Domingo, 26 de agosto de 2007 | Hoy
ILUSTRACIóN > LOS ILUSTRADORES ARGENTINOS DIBUJAN UN MAL PENSAMIENTO
Siniestros, infantiles, nauseabundos, mareantes, extraños: la editorial Grin&Shein Haus le pidió a 65 ilustradores argentinos que dibujaran un mal pensamiento para reunirlos en un libro. Recién salido de imprenta, Radar les pidió a ocho de ellos que desandaran el proceso y explicaran cómo se les ocurrió su dibujo.
Por Cecilia Sosa
No hay palabras que amparen. Sólo Malos pensamientos y 65 artistas argentinos convocados para dibujarlos. El resultado es un libro sorprendente. "No es un catálogo de artistas. No buscamos mensajes ni moralejas ni tiras cómicas. No marca tendencias. Este libro se gestó con la idea de mostrar un recorte del enorme talento que hay en nuestro país en el campo de la ilustración", dice la diseñadora y artista plástica Yanina Szalkowicz, fundadora de la editorial Grin&Shein Haus que publica el libro. Un vertiginoso recorrido visual por las fantasías y situaciones más irreverentes. Miradas irónicas, morbosas, aniñadas, agudas, melancólicas y dramáticas. Un fluir de emociones sin bordes que no da respiro. Artistas con mucha o poca experiencia y sin límite que le pusieron forma, color y rostro a aquello que primero se silencia. Conjuros despertados. A pedidor de Radar, ocho artistas comentaron sus dibujos.
"Me interesó trabajar sobre el circuito. El mal pensamiento tiene un origen individual, personal y privado. Pero luego crece en ramificaciones, se expande y mancha a cualquiera, cercano o lejano. El mal pensamiento se constituye y sobrevive por su forma de contagio. El árbol es una manera de representar las ramificaciones del pensamiento. Se tapa los ojos por la vergüenza. Los miles de ojos tienen que ver con la lectura que hacen los otros de sus malos pensamientos. Se contagian. La cuerda porque sí. Está vestido de frac, para contrastar un punto elegante con otro burdo, como el inodoro. La tapa de inodoro ayuda a conectar el origen del pensamiento, como algo malo, con mal olor, desechable, que no queremos."
"Desde chica me da miedo estar cerca del agua del mar o de un lago de noche, o en un día oscuro; más cuando esa negrura se funde con el cielo como un telón infinito. Creo que lo que me inquieta es no poder ver qué hay detrás. Alguien habla del agua como un símbolo del inconsciente, no sé si esto es cierto, pero algo de esa inmensidad oscura y opaca sugiere otro mundo debajo, esperando en las profundidades.
El silencio sobrenatural que sucede cuando nieva me pareció un buen escenario para la personita que se acerca al agua, además de acentuar los contrastes. Ella se sacó los zapatos y su pelo parece la copa de un árbol, el único en el bosque que tiene una copa frondosa (tal vez mucho pensar, casi es como humo que sale de su cabeza, creo que está cansada). Las caras verdosas que flotan entre los árboles me sugieren algo de las brujas de Shakespeare que siempre confunden a los personajes con malos consejos. En el viento, le susurran cosas a la chica, que está pensando si hundirse en la negrura poderosa del agua para no escuchar(se) más, para ser parte de algo más grande que ella, que se la lleve sin preguntar. Demasiado blanco afuera, demasiado frío, demasiado silencio habitado."
La cuestión es saber si las palabras pueden significar tantas cosas diferentes. (Alicia)
La cuestión es saber quién manda. (Humpty Dumpty)
"¿Lo negro por fuera es negro por dentro? ¿La asimetría (del corazón) perturba? ¿Lamer apaga la sed? ¿Qué gusto tiene la piedra? ¿Lo sutil quita lo caliente? ¿El gym equilibra el yang? ¿Cuando caés tropezás o caés? ¿Por casa bien? ¿Y yo?"
"Al hacer el dibujo pensé cómo harían las personas para que otros tuvieran malos pensamientos. Es un pensamiento borroso, oscuro, silencioso y no sabemos de dónde vino. Cuervos, una tetera, seres empetrolados, feos presentimientos. Me parecía un conjunto de elementos algo confusos como cuando uno no piensa con claridad. Debería ser inesperado en cualquier momento del día, esos que causan terror, que nos hacen mirar la espalda o las ventanas y se repite muy pocas veces."
"Estas nenas son un poco yo. No sé por qué siempre soy dos, hay una especie de doble o hermana. Lo más morboso de este mal pensamiento es lo no explícito. No se sabe si ha pasado algo malo o no, aunque se puede imaginar lo más perverso. Puede tratarse de un juego inocente o de una malicia de lo más retorcida.
Estuve a punto de tirar estos dibujos porque se me habían mojado por unas goteras en el techo. Estaban en el estudio de mi novio en Barcelona, fuimos a pasar tres meses a Buenos Aires y cuando volvimos estaban así.
El, para alentarme, me decía que no estaban tan mal. Luego noté que las manchas de humedad contribuían a generar esa atmósfera inquietante. Entonces agregué pelo mío, pegado como collage. Una nena peina a la otra. Es algo que siempre estuvo en mi imaginario, creo que en relación con el temor a perder la cordura. Esa idea de mi hermana peinándome a mí y yo totalmente ida la he dibujado ya alguna otra vez. Pero estas nenas no parecen dementes, sino pícaras."
"Esta niña me acompaña desde los 12 años. Se la dibujé como regalo a mi abuela. Ella la pegó sobre un cartón y la colgó en la cocina. En aquel dibujo Miña sólo posaba. Ahora está decapitada por la boca. No es trágico, ésa es su naturaleza dibujada y vive así. Mientras duerme parada, ojos de coca-cola la miran. ¿Este dibujo será la sombra de mi pensamiento?"
"Margaritas a los chanchos... Uno se esfuerza, pone tiempo, dedicación y ganas en cosas que resultan a primera vista pintorescas, atractivas y tentadoras, pero que en definitiva son tiesas, fijas e inamovibles. ¿Un mal pensamiento? No van a poder apreciar nunca el sentido de lo que uno tiene para decir. De todas maneras, lo que me sucede siempre es que el proceso de esos proyectos es el más delicioso y es el que en definitiva vale la pena. Hace que lo que creamos tenga sentido y se disfrute. No importa si son margaritas para unos chanchos... porque la parte más noble son las margaritas."
"Cuando me enteré del tema del libro, no sabía de dónde agarrarme. Pensé en la envidia, esa sensación, aparentemente inocente, que a todos nos surge al menos una vez a la semana. Se puede decir que hay envidias sanas y otras que no tanto. De una u otra forma, y llevándolo al extremo, no es más que la ambición de quererlo todo, de quitarle esa pequeña alegría a alguien para hacerla propia y de nadie más, de trasformarnos en algo que odiamos pero que al mismo tiempo no podemos contener. Si hay que buscarle una inspiración o sentido a esta ilustración, posiblemente tenga que ver con esa especie de egoísmo encubierto, que de rebote nos trae un terrible dolor de cráneo."
"Pienso en el verbo escarbar:
"Espero que mis imágenes estén más cerca de confundir que de aclarar.
Trato de pensar una idea y crear una galería de seres que funcionen, desde su morfología, aportando una cuota de confusión como disparador de una metáfora (cuando algo no es reconocible debe estar queriendo decir otra cosa), intentar explicar esas metáforas me resulta imposible, tengo muchas lecturas sobre mis propios trabajos y me sentiría feliz de que esa multiplicidad se genere en la mirada de los demás.
Esta imagen formaba parte de una galería de ideas inconclusas, posibles representaciones de un viaje a través de los sueños no deseados, pensado durante el proceso de producción del libro La Reina Mab, el Hada de las pesadillas (textos de William Shakespeare adaptados por Ruth Kaufman, pequeño editor 2007) y recreado especialmente como imagen original para esta edición de Malos pensamientos."
Nada es bueno o malo, sino que el pensamiento es lo que hace las cosas buenas o malas. William Shakespeare
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