La entrevista con el periodista Aron Pilhofer ocurre en el Mozilla Festival en Londres, en noviembre pasado, en una inmensa escuela de periodismo y nuevos medios que alberga a los más prestigiosos editores digitales de los grandes medios. Pilhofer cuenta con un equipo de veinte personas del área digital en el que trabajan también programadores de software para generar valor agregado al contenido del The New York Times. Un material de tipo inédito o, en verdad, que empieza a ser “édito” desde hace algunos años y que este año promete una explosión en el terreno local. Bases de datos sobre el estado del agua, herramientas interactivas y participativas, mapas sobre la expansión de la radiación en Fukuyima, con cuatro reglas básicas: proveer contexto, describir el proceso, revelar patrones y explicar la geografía. El equipo interactivo de The New York Times piensa las noticias de una manera poco común, historias con forma de base de datos, visualizaciones, historias complementarias a la clásica cuestión de escribir, titular, ilustrar con una foto o una infografía. “Recién hace un par de años logramos tener desarrolladores de software en el mismo escritorio en el que trabajaban los periodistas”, cuenta en el marco del festival organizado por la fundación creadora del navegador Firefox, que tiene como valores centrales la pluralidad, la apertura de la web y la libertad de conocimiento.
En esos días, Pilhofer tenía la cabeza puesta en el desarrollo colaborativo del primer libro de periodismo de datos de la historia, Datajournalism HandBook, auspiciado por la Open Knowledge Foundation, proyecto del que participó este cronista. Y las dudas sobre la fascinación por la tecnología eran una constante en las discusiones, como un posible brillo que podría hacer perder el foco del contenido. “Eso es lo que nosotros llamamos tool sharpening, afilar las herramientas más de lo necesario y perder el tiempo haciendo algo que no ayuda demasiado. Si te olvidás del periodismo, perdés el tiempo en cosas que no llevan a ningún lado”, dice Pilhofer, quien ha desarrollado junto a su equipo gran parte del contenido más ambicioso en ese puente que hay entre periodismo y tecnología, como la situación del derrame de petróleo, seguimiento interactivo de votaciones, etcétera. “Nosotros construimos nuevas herramientas, pero lidiamos con mucho tráfico y nuestras aplicaciones tienen que escalar alto y rápido y es difícil encontrar un balance. Pero la mayor parte tratamos de enfocarnos en contar las historias”, dice.
La idea de juntar periodistas y programadores de software proviene de mediados de los 2000, pero recién empezó a acelerarse cuando Richard Gordon y Pilhofer, que venían pensando de forma independiente empezar a estimular encuentros entre periodistas y programadores de software, se toparon con Burt Herman, que tenía no sólo la misma idea, sino que hasta la había concebido con el mismo nombre. Le pusieron “Hacks/Hackers”, hacks –recortar– es lo que hacen los periodistas y hacker es programar, en definitiva. “Después conocí a la gente de Scarpper Wiki, que era una idea muy nueva, que eran hackers que usaban software para convertir texto pensado para humanos en textos usables por computadoras, y entonces pensé que era obvio lo que tenía que pasar.” En ese mismo momento, además DocumentCloud ganó un premio y comenzó a convertirse en realidad.
–Lo que estaba pasando es que empezábamos a ver organizaciones y periodistas de maneras más sofisticadas, historias digitales, maneras diferentes de mostrar las noticias, pensar en usar la web como una fuente, como herramienta de análisis. Ahora no tenemos que explicarlo más, ahora es algo normal, en Estados Unidos es un tema común en las redacciones hacer análisis de datos e historias con datos.
–Lo que hacemos es crear experiencias únicas en nyt.com. Encontrás contenido que no vas a encontrar en ningún otro lado, y cuando ese contenido sale a la luz a los anunciantes realmente les gusta lo que ven. Así que van a pagar Premium para poner su aviso en algo que sólo se encuentra en nyt.com en pocos proyectos. Tenemos proyectos con mucha publicidad, pero también estamos experimentando con vender el servicio de usar la plataforma. Estamos haciendo algo para que otros medios también puedan usarlo y puedan pagarnos por el uso. Lo hicimos en Vancouver como experimento con dos clientes, porque era muy experimental. Pero lo vamos a hacer grande para Londres, muy grande. Además, no es una aplicación de software para “copiarla”, en realidad la tienes que reconstruir. Por eso los anunciantes la quieren porque es inusual y muy diferente.
–Hay cosas de The New York Times que construimos de las que jamás te vas a enterar. Es igual que cualquier otra parte de la web, no queremos que estén separados, queremos ser parte de esto en conjunto.
–Ese es el problema con todo nuestro contenido. En The New York Times publicamos cientos de historias por día, la mayoría ni siquiera llegan a la página inicial. Este contenido se puede encontrar en la búsqueda, no tenemos una página para nuestras cosas, debatimos en crearla pero no la hemos hecho.
–Va extremadamente bien. Trabajan más de cuatrocientos diarios, con tres millones de documentos. Lo hace muy bien, ahora es parte de la asociación Investigative Reporters and Editors que tiene cinco mil miembros y es perfecto para DocumentCloud. Lo que más nos gusta es que en enero tuvimos una beca de la Open Society para hacer una plataforma multilingüe. Esperamos estar funcionando en español, francés y seguramente más adelante en alemán.
–En este momento, el periodismo de datos quiere decir demasiadas cosas. Se expande de una cobertura tradicional a una de aplicaciones de noticias. Así que depende de que la mayoría de los periodistas aprendan las técnicas usando la data como fuente. Se benefician empezando con lo básico, con usar bases de datos y empezar a comprender el valor de eso y hacer scripts de programación. Los medios tradicionales estamos en una industria que está sufriendo en Estados Unidos, pero inevitablemente nos volveremos digitales. Los periodistas tendrán que ser más fluidos, para usar datos. Cuál es la mejor forma de hacerlo, qué historia cubrimos: hay que buscar la manera de contar cada historia con datos, que los periodistas puedan manipular una gran cantidad de herramientas digitales, y es fácil hacer que eso ocurra.
@blejman
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