El congreso del “radicalismo popular” que encabezó Leopoldo Moreau y del que participó la presidenta Cristina Fernández agitó las aguas de la UCR, embarcada en su nueva alianza con el PRO y la Coalición Cívica. El titular del Comité Nacional, Ernesto Sanz, adelantó que se está tramitando en el Tribunal de Etica partidario la desafiliación del histórico dirigente alfonisnista. “Moreau es un dirigente que supo ser un dirigente radical, que hace rato tomó otros rumbos. Hace muchos años, él junto con algún otro grupo pequeño, tomó el camino de acercarse y formar parte del proyecto del Gobierno”, aseguró Sanz. Desde el Movimiento Nacional Alfonsinista (MNA), Moreau acusó a Sanz de buscar “cambiar el eje de la discusión” y calificó su reacción como “una respuesta muy pobre frente al proceso político de gran riqueza que se está generando en la Argentina”. Cerca de Julio Cobos remarcaron sus críticas a la conducción partidaria, aunque su actual socio, Ricardo Alfonsín, prefirió cuestionar la actitud del referente de la ex Coordinadora Nacional.
El fantasma de la fallida “expulsión de por vida”, que en su momento se le aplicó a Julio Cobos, vuelve a recorrer el radicalismo. Esta vez, sobrevuela por encima del ex senador nacional, quien anunció el miércoles, en el acto de Parque Norte, la búsqueda de un acuerdo con el kirchnerismo de cara a las presidenciales. “Resolvimos una alianza estratégica con el Frente para la Victoria, un programa común, un proyecto de país”, destacó el dirigente alfonsinista, férreo opositor al acuerdo con Macri y Carrió. Pero la sanción sobre el bonaerense no es aislada. Se suma a la del radicalismo misionero, que semanas atrás expulsó a María Losada, ex presidenta del Comité provincial, ex candidata a gobernadora y también opositora al acuerdo con el PRO a nivel local.
Moreau no participó de la Convención Nacional de Gualeguaychú, donde Sanz, Federico Storani, Facundo Suárez Lastra, Enrique “Coti” Nosiglia y Walter Ceballos lograron imponer el acuerdo con el PRO, contra el sector de Cobos, Gerardo Morales, Ricardo Alfonsín y Angel Rozas, que proponía un acuerdo “amplio” de toda la oposición que también incluyera a Sergio Massa. En diálogo con Página/12, el ex senador contrapuso el clima de bronca y la tristeza de la juventud radical en Gualeguaychú frente a “la alegría” percibida en el acto del que participó la Presidenta. “En vez de discutir si hay o no un radicalismo popular, quieren llevar la discusión hacia el tema de la expulsión”, señaló el dirigente.
Consultado por lo sucedido el miércoles, Sanz arremetió contra Moreau: “Sería bueno que se identificaran de una vez como lo que son, parte del kirchnerismo”, dijo y reveló que el bonaerense “tiene varias denuncias” en su contra dentro del partido. “El Tribunal de Etica está tramitando la desafiliación. Todavía está pendiente esa resolución del tribunal de disciplina que la está tramitando”, expresó el precandidato presidencial. El senador por Mendoza ratificó, en cambio, la alianza con el PRO y se mostró confiado en el resultado de las primarias provinciales que se jugarán este domingo: “El radicalismo es el mismo partido de siempre, está donde tiene que estar, construyendo una alternativa diferente al kirchnerismo, construyendo una opción para que la sociedad, que mayoritariamente quiere cambiar esto y quiere dejar atrás la etapa del kirchnerismo, tenga esa opción”, sostuvo.
El diputado Ricardo Alfonsín se salió del perfil bajo que adoptó en los últimos días para criticar a Moreau, quien fuera su principal rival en la provincia de Buenos Aires. “Ser radical, además de compartir ideas, significa formar parte de una institución que otorga derechos e impone obligaciones. Quien las incumple se coloca voluntariamente fuera del mismo. Esto mismo repetía Moreau en 2007, al referirse a los que abandonaban el partido para sumarse al FpV”, afirmó Alfonsín, justificando la expulsión sin darse cuenta de que le pegaba de carambola a su nuevo aliado, Julio Cobos.
En este contexto, el ex gobernador mendocino prefirió llamarse a silencio. En su entorno, de todas maneras, cuestionan la idea de una expulsión y apuntaron contra la actual conducción partidaria. “Hace falta un cambio radical en sentido estricto”, afirmaron.
En el documento aprobado el miércoles, el MNA llamó a superar las antinomias “radicalismo versus peronismo” o “peronismo versus antiperonismo” para construir un instrumento político electoral para “enfrentar las tensiones provocadas por los mercados concentrados y los intentos de desestabilización de los grupos corporativos”. El dirigente radical recordó los proyectos para conformar el “tercer movimiento histórico” por parte de Raúl Alfonsín o la “Concertación Plural”, impulsada por Néstor Kirchner. “La aparición de una derecha renovada y con fuerte respaldo en los poderes fácticos, con chances de disputar el poder en 2015, aporta un desafío adicional para promover a este nuevo sujeto político, de modo de alejar cualquier posibilidad de afrontar una triple derrota electoral, pero también política y cultural”, explicó Moreau en el texto.
Leandro Santoro, referente de la agrupación juvenil Los Irrompibles, detalló a Página/12 que la apuesta lanzada el miércoles tiene tres etapas. La primera, lograr el acuerdo estratégico con el FpV, en función de la discusión de un programa político común. La segunda, en el mediano plazo, la constitución del MNA como partido político a nivel nacional, con la posibilidad de establecer luego una coalición con otras fuerzas políticas. Por último, en el largo plazo, tratar de recuperar la identidad del radicalismo, consolidando el MNA, o bien disputando formalmente la conducción de la UCR. Si bien afirmó que todavía no se debatieron cuestiones electorales con la fuerza que encabeza CFK, Moreau explicó que “es probable” que puedan debatirse lugares en las listas de legisladores nacionales. “Está en el marco de las posibilidades, pero no ha sido ni el motivo ni el eje del análisis del Congreso de estos días”, remató el ex senador.
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