad introduzca otra esfera: el gusto musical de sus usuarios, incluso, las canciones que están escuchando.

Porque, como plantea revista Esquire, quién no se ha preguntado alguna vez “si esa monada de chica del autobús está escuchando a Nick Drake al mismo tiempo que uno; si aquella otra se está llenando los oídos con la voz grave de Cat Power; si esa secretaria estirada se estará recreando con los Stooges”. Grandes interrogantes con reciente solución. “Si me topo en la calle con alguien que utiliza Louise, puedo saber qué escucha, y escuchar yo mismo su selección”, advierte Gwenhael, quien, según Les Inrocks, podría extender su proyecto a 182 países. Disponible –de momento– sólo en la Apple Store, lanzado el 12 de diciembre, este Cupido virtual sólo requiere elegir una plataforma (Soundcloud, Spotify, etcétera), asentar los géneros favoritos (rock, jazz, funk...) y voilà las bases para empezar la interacción. Por lo demás, sólo resta ir a inicio, chequear extraños y cercanías, sus aficiones musiqueras y, luego, animarse a dar el salto en persona. Que aquí no hay lugar para los cobardes, sólo para diletantes enamorados.