El gobierno de Mauricio Macri tiene la certeza de que este martes sorteará con holgura el primer escollo en Diputados para derogar las leyes Cerrojo y de Pago Soberano –que reclama la Justicia estadounidense– y ya trabaja para sellar en el Senado su acuerdo de pago a los fondos buitre. Cambiemos (PRO, UCR y Coalición Cívica) cuenta con el respaldo de los diputados del massista Frente Renovador y sus aliados, el Bloque Justicialista (BJ, que rompió con el kirchnerismo), los peronistas bonaerenses desidentes y los puntanos que responden a los hermanos Rodríguez Saá. Todas esas bancadas acompañaron el dictamen oficialista con disidencias parciales y a ellas se suman el interbloque de Progresistas (PS, Libres del Sur y GEN) que acompañarán en general el proyecto. Del otro lado solo quedan el Frente para la Victoria (FpV) y el Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT) que rechazarán el acuerdo. Mientras el FpV discute cómo saldará internamente la disputa por dar o no quórum, sus diputados afirman darán el debate artículo por artículo con lo que podrían construir alianzas que en el recinto pongan límite al endeudamiento que propone el Gobierno nacional y su control parlamentario.
Los números son más que auspiciosos para Cambiemos. La alianza oficialista cuenta –si logra asistencia perfecta– con 86 diputados propios: 40 de PRO; 39 de la UCR, 3 radicales catamarqueños del Frente Cívico y Social y 4 de la Coalición Cívica. Pero para llegar al número mágico de 129 (que habilita el quórum para sesionar y representa la mitad más uno de los miembros de la Cámara) cuenta con las alianzas que el macrismo tejió con el massismo, que aporta 23 diputados del bloque Federal Unidos por una Nueva Argentina (FUNA) y sus aliados delasotistas (6) y dasnevistas (3), además del cismático BJ que desprendió a 17 diputados del FpV.
A ellos habrá que sumar los 3 del bloque Social Cristiano que encabeza Darío Giustozzi, que deambuló entre el FpV y el massismo, y sus 3 flamantes aliados puntanos de Compromiso Federal, así como los 3 neuquinos del MPN y otros monobloques. El oficialismo también suma al interbloque de Progresistas que componen 4 socialistas, 3 de Libres del Sur y el monobloque de Margarita Stolbizer, del GEN.
Cambiemos no espera sorpresas y paladea su primer gran triunfo parlamentario. Conseguiría más de 160 diputados, si suma también –como todo indica– a los 6 diputados del Frente Cívico santiagueño, para abrir la sesión. Los oficialistas estiman que una cifra similar acompañaría en general su dictamen –que derriba las leyes que el juez estadounidense Thomas Griesa quiere eliminar para sellar el acuerdo del Gobierno con los fondos buitre en su juzgado de Nueva York– y que propone la emisión de bonos de deuda para pagar a los fondos financieros especulativos que no ingresaron a los canjes de 2005 y 2010 que llevaron adelante los gobiernos kirchneristas.
Enfrente estará el FpV, que todavía deberá saldar el debate interno sobre di darán quórum o no a la sesión. De un lado está el ala más kirchnerista de la bancada, que sostiene que no se puede avalar la propuesta oficialista sentando a los diputados en sus bancas, y varios gobernadores peronistas que instan a los diputados de sus provincias a “dar debate”, un tema que no está en discusión. Con los números que ha conseguido el oficialismo, la disputa se podría saldar, según afirman algunos de los integrantes del bloque, con la fórmula de pararse simbólicamente junto a sus bancas y sentarse para debatir una vez que Cambiemos y sus aliados hayan logrado el quórum para sesionar.
Al menos hasta ahora, en el FpV prima la convicción de que sus 81 diputados rechazarán de plano la propuesta del gobierno de Macri. Un tema en el que solo contarán como aliados al FIT, que ya adelantó su rechazo y que tampoco dará quórum al acuerdo con los buitres.
El FpV argumentará en contra del acuerdo pero también sostendrá como estrategia parlamentaria proponer modificaciones en el articulado del proyecto oficial. Especialmente en el artículo 13, que al menos por ahora no tiene una cifra concreta para la emisión de bonos con los que el Gobierno nacional se propone pagar el acuerdo. Así como dar carácter permanente a la Bicameral encargada del seguimiento de la deuda externa y de esa manera recuperar el control parlamentario sobre la misma.
En ese debate el FpV encontraría algunos aliados si logran consenso para formular los cambios necesarios. El interbloque de Progresistas, que acompañará con el quórum y en general el proyecto oficial, también fijó en común propuestas similares. “Vamos a acompañar en general porque consideramos que es bueno para el país salir del default, pero queremos que el proyecto especifique claramente que los bonos que se emitirán correspondan sólo a los 11.654 millones de dólares de los acuerdos ya cerrados y que luego se habilite futuras emisiones sobre las cifras de los otros acuerdos que se cierren con los bonistas que ingresaron a los canjes. Así como el carácter permanente de la Bicameral de la deuda para que el Congreso retome su control”, sostuvo ante Página/12 la socialista Alicia Ciciliani.
El massismo, que había planteado estos mismos cuestionamientos durante el debate en el plenario de comisiones de la Cámara baja, sostuvo que estas dudas habían sido saldadas con las modificaciones que produjo el oficialismo al texto original del proyecto y por el cual lo acompañan con “algunas disidencias”. “Consideramos buenos los cambios aunque igual insistiremos en precisiones en el recinto”, adelantó el economista y diputado Marcos Lavagna, que encabezó la propuesta massista en diálogo con periodistas parlamentarios en el cierre del plenario. Habrá que ver si el líder renovador, Sergio Massa, avalaría políticamente otras modificaciones en el recinto en su papel de “oposición responsable” con la que hasta ahora ha funcionado como aliado del oficialismo.
Algo similar sucedería que el Bloque Justicialista, que había solicitado informes al oficialismo para acompañar la iniciativa que terminó avalando con “disidencias” pero sin especificar cuáles habían sido los cambios para modificar su posición. La captura fotográfica de la conversación que mantuvieron a través del celular el ex kirchnerista Diego Bossio con el jefe del bloque PRO, Nicolás Massot, también incomoda y pone bajo la lupa el comportamiento en el recinto del resto de los diputados que acompañaron al ex titular de la Anses, en la ruptura con el FpV. Algunos buscarían desmarcarse y proponer modificaciones al dictamen oficial.
Afuera del Congreso también habrá una manifestación, que preparan organizaciones kirchneristas como Resistiendo con Aguante y Nuevo Encuentro, para repudiar el acuerdo con los buitres.
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