Jimmy Morales, candidato del partido Frente de Convergencia Nacional, se ubicaba anoche, al cierre de esta edición, al frente de las elecciones de Guatemala. De acuerdo a los primeros resultados divulgados por el Tribunal Supremo Electoral (TSE), el comediante de derecha obtenía 27,8 por ciento de los votos, y se veía obligado a dirimir en segunda vuelta quién será el próximo mandatario con el empresario Manuel Baldizón, candidato de Libertad Democrática Renovada (Líder), quien cosechaba el 20.3 por ciento de los sufragios. En tercer lugar se ubicaba la socialdemócrata ex primera dama Sandra Torres, de Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), con el 16.9 por ciento.
Como telón de fondo de estos comicios estuvo la caída del presidente Otto Pérez Molina a raíz de un escándalo de corrupción. El militar retirado renunció el miércoles pasado y fue enviado a prisión en forma preventiva al día siguiente. “Quien resulte electo debe tener claro que tendrá fiscalización de toda la población guatemalteca y, por supuesto, del Ministerio Público, que investigará a quien corresponda, no importa si es el presidente, vicepresidente o cualquier funcionario”, dijo luego de sufragar la fiscal general Thelma Aldana, miembro de la investigación que reveló el esquema de corrupción que provocó la dimisión de Pérez Molina y su vicepresidenta Roxana Baldetti en mayo, ambos detenidos a la espera de ser juzgados.
Los comicios se desarrollaron con tranquilidad pero en un ambiente de indignación contra la clase política debido al escándalo sobre una banda de defraudación aduanera destapado el 16 de abril por la Fiscalía y la Comisión de Naciones Unidas contra la Impunidad (Cicig). El ahora ex presidente Pérez Molina y la ex vice Baldetti fueron señalados como cabecillas de esa red, y su vinculación en el caso los obligó a dejar el gobierno cuatro meses antes de lo previsto, en medio de grandes movilizaciones para exigir su salida.
La Premio Nobel de la Paz y activista indígena, Rigoberta Menchú, dijo que “jamás habíamos pensado que algunos poderes serían tocables”. Abogó por intensificar el trabajo con las juventudes para lograr el fortalecimiento de la justicia, la educación y la participación ciudadana. Por eso Menchú invitó a la sociedad guatemalteca a trabajar “incansablemente” por lograr la transformación del país en este momento crucial. Y llamó a “velar porque los futuros gobernantes estén exentos de comportamientos no aptos como la corrupción, el racismo y la represión”.
No todos se mostraron optimistas. “El gobierno que surja de estas elecciones va a tener la más baja legitimidad de estos 30 últimos años. La elección no detiene la crisis, la va a agravar más bien”, dijo el ex canciller guatemalteco y analista político Edgar Gutiérrez.
Hasta que asuma el próximo presidente, el ex magistrado Alejandro Maldonado, de 79 años, se encuentra al frente del Ejecutivo, que asumió un día después de la renuncia de Pérez Molina. “La gente debe castigar con el voto a los candidatos que engañan”, expresó Maldonado y sostuvo que los comicios transcurrieron en calma. Más temprano, tras emitir su sufragio, Maldonado había exhortado a sus compatriotas a que asistieran a las urnas porque el voto es un deber y un derecho para poder exigir.
Medios locales reportaron un enfrentamiento armado entre simpatizantes de los partidos de Baldizón y Torres que dejó cinco heridos en la aldea Lampocoy del municipio La Unión, departamento Zacapa. Anteayer, en Santa Bárbara, departamento Suchitepéquez, otro tiroteo entre militantes de esos dos partidos dejó un muerto, tres heridos y 25 detenidos.
Por otra parte, en varias ciudades del interior, particularmente en los departamentos Chimaltenango, El Progreso y Zacapa, grupos de vecinos bloquearon con troncos, neumáticos y piedras los principales accesos para evitar que ingresaran ómnibus con personas que no viven en esas localidades. La fiscal general ofreció investigar las múltiples denuncias “de acarreo de votantes” y reconoció que esa práctica aumentó. En el área rural hubo distintos incidentes originados por estos hechos y fueron denunciados por observadores electorales.
El futuro gobernante, que se conocerá en el ballottage del 25 de octubre, deberá asumir el 14 de enero. El nuevo mandatario tendrá el desafío de devolver la esperanza a una Guatemala harta de los corruptos, agobiada por una pobreza que alcanza al 54 por ciento de los 15,8 millones de guatemaltecos, la violencia generada por el narcotráfico y las pandillas que deja una tasa de 39 homicidios por cada 100.000 habitantes.
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