Los presidentes de los países miembros del Mercosur reunidos en Montevideo dieron ayer un fuerte respaldo al reclamo de soberanía argentina sobre las Islas Malvinas, al firmar un acuerdo que les cierra los puertos de los Estados integrantes a los buques que lleven como insignia la bandera “ilegal” de las “Falkland Islands”. Una resolución que también apoya la actitud asumida por el gobierno uruguayo, que les negó el ingreso a buques factorías que faenan en el Atlántico Sur y que llevan la bandera de las islas por cuestiones económicas. “Malvinas no es una causa argentina, sino una causa global”, dijo Cristina Fernández de Kirchner al agradecer el respaldo del mercado regional, reiterar la intención de dialogar para comenzar una negociación y denunciar que “el Reino Unido se sienta en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y no respeta sus decisiones”.
Los presidentes del Mercosur reiteraron su respaldo al reclamo argentino sobre la soberanía del archipiélago y plasmaron su compromiso de adoptar todas las medidas “para impedir el ingreso a sus puertos de los buques que enarbolen la bandera ilegal de las Islas Malvinas”.
“Aquellas embarcaciones que hubiesen sido rechazadas previamente en su acceso a algún puerto de la región evitarán solicitar el ingreso a otros puertos de los demás Estados Parte del Mercosur y Estados Asociados mientras sean portadoras de dicha bandera. En caso contrario, se aplicará a esa nave igual medida que la contemplada en el primer párrafo de la presente declaración, de conformidad con el Derecho Internacional y la respectiva legislación interna”, dice uno de los párrafos del acuerdo suscripto en Montevideo y difundido por el Palacio San Martín.
El acuerdo también implica un respaldo a la decisión que unilateralmente ya había tomado el gobierno uruguayo. El propio presidente José Mujica fundamentó la postura de su gobierno en “la solidaridad continental con raíces históricas” que “cimientan” su política exterior y en el “reiterado” apoyo regional al reclamo de la soberanía argentina sobre Malvinas. “Ello implica por el momento considerar de hecho a ese territorio como una posición colonial inglesa en nuestra América y, en consecuencia, no puede reconocerse su bandera”, señaló Mujica en una carta publicada ayer en el portal oficial del Ejecutivo uruguayo.
La carta fue publicada bajo el título “Mujica apuesta a la negociación pacífica sobre islas Malvinas”. “El Uruguay permite recalar en sus puertos a naves inglesas o con cualquier otra bandera reconocida por las Naciones Unidas cuyo destino puede ser islas Malvinas. No autoriza, en cambio, recalar naves militares inglesas con destino Malvinas y esto lo hace por razones de solidaridad libérrima con Argentina”, afirmó Mujica.
La misiva fue en respuesta al reclamo que el Reino Unido hizo ante el canciller uruguayo, aunque también tiene como destinatarios a sectores de la oposición y de la prensa uruguaya que acusan a Mujica de “genuflexo” ante la exigencias del gobierno argentino. El presidente uruguayo agregó que las “razones de principio” de su política exterior no deben “considerarse aisladas de los intereses económicos y geopolíticos”.
“Estos –continuó Mujica– hoy nos dicen que el turismo argentino aporta unos 1500 millones de dólares anuales. La inversión inmobiliaria es cuantiosa, la más importante de inversión extranjera y un acicate para la industria de la construcción. La inversión agrícola significó la revolución de los granos y de la siembra directa, hoy primer renglón de exportación. El intercambio comercial crece a pesar de los obstáculos.”
Por último, les apuntó a sus adversarios. “Puede percibirse en nuestro país cierta animosidad política opositora, es comprensible, pero es claro que, cuando por pegarle al gobierno, se siembra pasión antiargentina, chovinista, va en los hechos contra los más evidentes intereses de nuestra economía y contra el trabajo de miles de uruguayos”, sentenció Mujica.
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