La Facultad de Ciencias Veterinarias (UBA) estrena un plan de estudios reformulado. Ya desde este cuatrimestre los ingresantes a la carrera cursan con las modificaciones, aunque la mayor parte de los cambios se aplicó sobre el último tramo curricular, donde predominan las prácticas: allí, el ciclo de intensificación se transformó en un ciclo de prácticas profesionales supervisadas (PPS). La reformulación del plan de estudios es rechazada por el centro de estudiantes, que la considera dirigida a “vaciar de contenidos a la carrera y privatizar la educación”. Ayer, con esos argumentos, el centro realizó un corte de calle, frente a la entrada de la facultad, en La Paternal.

La modificación de la currícula de Veterinarias fue votada por el consejo directivo a fines de marzo. Por la mayoría del claustro de graduados, el consejero Edgardo Decaminada dijo a Página/12 que “se trata de una reestructuración de la carrera, en la que los contenidos básicos continúan siendo los mismos”. En cambio, los dirigentes del centro de estudiantes plantearon que se produjo “el recorte de 56 materias para convertirlas en pasantías en veterinarias privadas y vaciar el hospital escuela de la facultad”, según dijo el presidente del centro, Alejandro Raia (EVET-PO).

La resolución del consejo directivo aprobada por la mayoría señala en sus considerandos que “los avances científico-tecnológicos exigen una revisión constante de los contenidos curriculares” y que “es imprescindible fortalecer la formación práctica” en el ciclo de “intensificación”. Entre otras materias, se sumaron Deontología y medicina legal en el ciclo general, y Control de calidad de alimentos en el PPS.

Además, “se agregaron las materias de Sociología, Inglés obligatorio y Sociología rural y urbana para el primer tramo”, informó Decaminada. Agregó que las PPS “se podrán hacer en instituciones públicas y privadas. Por ejemplo, los alumnos trabajar en frigoríficos. Es algo que no puede resolver la facultad y, a través de convenios, se puede lograr que los estudiantes accedan a realizar las prácticas bajo la supervisión de docentes de la UBA”.

El centro de estudiantes centra gran parte de su rechazo en la acreditación de la carrera ante la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (Coneau), explicó Raia. La Coneau se encarga de examinar las carreras para verificar sus estándares de calidad y su adecuación a los contenidos mínimos aprobados por el Ministerio de Educación. La izquierda estudiantil denuncia desde los ’90 que, de la mano de las acreditaciones de la Coneau, se aplican las exigencias del Banco Mundial.

En este caso, el centro de Veterinarias señala que las modificaciones curriculares responden a un informe de la Coneau. La posición de las autoridades indica que “la inscripción en la Coneau surgió como una necesidad cuando el Consejo Nacional de Decanos de Veterinaria lo sugirió como forma de mantener un nivel parejo en los egresados de todo el país. También posibilitará que a nivel internacional se facilite el acceso a créditos financieros blandos y a convenios internacionales”.

Para demostrar su oposición a los cambios en la currícula, los estudiantes cortaron ayer durante tres horas la intersección de la Avenida San Martín y Nogoyá, uno de los accesos a la facultad. “El reclamo es que el plan de estudios se derogue, que se vuelva atrás con los cambios para abrir una instancia de debate donde pueda participar toda la comunidad educativa. Estamos de acuerdo en que hay que modificar el plan de estudios, porque tiene por lo menos 20 años, pero hay que hacerlo para mejorarlo y esta decisión va en contra”, dijo Raia. Por lo pronto, para presentarlo ante el consejo directivo, los alumnos elaboraron un petitorio con la intención de juntar firmas y “demostrar que no es una minoría la que exige que se vuelva atrás”.