La mayoría de las encuestas otorga a la fórmula Néstor Kirchner-Daniel Scioli una ventaja que va de los cinco a los ocho puntos sobre el dúo Francisco de Narváez-Felipe Solá. En ese rango se ubican el CEOP, Analogías, Ibarómetro, Equis y Ricardo Rouvier. En un segundo margen de diferencia, dos conocidos consultores, Manuel Mora y Araujo y Hugo Haime, afirman que, hoy por hoy, tienen cuatro puntos de ventaja para el Frente para la Victoria (FPV). Del otro lado, hay dos estudios que tienen una visión diferente: uno de ellos adjudica una ventaja más leve al Frente para la Victoria y, por lo tanto, sostiene que existe un empate técnico; mientras que el trabajo que suele hacer Poliarquía para el diario La Nación, publicado el domingo pasado, afirma que De Narváez tiene una luz de 2,5 a su favor. El tercer lugar es para la fórmula del Acuerdo Cívico y Social, Margarita Stolbizer-Ricardo Alfonsín. Los sondeos le otorgan un porcentaje que está entre los 16 y los 22 puntos. Según sostienen el CEOP, Analogías, Ricardo Rouvier y Asociados, Equis e Ibarómetro, la distancia entre el Frente para la Victoria y Unión-PRO se fue ampliando en los últimos días, porque se consolidó el apoyo a Kirchner-Scioli en el Gran Buenos Aires y De Narváez no siguió creciendo.
Como se ve, la discrepancia entre los encuestadores sigue en pie y se ubica más allá del error estadístico, que todos coinciden en situar en tres puntos. Entre los que dicen que Kirchner-Scioli gana por cinco o seis puntos y los que afirman que De Narváez-Solá se impondrían por tres hay una brecha de nueve puntos que categóricamente habla de diagnósticos opuestos.
El trabajo del CEOP, que lidera Roberto Bacman, es muy extenso, con más de 2500 casos en 25 zonas de la provincia. También Equis, a cargo de Artemio López, relevó 2408 personas. Y ambos estudios se hicieron en forma domiciliaria. Ibarómetro consultó a 1400 personas por teléfono y a 600 en su domicilio, mientras que los trabajos de Analogías, Rouvier y Opinión Autenticada se basan en muestras más chicas, de 1200 casos. El mismo tamaño suele utilizar Poliarquía.
Para las consultoras que aprecian una diferencia más clara a favor de Kirchner-Scioli la clave está en que De Narváez-Solá no lograron penetrar el Gran Buenos Aires, salvo en zonas del primer cordón. En el oficialismo, efectivamente, admiten dificultades en los distritos más pegados a la General Paz, como San Martín, Tres de Febrero, Avellaneda y, obviamente, Vicente López, tradicional reducto no-peronista. Por ejemplo, el estudio de Artemio López exhibe una diferencia de 12 puntos en el total del GBA, una ventaja casi indescontable en el interior bonaerense. Además, debe tenerse en cuenta que Kirchner-Scioli no hacen mala elección en dos ciudades grandes de ese interior, Mar del Plata y La Plata. Incluso, los autores del estudio de Opinión Autenticada afirman que “existe un carácter estructural del voto oficialista, caracterizado por su consolidación estable; en contraposición con un carácter inestable del voto opositor, que evidenció un patrón oscilatorio”.
Uno de los encuestadores que más conocen la provincia, Haime, estima “alrededor de cuatro puntos de diferencia a favor de Kirchner. Lo que sucede es que establece una ventaja clara en el conurbano y no se debe despreciar el papel que han jugado las candidaturas testimoniales. Cuando los encuestados ven a sus referentes municipales como candidatos, eso le da un plus a la lista del Frente. No es una diferencia abismal, pero sí dos o tres puntos, que son de importancia en esta elección. Y más todavía pesan las candidaturas testimoniales en algunas ciudades del interior bonaerense. Que en la boleta de Mar del Plata aparezca el intendente Gustavo Pulti le permite hacer una buena elección. En los últimos días lo que vemos es que Kirchner-Scioli se consolidaron en el Gran Buenos Aires, que De Narváez se nutrió de los votos que eran de Luis Patti y que el Frente para la Victoria no hace mala elección en el interior. En el cuadro total, aparecen nítidos los cuatro puntos”.
En este diagnóstico coincide Manuel Mora y Araujo: “Yo diría que la diferencia está entre los tres y los cuatro puntos a favor de Kirchner –Solá. No teníamos esa situación hace una semana, lo que demuestra que el voto es muy volátil. Coincido con todos mis colegas en que la clave está en el Gran Buenos Aires. Allí, el aparato pone la diferencia”. Enrique Zuleta Puceiro, titular de Opinión Pública Servicios y Mercados (OPSM), recuerda permanentemente el peso que juega “la infraestructura territorial que tiene cada fuerza y la logística del día de la elección”. En otros términos, es lo que muchos llaman aparato partidario. En este terreno tendrá mucha importancia el papel que jueguen los intendentes el domingo próximo. Si mueven mucha gente, si aseguran el voto en su distrito, será muy difícil que el Frente para la Victoria no se imponga. “Lo único que podría cambiar esa situación es que haya una fuerte corriente anti-K en las últimas 48 horas, pero eso por ahora no se ve”, afirma uno de los consultores que se especializa en los estudios del Gran Buenos Aires.
Roberto Bacman, titular del CEOP, afirma que “es cierto que hubo y hay volatilidad de voto. Hubo movimiento de votos entre De Narváez y Stolbizer. Eso hizo crecer a De Narváez, pero en los últimos días, sobre todo en el interior, hay una recuperación de la fórmula del Acuerdo Cívico. El eje de toda la situación es que Kirchner-Scioli consiguen una gran diferencia en el Gran Buenos Aires. Por ejemplo, nosotros registramos entre 15 y 18 puntos de ventaja en el segundo cordón del conurbano y entre 4 y 6 en el primero. En ese territorio, parece que De Narváez encontró un techo. Yo supongo que el comando de Unión-PRO detectó ese fenómeno porque, de entrada, el candidato De Narváez buscó el voto opositor, no peronista, al estilo de la estrategia de Graciela Fernández Meijide, hablándole a la clase media. Para eso corrió de la campaña a Felipe Solá. Sobre el final, de golpe, con esa mención a la estatización de Edenor, Edesur e YPF pegó un volantazo tratando de conseguir otra vez el voto peronista, pero ya sin Solá y sin el duhaldismo. Son estrategias que vienen del marketing comercial. Cuando uno prueba una forma de vender un producto y no camina, busca otra vía. Pero en la política no es exactamente lo mismo: deja una idea de falta de contenidos. Además, esa estrategia lo alejó peligrosamente de Mauricio Macri”.
Respecto de la fórmula Stolbizer-Alfonsín existe discrepancia entre los consultores. Algunos le otorgan un 16 por ciento de los votos y otros el 22. Estas diferencias se explican por el movimiento de los apoyos del Acuerdo Cívico y porque una parte importantísima del voto de esa fuerza está en el interior bonaerense, sobre todo en ciudades pequeñas. En la práctica el voto radical tiende a ser mayor que el previsto, debido a que no resulta fácil percibir los apoyos en ciudades chicas.
De acuerdo con la mayoría de los consultores, Martín Sabbatella, de Nuevo Encuentro, conseguirá entre un cuatro y un cinco por ciento de los votos, lo que le permitiría acceder a la banca. Habrá que ver exactamente el guarismo final, pero también tendría chances su compañero de fórmula, Jorge Ceballos.
Hubo elecciones bonaerenses en las que existió una especie de rush final que marcó el resultado. Por ejemplo, Carlos Ruckauf volcó a su favor la contienda con Graciela Fernández Meijide; ésta derrotó a Chiche Duhalde también con una corrida final y lo mismo ocurrió en la elección presidencial entre Carlos Menem y José Octavio Bordón. Según la consulta que este diario les hizo a todos los consultores, no parece existir esta vez ese clima y, además, en las oportunidades anteriores la corrida empezó un par de días antes del inicio de la veda. La resolución del enigma estará, entonces, a partir de las 18 del domingo.
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