Mauricio Macri tiene el mérito de ser el primer jefe de Gobierno cuyos funcionarios tienen causas judiciales antes de asumir. El futuro ministro de Espacio Público y Medio Ambiente, Juan Pablo Piccardo, está imputado por presunta malversación de fondos en la compra de una marca de vino cuando era gerente de Isenbeck. La denunciante es la propia cervecera. Al enterarse, Macri sostuvo que “no es impedimento para que una persona asuma un cargo público”. Al buen entender del Jefe, “denunciar, denuncia cualquiera, pero probar el delito es otra cosa”. Ayer recibió críticas de buena parte del arco opositor. “Ya dejó de ser Mauricio y volvió a ser Macri”, consideró el ex jefe de Gobierno Aníbal Ibarra.
Juampi Piccardo forma parte del selecto grupo de amigos de Macri que vienen del colegio Cardenal Newman. Además de haber sido CEO de Isenbeck a Piccardo se lo recuerda por haber jugado en Los Pumas en los ochenta, cuando el equipo rompió el bloqueo internacional contra el apartheid y participó de una gira por Sudáfrica. Según consignó el semanario Perfil, Piccardo fue despedido con causa y ante escribano público de la cervecera, junto con su responsable en Alemania, Gustavo Adolfo Moller Herg Arce. El nuevo gerente, Hernán Pflaum, presentó contra ambos una querella ante la jueza penal Mónica Liliana Berdión de Crudo, por supuesta administración fraudulenta por una “cifra millonaria”. Su denuncia se basó en una auditoría de KPMG. La causa recién se inicia y el fiscal Juan Manuel Sansone requirió que se instruya.
Desde el entorno de Piccardo sostienen que la causa gira en torno de una interna entre empresas, a partir de la compra por 10 millones de dólares que él hizo en 2005 de una marca de vinos, Sucesión Abel Michel Torino, a las bodegas Orfila. Según esta versión, Isenbeck compró solamente el 50 por ciento de las utilidades, pero se transfirió el ciento por ciento “para evitar riesgos en la operación, ya que Orfila tenía problemas financieros”. Isenbeck, por su parte, sostiene que la compra fue del ciento por ciento. Las bodegas Orfila le iniciarían esta semana una demanda penal a Isenbeck por este motivo. “Es una maniobra para negociar por un juicio laboral que les inició Piccardo. Aprovecharon por su situación pública y para quedarse con el 50 por ciento de Orfila”, argumentó a Página/12 uno de sus allegados.
Macri lo respaldó completamente, aunque ya empezó a recibir críticas. “Es un razonamiento medio menemista, porque cuando a Menem le imputaban un funcionario, él decía: ‘Yo tengo plena confianza en él’. Que su confianza personal no la traslade a toda la sociedad. Lo podés hacer como dueño de una empresa, pero no como gobernante”, remarcó el legislador de la CTA Martín Hourest. “Es un mal comienzo de gestión haber designado a este funcionario, así como lo fue nombrar en Cultura a Rodríguez Felder y en Control Comunal a Young”, le marcó el ministro de Educación, Daniel Filmus. “No me extraña que Macri lo ratifique, si ratificó al que va a estar encargado de Control Comunal pese a que defendió a la dictadura y dijo que el Presidente era terrorista”, advirtió el legislador electo de Diálogo por Buenos Aires Aníbal Ibarra.
“Este es uno más que se suma a la larga lista de funcionarios cuestionados por la Justicia. Si ya hay dudas con un empresario que asume al frente de la ciudad, poner como ministro a otro empresario cuestionado genera más dudas”, interpretó el legislador del ARI Facundo Di Filippo.
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar|República Argentina|Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.