Los hermanos Sergio y Antonio Cornejo ratificaron ante el fiscal Samuel Rojkin su condición de peones rurales de la estancia La Hoyita, propiedad de la familia Etchevehere. Tal cual habían narrado a Página/12, informaron al fiscal que llegaron a ese campo hace 38 años, en el cual realizaron todo tipo de tareas, desde la limpieza de malezas y alambrados hasta cortar leña y sembrar trigo, lino y soja. También ratificaron las condiciones de extrema precariedad en que vivían, sin luz, agua ni acceso a un baño. Durante la audiencia estuvieron presentes los abogados de Leonor Barbero de Etchevehere, Julio Federick y Leopoldo Lambruschini, los mismos letrados que están defendiendo al presidente de la Sociedad Rural, Luis Miguel Etchevehere, sus hermanos Arturo Sebastián y Juan Diego y la madre de éstos en la demanda penal por defraudación por los manejos financieros realizados desde Las Margaritas SA, empresa que tiene dentro de sus campos a la estancia La Hoyita.
Según indicaron a este diario desde la fiscalía, ahora estudiarán en detalle la declaración testimonial para llamar a declarar a otros testigos que fueron mencionados por los Cornejo.
–¿Qué edad tenían cuando empezaron a trabajar en La Hoyita? –fue la primera pregunta de Página/12 durante su encuentro con los hermanos Cornejo, tal como se relató en la edición de anteayer. Las respuestas fueron de Sergio.
–Cuando entré acá tenía 21 años, después de hacer la colimba.
–¿Y qué hacían?
–Limpiar el monte, trabajábamos en la estancia, siempre por unas moneditas.
–¿Qué fue lo último que hicieron?
–Hacer las líneas, los alambrados, hace poco, menos de un mes.
–¿Tenían trato con Arturo Sebastián Etchevehere?
–Sí, Sebastián es administrador de acá, cuando no venía ella venía él.
–¿Alguna vez tuvieron un recibo de sueldo?
–Nunca, nada.
Los hermanos declararon durante una hora y media cada uno, por separado. El fiscal Rojkin formuló pocas preguntas y dejó que los Cornejo narraran su historia. Ambos hermanos hicieron hincapié en que su ingreso a la estancia La Hoyita se concretó en junio de 1976, hace 38 años. El delito que está investigando la fiscalía a cargo de Rojkin es reducción a la servidumbre. Según el Código Penal, la reducción a la servidumbre es un delito contra la libertad de las personas. “Serán reprimidos con reclusión o prisión de cuatro a quince años el que redujere a una persona a esclavitud o servidumbre, bajo cualquier modalidad”, sostiene el artículo 140 del Código Penal.
–¿En cuántos lugares vivieron? –preguntó este diario a Sergio Cornejo.
–Por el ’80 y pico estábamos en una casa de material. La última era una casa tipo casilla.
–¿Cuánto medía?
–Era cuatro por cuatro. Tres años estuvimos ahí. Nos habían hecho el baño, pero faltaba el pozo. Teníamos que ir al campo.
–Nunca se fueron de acá. ¿Creen que los Etchevehere fueron injustos con ustedes?
–Sí... (silencio). Vos te das cuenta, nos pagaban sólo 450 pesos a cada uno. Antes 300 a cada uno. Yo le pedía aumento y ella nos daba un poquito, por ahí te decía que no podía. Nos daba 50 pesos por ahí.
Luego de que el Renatea realizara la inspección en el campo La Hoyita y formulase la demanda penal, el Grupo Etchevehere envió un descargo con un documento en que el indicó que la casa en la que estaban viviendo los Cornejo, de 4 por 4 metros, se la habían cedido en comodato en 2001. Los hermanos habían firmado con sus huellas digitales. Pero había una curiosidad en ese documento. Un escribano lo certificó pero con fecha 4 de junio de este año, después de la denuncia penal. Esto coincide con el relato de los hermanos, quienes afirmaron que Arturo Sebastián Etchevehere y Leonor Barbero les hicieron firmar “algunos papeles” a cambio de una suma de dinero.
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