En la pieza de María Julieta Prieto, un ambiente pequeño, cerrado y claustrofóbico muta en escenario de comedia musical trash protagonizada por tres mujeres y su obsesión por intentar retener el amor de un mismo hombre. Obligadas a despedirse de su oscuro objeto de deseo, la desolación de las chicas crece aún más y los estados anímicos se exacerban hasta concluir que el secuestro de él, de Arturo, es el único camino a seguir para no perderlo. El plan en cuestión se ejecuta a la perfección, excepto porque una de ellas se confunde de chongo y el secuestrado termina por ser un tal Mario, un desconocido que “de atrás se parecía” bastante al original. Con Mario encapuchado y maniatado, se debaten entre devolverlo al bar de donde lo levantaron o quedárselo para que, obligándolo a “actuar” de Arturo, oficie de títere de algunas fantasías que quedaron pendientes desde que el otro se les fue.

Apelando al recurso de la ficción dentro de la ficción, la obra examina sarcásticamente y de la mano de unos cuantos personajes desbordados la representación de situaciones y estereotipos comunes ligados al amor heterosexual políticamente correcto, a la familia-tipo sostenida por el conflicto permanente y al heterosexismo que predomina en el sistema social y relacional comúnmente aceptado. Las chicas se turnan para seguir el libreto de sus fantasías sexuales y sociales con el Arturo sustituto, en un mix escénico en el cual los roles personales y los géneros sexuales estallan en un océano de recortes cotidianos que interpelan y exponen el artificio de ciertas identidades petrificadas y del “amor puro”: una obsesión enmendada a partir de la personificación del otrx como un objeto consolador de la propia esquizofrenia maquillada de pueril romanticismo.

Bendita tú eres, sábados a las 21, La Casona Iluminada, Av. Corrientes 1979.