“Nada es imposible. A mí me emocionó ver que toda la gente que uno admira y quiere nos está apoyando. León Gieco, Víctor Heredia, Leonardo Favio, el escritor Norberto Galasso. Me pasa cada vez que salgo a la calle. Al principio me decían ‘fuerza Daniel’, porque estaba en duda si llegábamos a la segunda vuelta. Ahora me dicen ‘¡tenés que ganar!’. Hay que convocar a la epopeya.” Daniel Filmus encabezó ayer un acto que en otras épocas hubiera parecido una ocurrencia de un bromista politizado. Sentado a la cabecera de una mesa que ocupaba todo un salón del Hotel Meliá, Filmus recibió el apoyo de nuevos aliados con vistas al ballottage. Allí estaban el secretario general del Partido Comunista, Patricio Echegaray; la candidata del humanismo, Lía Méndez; el dirigente de la Democracia Cristiana, Carlos Traboulsi; los socialistas Oscar González y Ariel Basteiro. Tras agradecer el “gesto de grandeza” de esas fuerzas, Filmus exhortó a “ir casa por casa, usar el teléfono, recuperar la militancia, para llegar al 50 por ciento más uno de los votos”. “Con frialdad debemos asumir lo difícil que es”, reconoció el único competidor de Mauricio Macri. Al reconocimiento de las dificultades le siguió un llamado a la épica, a vencer “la sensación escéptica” de la que había hablado Carlos Heller. Era la versión electoral del impossible is nothing que impuso Adidas gracias a las gambetas en velocidad de Lionel Messi.
El subsuelo del hotel mostraba asistencia perfecta de todo el kirchnerismo porteño. Un clásico. Todo aquel que se preciara de apoyar a esta alternativa de centroizquierda debía mostrarse por el lobby o el salón. Lo novedoso era que a la presencia K se le había sumado una participación no menor de partidos y agrupaciones que cubrían el arco de izquierda y centroizquierda. Para probarlo allí estaban también Jorge Giorno (Partido de la Ciudad), Jorge Selser (socialismo auténtico), el radical Miguel Pesce, el legislador rebelde del ARI Pablo Failde, el dirigente de izquierda y ex presidente de Huracán Néstor Vicente. Filmus, Heller y Aníbal Ibarra se sentaron en el centro, bajo los carteles del Frente para la Victoria y Diálogo por Buenos Aires.
Cuando los invitados se sentaron, la locutora leyó las organizaciones que habían adherido al Encuentro Plural por Buenos Aires. Delante de cada asiento habían colocado dos volantes: uno de Filmus con el eslogan “Nada es imposible”, otro negro y amarillo que advertía “No te olvides. Mauricio es Macri”. En la primera fila también se los vio a la titular del PAMI, Graciela Ocaña (por su imagen entre los jubilados le reservaron un rol protagónico para estas dos semanas de campaña) y al secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde. Cerca de Ocaña se había sentado Echegaray, que recibió muchos saludos de gente que lo conocía de haber compartido años en el PC. Un caso fue la senadora Vilma Ibarra: al igual que su hermano, pasó por la Federación Juvenil Comunista. Con Heller en la cabecera y Echegaray a un costado, era esperable que el PC aportara unos cuantos asistentes. Así fue.
–¿Viste que Isidoro Gilbert está haciendo un libro sobre el aporte de la Fede (la FJC) a todos los partidos políticos argentinos? –comentó a Página/12 uno de los asistentes.
Aunque alejado de la política activa, el autor de la frase había tenido una larga militancia en el partido.
A la izquierda de Filmus se lo veía al ex ARI Fernando Melillo sin su clásica pipa; enfrente estaba Eduardo Jozami, un ex Frepaso que escribió un libro sobre aquella experiencia que no fue muy leído. Entonces llegó el turno de presentar las incorporaciones. Como los refuerzos de un equipo de fútbol, la humanista Méndez y el democristiano Traboulsi fueron bastante aplaudidos. “Entendemos que el antihumanismo no puede hacer pie en la ciudad”, aseguró Méndez. “Nada es imposible. La humildad le dio el triunfo a las grandes mayorías”, arengó Traboulsi.
A ambos costados aplaudieron Damián Barijhoff, de Compromiso K, y la titular del Inadi, María José Lubertino. El auditorio levantó algo en fervor cuando habló Heller. “Quien vota en blanco, quien se abstiene, quien no vota, vota por Macri”, advirtió entre aplausos. Muy cerca de él estaba el diputado Edgardo Depetri, también dirigente de la CTA. Depetri aplaudió con visible fervor la frase de Heller: en el kirchnerismo quisieran que la central que encabeza Hugo Yasky se comprometa más en la segunda vuelta. “Si tenemos en cuenta el ausentismo, el voto positivo de Macri-Michetti es el 30 por ciento del electorado. Tenemos que ir a buscar al 70 por ciento para que venga a votar”, encargó levantando la voz.
Filmus se paró y tomó el micrófono. Agradeció las presencias e insistió con que el partido aún no está perdido. “Esta ciudad nos va a votar porque tiene historia y memoria”, dijo. “Cuando hablamos de Macri no hablamos solamente de los ’90. Es el mismo que no fue casi nunca a las sesiones de Diputados, cuando le pregunté dijo que no iba porque nosotros teníamos mayoría en la Cámara. ¡No entiende la democracia! Entonces que elija una monarquía o una dictadura. Es el mismo que tiene como asesor a Burzaco, el de (Jorge) Sobisch, y a Blumberg. Hoy se inauguran dos semanas de debate y discusión, le pese a quien le pese”, dijo Filmus. Cuando terminó el encuentro, el ministro de Educación se topó con dos individuos disfrazados de pingüinos y otro que llevaba una máscara de gorila. El equipo de exteriores de CQC se relamía, buscando las imágenes más bizarras.
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