Con consignas políticas que apuntaban contra el gobierno nacional, los partidos de izquierda y organizaciones opositoras se movilizaron de Congreso a la Plaza de Mayo para conmemorar el 38º aniversario del golpe de Estado de 1976. Una extensa columna en la que se mezclaban partidos políticos, organizaciones sindicales y expresiones culturales marcharon poco después de que la movilización de los organismos de derechos humanos finalizara. Cuestionaron la designación del jefe del Ejército César Milani, pidieron por la libertad de los trabajadores santacruceños de Las Heras y apoyaron el reclamo de los docentes bonaerenses.
“La plaza es nuestra, la puta que lo parió; la plaza es nuestra, la puta que lo parió”, fueron casi las primeras palabras que se escucharon desde el escenario apenas ingresaba la columna encabezada por un grupo de Madres de Plaza de Mayo, ex presos políticos y trabajadores. Detrás el cartel largo con la consigna: “Basta de impunidad. Ni ajuste, ni represión. 30 mil compañeros desaparecidos, Presentes!!!”, y los dirigentes partidarios como Jorge Altamira y Néstor Pitrola del Partido Obrero, el diputado Nicolás del Caño, Christian Castillo y Miryam Bregman del Partido de los Trabajadores Socialistas, y Alejandro Bodart, legislador del MST, casi todos con pancartas que llevaban el rostro de Agapito Ledo, el conscripto desaparecido por el que se vincula a Milani, entre otros. Más atrás se encontraban algunos dirigentes de la porción de la CTA que lidera el estatal Pablo Micheli, aunque no contó con la presencia del sindicalista.
Los locutores se alternaban para anunciar el ingreso de la columna a una plaza en la que esperaban algunas parejas con hijos y gente que había participado en la movilización anterior. Allí, el acto consistió en la lectura del documento que consensuaron las distintas organizaciones. El primer reclamo estaba dirigido a la designación de Milani: “Denunciamos que el genocida Milani fue nombrado jefe del Ejército por la presidenta de la Nación. No nos olvidamos de los soldados conscriptos que desaparecieron bajo su mando, ni olvidamos las torturas sufridas y denunciadas por aquellos que fueron secuestrados y después torturados por el entonces teniente Milani”. El texto apuntó luego al discurso presidencial de inicio de las sesiones legislativas, en el que la Presidenta habló del conflicto docente, de los trabajadores de Las Heras condenados por participar en una movilización en la que falleció un policía y de la propuesta de ordenar la protesta social. El documento proponía además denunciar a “las patronales y dirigentes sindicales traidores que entregaron cuerpos de delegados, como en Ingenio Ledesma, Mercedes Benz, Ford; a la mayoría de la jerarquía de la Iglesia que los bendijo, a los jueces que los ampararon, a los políticos que los avalaron y a los grandes medios de comunicación que les lavaron la cara a todos ellos”. En esto coincidieron con la marcha anterior, cuya consigna fue “democracia o corporaciones” (ver página 3).
La organización de la marcha y la sincronización con el acto anterior esta vez fue mejor que el año pasado. Los que llevaban la voz cantante al frente de la columna se tomaron el tiempo necesario para evitar que la cabeza de la movilización se chocara con los últimos de la otra. Esta vez no hubo problemas e incluso al pasar por la avenida 9 de Julio un grupito de militantes de la Juventud Peronista Bonaerense atravesó la columna con sus banderas de camino al ómnibus que los llevaba de nuevo a casa, sin que nadie les dijera nada. Sólo al pasar delante de un local peronista sobre Avenida de Mayo que puso la marcha peronista a todo volumen, mientras marchaban los partidos de izquierda se escucharon insultos, aunque no pasó a mayores.
A llegar a la Plaza de Mayo quedaban rezagados las columnas del Peronismo Revolucionario 26 de Julio que habían participado de la movilización anterior y, en cuanto se dieron cuenta de la llegada de los partidos de izquierda, ordenaron sus banderas y se retiraron rápidamente. A un lado, dos mujeres con una parrilla humeante casi vacía comentaban: “Che, poné más chorizos que llegaron los comunistas”, sin prestar atención a las banderas de los manifestantes, ninguna de las cuales hacía referencia a un sector del comunismo. Los estudiantes secundarios guerreaban entre ellos en los cantitos, y se podían ver las banderas de colegios que habían participado en las dos marchas, al igual que muchos de los que se habían quedado en la plaza después del acto de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, HIJOS y Familiares de Desaparecidos. Al caer la tarde, los medio tanques vacíos, las botellas de plástico aplastadas y algunos grupos de gente tomando mate quedaron como señal del paso de las dos movilizaciones convocadas para recordar y repudiar el inicio, hace 38 años, de la dictadura que desapareció a 30 mil personas.
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