Los trabajadores profesionales de la empresa IBM eligieron por primera vez en 85 años a delegados para que los representen sindicalmente ante la compañía. Con la votación en la sede Catalinas, de la que participó el 50 por ciento de los empleados, el martes quedó conformado el nuevo cuerpo de representantes con 17 delegados que serán parte del Centro de Profesionales de Empresas de Telecomunicaciones (Cepetel), a su vez enrolado en la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), y que ya tienen su primer conflicto en puerta: la multinacional no los reconoce. En diálogo con Página/12, los flamantes delegados Pablo Dorín y Fernando Gutiérrez dijeron que votaron más de 500 trabajadores, efectivos de IBM y contratados de consultoras. En esta primera oportunidad la elección tuvo una lista única y se organizó por correo electrónico.
Dorín, que trabaja en la sede Olivos, y Gutiérrez, de Martínez, relataron que “a principios de los años ‘90 la primera iniciativa terminó con el despido de todos” los que querían comenzar con la actividad sindical en el gigante informático. La segunda etapa fue a partir de 2001, cuando IBM bajó salarios y redujo beneficios a sus empleados. “Desde hace dos años no tenemos aumento salarial, hasta los gerentes ganan mal”, dijeron. Argentina era hasta ahora la excepción, ya que IBM tiene delegados gremiales en Estados Unidos, Inglaterra, Italia, Francia e incluso en la India.
–¿Por qué acá se tardó tanto?
Fernando Gutiérrez: –Las multinacionales en Argentina no quieren la afiliación gremial. En Europa están obligadas a tener a la gente sindicalizada por el mercado común, incluso tienen que tener un director obrero en la cúpula. Durante muchos años, IBM tuvo salarios muy altos, hasta los ’90. Sólo en el discurso somos profesionales porque en el salario no lo reconocen, el sueldo promedio es de 2500 a 3000 pesos.
Pablo Dorín: –Hay ingenieros de sistemas, gente muy preparada a nivel técnico y otros son genios de la informática sin título. IBM acaba de ser premiada por la excelencia, y declaró haber tenido ganancias extraordinarias, mientras nuestros salarios se reducen por la inflación. Sin un convenio colectivo del sector informática, las empresas del ramo están en el paraíso. No hay un sindicato de la informática, nosotros estamos adentro de Cepetel, que es de telefónicos. Pero claro, el 85 por ciento del sector privado no está afiliado a un sindicato, lo cual habla a las claras de una política de las empresas.
–¿Cuáles son las reivindicaciones prioritarias?
F. G.: –La empresa desconoce la Ley de Contrato de Trabajo porque no reconoce las horas extra, los feriados y las guardias.
P. D.: –Lo más urgente es el atraso salarial, perdimos el 40 por ciento en dos años, estamos debajo de la realidad del Indec. Hay infinitos sectores que hacen lo mismo y ganan muy diferente, y el tema de la tercerización del personal, que es el 60 por ciento. Cuando trabajamos en casa no nos pagan Internet, por ejemplo.
–¿El fallo de la Corte Suprema sobre libertad sindical los favoreció?
F. G.: -Sí, nos apoyamos en eso, pero la empresa no nos reconoce hasta que no tengamos la personería otorgada por el Ministerio de Trabajo.
–¿Les costó convencer a sus compañeros de sindicalizarse?
P. D.: –Nos identificamos como clase trabajadora, pero los más jóvenes entran para ser Bill Gates. Otros temen la posible sanción de la empresa ante la cuestión sindical, algo increíble que pase en el siglo XXI.
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