El fútbol tiene razones que la razón no entiende. Esta versión libre de la célebre frase de Blas Pascal bien podría aplicarse a lo que pasa en Guinea Ecuatorial, un pequeñísimo país que organizará de apuro la próxima Copa Africana de Naciones. La defección de Marruecos, que era el designado para hacerlo –pidió postergar el torneo por un año debido al virus del ébola–, le abrió la puerta a esta potencia emergente, rica en petróleo, que sólo tiene el 0,15 por ciento de la población del continente y es la única de habla hispana. Su presidente, Teodoro Obiang Nguema, es el mismo que en febrero de 2008 se fue ofendido de la Argentina tras una visita a la Casa Rosada. La presidenta Cristina Kirchner le transmitió su preocupación acerca de por qué la ONU lo había denunciado por violaciones a los derechos humanos. A pedido de uno de los principales dirigentes de la FIFA, el camerunés Issa Hayatou, se hizo cargo del evento. Lo curioso es que su seleccionado nacional, el Nzalang (“Rayo”), había quedado eliminado de la Copa en su etapa clasificatoria por incluir mal a un futbolista. El desliz quedó en el olvido. Ahora no sólo la jugará; también será el anfitrión.
La polvareda que levantó la nueva sede es porque sus opositores le atribuyen al casi vitalicio Obiang Nguema (que gobierna hace 35 años) fines propagandísticos para encubrir su política dictatorial. La oficina de Información y Prensa del régimen salió a refutarlos: “Una vez más, Guinea Ecuatorial vuelve a ser el centro de las críticas desde sectores interesados, que aprovechan cualquier oportunidad para tratar de manchar la imagen del presidente de la república y de todos los ecuatoguineanos. En esta ocasión ha sido la organización de la CAN 2015 el detonante para lanzar acusaciones que afirman que Guinea Ecuatorial es una dictadura, que sólo acoge el campeonato por motivos publicitarios o para atacar al gobierno del país, blandiendo la amenaza del ébola”.
En rigor, es Guinea Conakry el país donde surgió el primer brote del virus. Después se propagó a Sierra Leona y a Liberia. Pero Guinea Ecuatorial está bastante más al sur y todavía no ha registrado un caso de la enfermedad hemorrágica. Además, su gobierno, con carácter preventivo, ya contrató a 50 médicos cubanos para que trabajen durante la Copa, que se disputará entre el 17 de enero y el 8 de febrero de 2015 en cuatro sedes.
Marruecos iba a organizar la Copa, luego desistió por temor al ébola, pero no hizo lo mismo con el Mundial de Clubes que jugará San Lorenzo entre el 10 y el 20 de diciembre. La FIFA lo ratificó como sede, aduciendo que no había antecedentes del virus. Y se apoyó en estudios de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para despejar cualquier duda.
Obiang Nguema recibió a Hayatou en la capital Malabo, donde aceptó organizar la Copa. Sólo restaba destrabar una cuestión reglamentaria. Guinea Ecuatorial había quedado eliminada el 3 de julio en los escritorios después de que Mauritania protestara el partido que como local ganó 1-0 (de visitante había perdido 3-0). Al aceptar ser sede, el seleccionado quedó automáticamente clasificado.
El Nzalang era conocido hasta principios de 2013 como el Basilé. El nombre venía de una montaña cercana a Malabo, la capital. Según el diario opositor Rombe, “tras las constantes derrotas de la selección, Feguifut (la Federación Guineana) pensó en la necesidad de cambiar la denominación, dado que una montaña es algo estático, fijo y, por tanto, no dotado de la suficiente energía que transmitir al combinado nacional. Por lo que decidió sustituirlo con el nombre de algo dinámico como un rayo (en fang, Nzalang), y asegurar éxitos a la selección, emulando, en cierto modo, a otras selecciones africanas, como Los Leones Indomables de Camerún; Los Elefantes de Costa de Marfil o Los Faraones de Egipto, todas ellas campeones de la Copa Africana de Naciones”.
El mismo diario es el que critica al presidente Obiang Nguema porque desafía “los altísimos riesgos de contagio del mortífero virus del ébola en un país como Guinea Ecuatorial, cuyo sistema sanitario es una mezcla de desastre, espiritismo mercantilista y brujería. En este contexto no sería ilógico que los propios facultativos que operan en el país, conscientes de esos riesgos y de las enormes deficiencias en nuestro sistema de salud, así como la falta de especialistas para su tratamiento, vuelvan a abandonar a cualquier enfermo, sobre todo extranjero, que presente síntomas del virus durante o después de la competición”.
El régimen denunció que “la terrible epidemia del ébola ha sido otro de los motivos utilizados para atacar la celebración de este campeonato en tierras ecuatoguineanas. El gobierno de Guinea Ecuatorial es consciente de la gravedad de esta enfermedad y, ya en el mes de agosto, el presidente de la república, mediante el decreto 113/2014, constituyó el Comité Técnico Nacional para la Vigilancia y Control del Ebola”.
La Copa se disputará en cuatro sedes: Malabo, Bata, Mongomo (la ciudad donde se crió Obiang Nguema) y Ebebiyin. El 3 de diciembre se realizará el sorteo en la capital de esta ex colonia española, donde los opositores del gobierno denuncian que está prohibido criticar al seleccionado nacional. Lo que dicen de su presidente es mucho peor: lo acusan de todo tipo de crímenes. Desde la independencia de España en 1968, él y su tío Francisco Macías Nguema –a quien derrocó, juzgó y fusiló– son los únicos hombres que gobernaron el país. De los dos también se dice lo mismo: que han sido los dictadores exclusivos de la pequeña nación con el PBI más alto de Africa y a donde el mejor fútbol del continente llegará con su efecto balsámico para hacer olvidar los conflictos durante tres semanas.
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