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El país|Lunes, 27 de octubre de 2008
Cómo está organizada territorialmente la trata

El mapa de la geografía del horror

Por Mariana Carbajal

El norte argentino y Paraguay son áreas de reclutamiento de chicas para las mafias de tratantes que operan en la Argentina. Las víctimas son “ablandadas” en centros de “adiestramiento” ubicados en Corrientes, Entre Ríos y Santa Fe, desde donde parten para ser revendidas en la zona central del país y destinadas al sur argentino y Europa. Ese es el mapa de la trata, elaborado a partir de las investigaciones judiciales, el relato de las mujeres rescatadas de burdeles, y el trabajo que vienen haciendo redes de ONG como la Coalición Alto a la Trata, que encabeza Claudia Lascano desde Posadas, las que lideran en Tucumán Susana Trimarco, madre de Marita Verón (la joven desaparecida en 2002), en Corrientes la hermana Martha Pelloni y en Río Cuarto la red de ONG por los Derechos de la Infancia.

Las captan en el NOA y NEA y ciudades paraguayas. Las engañan con ofertas de trabajos en casas de familia, les prometen buena paga o las secuestran. Algunas saben que irán a ejercer la prostitución, pero nunca imaginan que serán explotadas sexualmente y no recibirán ninguna paga. Una vez reclutadas, son trasladadas por micro, tren o automóvil a los burdeles, donde las quiebran con violaciones sucesivas, golpizas, quemaduras de cigarrillos y drogas, para que acepten su nueva realidad: de ahora en más serán esclavas. Estos centros de “adiestramiento” estarían mayormente en la provincia de Santa Fe, Corrientes y Entre Ríos. “Las adiestran para que cada hombre haga con ellas lo que quiera”, dice con crudeza Lascano. La indignación le quema la mirada. En sus primeros días en este mundo negro cada chica puede tener que atender entre ocho y diez clientes por jornada, describe. “Cada hombre que toma un servicio con estas niñas las ve muriendo”, dice Lascano. Las más sumisas, las que soportaron mejor el “ablandamiento”, siguen camino a los “centros de distribución”, donde las revenden a precios que oscilan entre 2500 y 5000 pesos cada una. Las más “ariscas” quedan en prostíbulos de la zona. Las que se rebelan, pueden encontrar la muerte. Es común que las amenacen con asesinar a algún miembro de sus familias.

La “distribución” se realizaría en burdeles de La Pampa, Mendoza y Córdoba, particularmente la localidad de Río Cuarto, atestada de cabarets sobre la ruta 5 (ver aparte), la ciudad de Buenos Aires, la costa atlántica y en las ciudades bonaerenses de Brandsen y La Plata. El destino final –dice Lascano– es el sur argentino, en las áreas cercanas a la explotación petrolera y los puertos. Y también el exterior. Las llevan a España. Las estarían trasladando hasta allí a través de países de Europa del Este como Rumania, recientemente incorporado a la Unión Europea. “En casi todos los países se produce alguna etapa del proceso de trata, hay países de origen, de tránsito y de destino. Es un proceso a escala global”, apunta la paraguaya Cynthia Bendlin, cofundadora de la Red Contra la Trata de la Triple Frontera y actual asesora del presidente Fernando Lugo. La Argentina tiene en su territorio todas las etapas de este macabro negocio.

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