Página/12 :: El mundo :: Europa y los inmigrantes

Según la encuesta Transatlantic Trends Immigration 2011 los países europeos son sensibles principalmente a cuatro tipos de inmigrantes: los que escapan por pobreza, por persecución, por conflictos armados y por desastres naturales. En cada uno de estos rubros se destaca un país. Mientras el 85 por ciento de los españoles considera que deben ser admitidos los inmigrantes por desastres naturales, el 85 por ciento de los alemanes lo cree necesario cuando se trata de gente que escapa a conflictos armados, el 78 por ciento de los franceses por persecución y el 76 por ciento de los españoles por pobreza. Los demás países tienen porcentajes de aceptación más bajos en cada uno de los rubros. Realizado principalmente por la Fundación Alemana Marshall de Estados Unidos y la Compañía de San Paolo de Turín, las encuestas de Transatlantic Trends fueron realizadas en el mes de agosto-septiembre pasado en España, Gran Bretaña, Italia, Alemania, Francia y Estados Unidos. Otro aspecto curioso es conocer cuántos inmigrantes existen en realidad en cada país. El país que menos inmigrantes tiene, según Transatlantic Trends, es Italia (4,5 millones) lo que representa el 7,5 por ciento de la población, seguido por España, que en valores absolutos tienen sólo 6,5 millones, pero eso representa el 14,3 por ciento de la población y por Gran Bretaña, con 7 millones que representan el 11,3 por ciento de la población. Alemania tiene poco más de 10,6 millones (12,9 por ciento de la población), Francia 7,2 millones (11,6 por ciento) y Estados Unidos 38,5 millones (12,5 por ciento). Entre éstos, ¿cuáles son los países cuya población piensa que existen en el propio territorio demasiados inmigrantes?: Gran Bretaña (el 57 por ciento de la población), Italia (48 por ciento) y España (48 por ciento). El tema inmigración dará mucho que hablar. Todavía se debate en Europa quién, si la Unión Europea o cada país, y en qué proporción, debe gestionar el ingreso de los extranjeros. Las oleadas de inmigrantes no se acabarán tan fácilmente y, aunque pataleen, a algunos países, como Italia, no sólo le resuelven varios problemas económicos porque desempeñan trabajos que los italianos no quieren hacer, sino también demográficos porque los inmigrantes tienen la alta tasa de natalidad que el país necesita.