“El acuerdo que conseguimos en el Club de París era imposible porque estaba fuera de los canales habituales y por eso llevó tanto tiempo esta negociación. Vamos a pagar sin poner de rodillas al país”, afirmó ayer el ministro de Economía, Axel Kicillof. En su casa, donde recibió ayer por la tarde a Página/12 y a otros seis diarios, el funcionario destacó la relevancia del arreglo con los 16 países acreedores para el proceso de regularización de los pasivos impagos arrastrados desde 2001-2002 encarado por el Gobierno. El titular del Palacio de Hacienda rechazó que la decisión de pagar 9700 millones de dólares en un plazo de entre 5 y 7 años implique un regreso a la lógica de la “timba financiera”. No descartó la posibilidad de emitir deuda en el mediano plazo para refinanciar vencimientos de capital, si las condiciones financieras lo ameritan, pero indicó que están muy avanzadas las negociaciones con China para concretar líneas de crédito por 7000 millones de dólares “para proyectos estratégicos de infraestructura”. “Nosotros mantenemos nuestros objetivos y no nos casamos demasiado con los instrumentos”, indicó Kicillof. También desmintió una supuesta interna con el titular del Banco Central: “No estamos peleados con Fábrega. Creo que es una buena persona y está muy preparado. Hay un equipo económico que discute ideas y toma decisiones”, sostuvo.
“Arreglamos en condiciones favorables uno de los tantos entuertos que nos dejó el neoliberalismo, en lo que fue la historia argentina durante décadas y décadas, con foco en la dictadura militar”, remarcó por la mañana el titular del Palacio de Hacienda. Kicillof y su equipo arribaron ayer a las 5 de la mañana después de negociar en la capital francesa durante veinte horas seguidas el mecanismo para cancelar los 9700 millones de dólares que estaban impagos. “Al principio de la discusión empezamos muy lejos, ellos querían que en un año pagáramos el equivalente al 10 por ciento de las reservas”, explicó el funcionario. Si hubiera primado esa fórmula, Argentina hubiera desembolsado 2800 millones de dólares el primer año, mientras que se convino un pago de 1150 millones.
Antes de realizar el primer de-sembolso en julio, el país deberá rubricar acuerdos con cada uno de los 16 países acreedores. “El Club de París ofreció un paraguas para ponerse de acuerdo sobre un solo arreglo, pero los contratos bilaterales no se pueden apartar una coma de lo que dice ese texto”, explicó el funcionario al recordar que los pagos se cursarán a cada uno de los países dependiendo de la porción de la deuda total que les corresponde.
Distendido en el living de su casa, Kicillof descartó que, como resultado del acuerdo, vaya a registrarse un “aluvión” de inversiones extranjeras. Enfatizó en cambio que el arreglo ofrece un estímulo a los países acreedores para que promuevan esos desembolsos en Argentina, ya que así se abre la posibilidad de acelerar los pagos anuales (ver aparte). “No nos aseguran que van a invertir más empresas, sino que les van a avisar a sus agencias de desarrollo y aseguradoras que Argentina ya no es deudora, por ejemplo, de Japón. Por lo tanto, esas agencias pueden financiar con mejores condiciones proyectos de inversión de Toyota o Mitsubishi. Eso no quiere decir que todas las compañías vayan a pedirles y que les otorguen financiamiento”, indicó el funcionario.
“El acuerdo con el Club de París puede generar mayores inversiones extranjeras y mayor holgura del sector externo. Pero, más allá de esos beneficios potenciales, en Argentina continúa habiendo sectores interesados en generar una devaluación a pesar de los acuerdos con el Ciadi, Repsol, la reestructuración de la deuda, el pago al FMI y demás esfuerzos”, advirtió Kicillof.
“Tenemos 28.000 millones de dólares de reservas. Los pagos que debemos afrontar cada año son sustentables y permiten administrar el perfil de vencimientos de deuda externa sin inconvenientes. El año próximo tenemos que pagar aproximadamente 5800 millones por el Boden 2015. Los desembolsos mínimos de 500 millones de dólares a los acreedores del Club de París ese año son poco frente a esa cifra”, indicó Kicillof, en referencia al impacto del acuerdo sobre las reservas del Banco Central. “Este año faltan ingresar todavía 20 mil millones de dólares de la cosecha, por eso el monto tampoco es demasiado significativo si se alcanzan los pagos máximos de 2250 millones de dólares por una mayor inversión extranjera”, concluyó el titular de Economía.
A pesar del renovado “apetito” de los mercados por comprar deuda argentina, Kicillof reiteró que el Gobierno no planea realizar una emisión de bonos en las plazas financieras internacionales. No obstante indicó que están avanzadas las negociaciones con China para que se pongan en marcha créditos por más de 7000 millones de dólares: “No vamos a entrar en la timba financiera. Los créditos para el Belgrano Cargas y las represas son grandes inversiones de largo plazo y costosas que requieren divisas. No vamos a emitir deuda al mercado pero es el mismo tema, utilizamos financiamiento externo”, explicó el funcionario. Consultado sobre el potencial impacto favorable para el acceso al financiamiento internacional para provincias y empresas el funcionario fue cauteloso: “Dependerá de los mercados que tienen un componente especulativo”, sostuvo, para luego recomendar la lectura de algunos capítulos (16 al 18) de la Teoría General de John M. Keynes para comprender el proceso de determinación de la tasa de interés.
“En esta visita el planteo del FMI no apareció en la discusión. No estuvieron ni siquiera como observadores”, explicó al descartar que una participación del organismo hubiera permitido mejores condiciones financieras. “Si realizábamos un acuerdo con el Fondo como parte de la solución con el Club de París las condiciones serían leoninas”, sostuvo el economista ante la consulta de los periodistas.
“Los economistas y políticos que la semana pasada decían que el acuerdo no se iba a cerrar, que nosotros no sabíamos cómo hacerlo, deberían decir que se equivocaron y generaron expectativas desfavorables. Yo sé que no lo van a hacer. Igual no guardo rencores”, sostuvo Kicillof al ser consultado por los pequeños afiches que fueron pegados en los pasillos de Economía con declaraciones recientes del político Roberto Lavagna, el senador radical Ernesto Sanz y el legislador Alfonso Prat-Gay que vaticinaban un fracaso en las negociaciones con el Club de París. “Siento que los jueces argentinos tienen mucha presión. El juicio lleva casi dos años y justo hoy sale el pedido de indagatoria al vicepresidente Amado Boudou”, advirtió el funcionario al referirse al pedido del juez Lijo.
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar|República Argentina|Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.