Por Román Lejtman
El Ministerio del Interior otorgó pasaporte, cédula y Documento Nacional de Identidad (DNI) al sirio Monser Al Kassar, señalado como pieza clave del atentado al vuelo 103 de Pan Am, que costó la vida de doscientos setenta pasajeros, y acusado por la Justicia de Gran Bretaña, Francia, Dinamarca, Suiza y Alemania de traficar drogas y armas. Al Kassar llegó a Buenos Aires hacia mediados de abril, atravesó los controles migratorios sin inconvenientes y en tiempo record obtuvo todos sus documentos personales. El Ministerio del Interior y la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) no realizaron ningún movimiento para impedir el ingreso de Al Kassar y la Policía Federal no verificó los antecedentes del traficante antes de otorgar su pasaporte y la cédula de identidad, pese a que en esos días había estrictos controles de seguridad por el atentado a la embajada de Israel. Cuando Página/12 pretendió ayer ratificar esta información, el Ministerio del Interior aceptó que se habían entregado los documentos y una hora más tarde dio a conocer un comunicado oficial anunciando que se los declaraba nulos.
La información distribuida por el Ministerio del Interior (ver aparte) resulta contradictoria con las declaraciones del juez federal mendocino Gerardo Rodríguez, quien otorgó la ciudadanía al traficante sirio como paso previo a la obtención de su pasaporte y la cédula de identidad. "Solicité informes a la Policía Federal y Migraciones, entre otros organismos del Estado, y ninguno me remitió antecedentes penales de Al Kassar", señaló Rodríguez, durante una conversación mantenida anoche con este diario. La Policía Federal y la Dirección de Migraciones dependen del ministro José Luis Manzano.
-¿Usted está seguro de que solicitó antecedentes penales de Al Kassar? -insistió Página/12 ante las declaraciones del juez federal de Mendoza.
-Por supuesto, está todo en regla. Enviamos ocho escritos distintos que nos demostraron que Al Kassar no tenía antecedentes.
-¿Usted sabe quién es Al Kassar?
-Ni la menor idea.
-Está acusado de traficar drogas y armas en varios países de Europa.
-Me entero por usted.
-¿La Policía Federal no envió los antecedentes?
-No. Nosotros requerimos información a Migraciones, a la policía provincial, a la Federal, a la Cámara y a Reincidencias, entre otras dependencias, y jamás recibimos un informe que asegurara que se trataba de un delincuente...
-¿Qué decían los informes que recibieron?
-Que estaba limpio. Lo invito a mirar el expediente, ahí está todo.
-¿Al Kassar acreditó que tenía residencia en Mendoza?
-Sí. Acompañó un domicilio y documentos que acreditaban la propiedad de inmuebles en Mendoza y Buenos Aires. Le digo más: la mujer de Al Kassar, que también obtuvo la ciudadanía, no cumplía con el plazo legal y entonces presentó estas propiedades para demostrar que tenía intereses en Argentina.
-Al iniciar la presentación judicial, ¿tenían todos los papeles en regla?
-Sí. Presentaron una cédula para extranjeros y la residencia definitiva. Este trámite lo empezaron a fines de diciembre de 1991.
Argentina, mi amor
Al Kassar arribó a Ezeiza proveniente de España y presentó a las autoridades migratorias un pasaporte de Yemen del Sur. No era la primera vez que Al Kassar utilizaba este documento para demostrar su identidad: a principios de agosto de 1983, junto a su hermano Ghassan, fue detenido en Málaga porque presentó un pasaporte de ese país asiático e Interpol creía que era falso. Finalmente se comprobó que había sido expedido oficialmente.
El narcotraficante sirio llegó a la Argentina por primera vez en 1987 y sus viajes se repitieron año tras año. En esa oportunidad, asegura la Agencia Central de Inteligencia (CIA), visitó también Río de Janeiro y estuvo acompañado por su cuñada Nabila Whebe. La CIA sostiene que concretó este viaje para abrir un canal de venta de estupefacientes que conectaría América del Sur con las principales capitales europeas.
Al Kassar mantuvo una relación sentimental con Amira Yoma y demostró tener fluidos contactos en los niveles más altos de la administración menemista. En 1990, pese a que ya se conocía su frondoso prontuario internacional, obtuvo un permiso de residencia de la Dirección Nacional de Población y Migración, que por entonces encabezaba Aurelio Carlos Martínez. Este funcionario, militar de carrera, dependía orgánicamente del ministro Julio Mera Figueroa.
Dos años más tarde, con su permiso de residencia definitiva, Al Kassar llegó nuevamente al país y viajó a Mendoza para tramitar una solicitud de ciudadanía que le permitiría obtener el pasaporte, la cédula y el DNI. El juez federal Walter Gerardo Rodríguez no le encontró antecedentes penales y lo declaró ciudadano argentino. Para esa fecha, mediados de abril de 1992, Manzano ya tenía sobre su escritorio una voluminosa carpeta con todos los antecedentes penales de Al Kassar. Esa información confidencial, aportada por los servicios de inteligencia que trabajaron para descubrir a los responsables del ataque a la embajada israelí, consiste en lo siguiente:
• El 12 de enero de 1970, fue detenido en Viena por robar autos deportivos que después eran exportados a través de una red de agentes sirios que operaba desde Sofía.
• El 15 de febrero de 1972, fue capturado en Copenhague por transportar hachís desde Siria a Dinamarca. Un tribunal de esa ciudad europea lo declaró culpable y requirió a Interpol que lo arrestara donde se encontrara.
• El 20 de octubre de 1974, la policía británica lo sorprendió cuando entregaba cinco kilos de hachís procesados como aceite. Cuatro años más tarde fue condenado a dieciocho meses de prisión por la Central Criminal Court de Londres.
• El 8 de abril de 1976 es arrestado por la Oficina Federal de Investigación Criminal de Wiesbaden (Alemania Federal), que le incautó en Munich unos quinientos kilos de hachís.
• El 12 de febrero de 1977, Scotland Yard informó a la policía alemana que Al Kassar "transporta drogas desde Turquía, vía Yugoslavia y República Federal de Alemania, a Dinamarca y Gran Bretaña". Por esta denuncia es nuevamente condenado por treinta meses.
• En febrero de 1984 el gobierno británico prohibió a Al Kassar la entrada a su territorio por tráfico de armas y droga.
• El 31 de marzo de 1986, fue procesado ante la Decimocuarta Sala Penal de París. Recibió una condena en ausencia de ocho años de prisión por haber fundado "una organización criminal terrorista".
El último número de la revista española Tiempo, que desde ayer se distribuye en Buenos Aires, agrega otro oportuno dato a su currículum. Bajo el título de "El Mossad sospecha de Al Kassar por el atentado de Buenos Aires", el periodista Rogelio García Lupo sostiene que "la voladura de la embajada de Israel puede estar relacionada con el narcotráfico internacional".