La XVII cumbre del Movimiento de Países No Alineados que empezará mañana en Venezuela amplifica hacia el exterior el conflicto político entre el gobierno del presidente Nicolás Maduro y la oposición. “Será un momento histórico de la nueva geopolítica mundial” lo definió el jefe de Estado. En su cuenta de Twitter, el dirigente Henrique Capriles dijo que el MNOAL se reunirá en la isla Margarita para evitar que los mandatarios invitados presencien el rechazo de los venezolanos “al derroche” del Poder Ejecutivo. En el centro de convenciones Hugo Chávez, la nación anfitriona recibirá de Irán la presidencia pro témpore del movimiento que se reunió por primera vez en 1961 en Belgrado y agrupa a 120 países –poco menos de dos tercios de los 193 que integran la ONU– más 16 en condición de observadores.
Unos 14 mil efectivos de seguridad fueron asignados al evento en un clima de violencia y movilizaciones creciente de los dos sectores en que está dividida Venezuela. El paso de las comitivas extranjeras será monitoreado las 24 horas del día por 414 cámaras, detalló el ministro del Interior, Justicia y Paz, Néstor Reverol. Asimismo se prohibió la portación de armas en el estado de Nueva Esparta, donde se ubica la isla.
Maduro buscará un respiro político en la cumbre mientras la oposición cuestiona su realización e intenta boicotearla. El presidente de la Asamblea Nacional, Henry Ramos Allup, denunció que el gobierno impidió el viaje a la isla Margarita de los diputados opositores que tenían proyectado sesionar en paralelo. El argumento que utilizó fue que “se prohibió la venta de boletos aéreos y marítimos a los asambleístas”. La denuncia es una verdad a medias. Nadie puede viajar porque se realiza la cumbre. El gobierno, mediante un decreto, señaló que “amerita la toma de medidas de seguridad que garanticen la prestación ordenada, segura y eficiente de la navegación acuática y aérea”. El argumento de Ramos Allup y la cifra que difundieron los opositores sobre la presunta suma que invirtió el Estado en la cumbre –unos 100 millones de euros– repiquetearon en los medios durante la semana previa al encuentro. Esa suma fue mencionada por el diputado Jony Rahal, de la fuerza Primero Justicia del estado de Nueva Esparta. En la vereda de enfrente, el legislador oficialista y ex canciller Elías Jaua anticipó que el evento “será un éxito porque Venezuela asume la presidencia de un grupo integrado por más de 130 países con miras al desarrollo del mundo pluripolar”. Algo que la oposición intenta evitar por la representatividad internacional que otorga ese cargo.
El Movimiento de Países No Alineados se reunirá entre este martes y el domingo 18 para tratar temas político-económicos como el precio del petróleo, la crisis de Medio Oriente y el fortalecimiento de los postulados que le dieron origen. Su composición heterogénea, con presencia mayoritaria de naciones de Africa (53) y Asia (36) y una porción considerable de países de América latina (26), siempre tuvo como objetivo el no alineamiento con ninguna de las superpotencias.
Nació con el auge de la descolonización a comienzos de la década del 60 y sus referentes iniciales fueron el egipcio Gamal Abdel Nasser, el indio Jawaharlal Nehru y el indonesio Sukarno. El único país latinoamericano que permanece desde su fundación, en 1961, es Cuba. Argentina se alejó como miembro pleno en 1991, durante la presidencia de Carlos Menem, y regresó como observador en 2009, durante el gobierno de Cristina Kirchner. Ese mismo status lo tienen hoy China, Brasil y México. Una curiosidad es que apenas una nación europea lo integra: Bielorrusia. Y conviven en él países aliados a Estados Unidos como Arabia Saudita y Colombia con otros que están en las antípodas: Corea del Norte e Irán, por citar sólo dos casos.
El MNOAL es tributario de la conferencia de Bandung, Indonesia, que reunió a países asiáticos y africanos en 1955 y lo hizo en torno de principios que aún hoy sigue levantando. El respeto por la soberanía y la integridad territorial de todas las naciones o la defensa del principio de no intervención en los asuntos internos son apenas un par de enunciados. En sus primeras dos décadas de existencia tuvo fuerte predicamento en el plano internacional, mientras transcurría la Guerra Fría entre Estados Unidos y la ex Unión Soviética. Pero se desdibujó a comienzos de los años 80, entre otros conflictos, por la guerra entre Irán e Irak. En este país se realizó la última cumbre, en agosto del 2012. Asistió el líder de la revolución bolivariana Hugo Chávez, quien murió el 3 de marzo del año siguiente.
Desde aquel momento se sabía que la próxima reunión del movimiento se realizaría en Venezuela en 2015. Postergada en más de una oportunidad, ahora se desarrollará con un país dividido. La oposición la ve innecesaria –Capriles la definió como un “show”– y Maduro percibe que es una gran oportunidad para conseguir respaldo político. El presidente de la Asamblea, Ramos Allup, le espetó al gobierno: “Por mucho que parapeten Margarita para la cumbre, no van a poder disimular que han convertido a Venezuela en un pudridero, una tragedia para todos”. La canciller local Delcy Rodríguez recordó en su cuenta de Twitter que el movimiento “es el antiimperialismo, el anticolonialismo y la búsqueda de la Paz en el mundo”. Venezuela lo presidirá, como estaba previsto, hasta 2019. Un logro de Chavez que simbólicamente estará en la cumbre cuando se descubra un monumento suyo ubicado frente al lugar donde sesionarán los No Alineados.
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