Un grupo de investigadores del Conicet y de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) logró aislar un gen que permitirá a las plantas tolerar mejor el estrés hídrico y salino, duplicando la productividad. El descubrimiento implicará una notable mejora, a partir de su implementación, en los principales cultivos del país, como soja, maíz y trigo. Además, por regalías sobre patentes, ambas entidades recibirán unos 75 millones de dólares. “Si se adapta esta tecnología en todo el mundo, con tan sólo los cultivos de soja se obtendrían unos 2500 millones de dólares en concepto de regalías por campaña”, señaló ayer entusiasta la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, durante una videoconferencia que realizó desde la Casa de Gobierno en simultáneo con el predio de Tecnópolis, en donde se encontraban el ministro de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao, y la directora del proyecto, Raquel Chan.
Con tono distendido, la mandataria felicitó a “las neuronas” puestas a trabajar en este proyecto investigativo que se inició en 2008. “La felicito por la investigación y por ser una mujer”, dijo CFK en referencia a la doctora Chan, a quien pidió que explicase el descubrimiento. “El proceso consistió en identificar un gen, dentro de un universo de más de 50.000 distintos, que dé respuesta a la adaptación de la planta, como la tolerancia a la sequía. Este gen permite aumentar la productividad en condiciones de sequía y también normales”, resumió Chan. La investigadora destacó la diferencia de este descubrimiento respecto de otros que existen en el mundo, los cuales sufren una penalización, esto es que en condiciones normales hace que caiga la productividad del cultivo. El nuevo descubrimiento “no sólo no genera merma en el rendimiento frente a las lluvias, sino que potencia la productividad de la planta en ese escenario”.
El desarrollo fue posible gracias a la unión pública privada del Conicet, la UNL y la empresa Bioceres y se estima que el producto estará en el mercado entre 2014 y 2015. La patente del descubrimiento es propiedad conjunta del Estado, a través de la titularidad del Conicet y la UNL, y se licencia su uso y explotación a la empresa Bioceres por veinte años. Cristina agradeció a los representantes de la compañía que invirtieron en el desarrollo de la investigación. También participó la firma estadounidense Arcadia.
En materia de beneficios económicos para el país se estima que, de mantenerse los valores de la cosecha 2010-2011 para soja, maíz y girasol y considerando un aumento del rendimiento del 20 por ciento más un 5 de incremento de la superficie cultivable, el valor de la cosecha podría alcanzar los 40.600 millones de dólares. Esto representa un aumento de cerca de 10.000 millones de dólares y está calculado en base a los promedios de superficies cosechadas, el rendimiento por hectárea y el precio por tonelada de los últimos años. El aumento del rendimiento de esta nueva tecnología oscila entre el 10 y el 100 por ciento, dependiendo del tipo de cultivo, la calidad del mismo y el lugar donde se produzca, así como también de los factores climáticos.
La Presidenta recordó que el descubrimiento “es el resultado de los recursos volcados por este gobierno y el anterior”. El equipo de Chan recibió subsidios de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica del Ministerio de Ciencia, a partir del cual identificaron el gen. Luego el Conicet y la UNL se asociaron a la empresa Bioceres para generar una patente y posterior comercialización del descubrimiento. Ambos organismos estatales recibirán en concepto de regalías un porcentaje por cada semilla vendida una vez que se comercialice. “Ya que permite reducir el estrés de las plantas, habrá que seguir investigando para ver si se puede evitar el estrés de la gente, sobre todo de algunos gobernantes”, se despidió CFK.
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