Con el sistema de transporte de gas operando a su máxima capacidad y la generación eléctrica trabajando al límite, el consumo de energía alcanzó ayer niveles de record histórico, poniendo a prueba todo el sistema. Las bajas temperaturas en el área metropolitana pusieron en alerta al Gobierno y a las empresas que prestan el servicio. Desde el último fin de semana, la industria viene recibiendo avisos de que a partir de hoy estaría obligada a reemplazar el uso del gas por combustibles líquidos para alimentar sus motores. Las estaciones de servicio que venden GNC también sufrieron restricciones, aunque parciales. Incluso desde el Ministerio de Planificación partieron llamados a miembros de la cúpula empresaria para pedir la máxima colaboración en la forma de autocontrol en la demanda de energía. Semejante operativo buscó dejar disponible la oferta gasífera para el abastecimiento de clientes residenciales y usinas térmicas. De todos modos, el consumo eléctrico record, que pasadas las 20.00 alcanzó aproximadamente a 18.300 megawatts (2,3 por ciento por encima del record anterior), provocó una falla en la Central Puerto, que alimenta la demanda de la ciudad de Buenos Aires. Durante un lapso de unos diez minutos, varias manzanas del barrio porteño de Palermo permanecieron a oscuras. Hoy todo el servicio volverá a transitar por una muy fina cornisa, ya que además del caso mencionado, se registran inconvenientes en Central Costanera, Atucha, Térmica San Nicolás, además de los inconvenientes irresueltos en la subestación Ezeiza, que limitan la capacidad de suministro del sistema.
El estado de tensión en el Gobierno fue en aumento durante el fin de semana, en la medida en que se confirmaban los pronósticos de una ola de frío en Capital y alrededores a partir de ayer y por lo menos hasta mañana, miércoles, y se iban conociendo datos sobre las dificultades para el suministro eléctrico. A la demora en las reparaciones en la subestación Ezeiza, de Transener, que se incendiara hace ya casi dos semanas, se sumaba la parada técnica de Atucha y los problemas por fallas en Central Costanera, que dejaban prácticamente indisponible el 70 por ciento de su capacidad de generación. A este panorama se sumó la salida de servicio de la central térmica de San Nicolás por daños en un alternador, restándole otros 350 megawatts a la capacidad de generación disponible.
La poco racional composición del consumo energético nacional hizo que, en los últimos años, se produjeran dos picos de demanda eléctrica por año: uno en verano, con los records de calor en los centros urbanos, por el mayor uso de aparatos de refrigeración, y otro en invierno, cuando bajan las temperaturas y aumenta el consumo de calefactores eléctricos y las horas de las familias dentro del hogar. Este pico de demanda invernal coincide, así, con el más tradicional pico de consumo de gas residencial. Justamente, el combustible más económico que utilizan las usinas térmicas que generan aproximadamente el 40 por ciento de la oferta eléctrica.
El pico de demanda eléctrica había alcanzado anoche a 18.283 megawatts pasadas las 19.30, contra 17.881 del nivel record anterior. Como esa demanda máxima se produce usualmente después del anochecer, no coincide con las horas de mayor trabajo en establecimientos industriales, con lo cual hace innecesario la interrupción del suministro a éstos. De todos modos, la demanda se acercó peligrosamente al umbral de la capacidad de generación del sistema, cuando tiene a la ya mencionada parte del parque fuera de servicio. Si el frío de hoy llega a elevar el consumo eléctrico por encima de los niveles de la víspera, se corre el riesgo de que haya interrupciones del servicio en alguna zona metropolitana para equilibrar el mercado. “Hay un margen de disponibilidad todavía, si las condiciones de la oferta no empeoran”, señaló ayer con optimismo, pero sin perder la cautela, una alta fuente oficial que conoce el sector hasta en su más mínimo detalle.
Del parque eléctrico fuera de servicio, prácticamente no hay ninguna que pueda reponerse en forma inmediata. Ezeiza recién empezó a restablecerse parcialmente, Atucha no volverá a su régimen normal antes de una semana y Central Costanera también será repuesta en forma paulatina. La primera y la última dependen de decisiones de inversión privadas.
En el caso de la oferta de gas natural, la restricción una vez más está por el lado del transporte. Para evitar que la demanda desbordara la capacidad de abastecimiento, desde el fin de semana se inicio del proceso de interrupción del suministro a grandes clientes y el corte parcial del bombeo de gas a Chile. “Ya se envió nota a clientes industriales con contratos interrumpibles para anticiparles que desde la cero hora no recibirían el gas, pero desde mañana (por hoy, martes) la limitación corre para todos, incluso con contratos en firme”, señalaron en las empresas distribuidoras del área bonaerense, que en los últimos días reciben el gas con menos presión que la habitual. Por ahora, sólo quedan a salvo los clientes residenciales y centrales eléctricas y tratarán de seguir operando en esas condiciones hasta que pase la ola de frío.
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