Ledda Muñoz es ex detenida-desaparecida. Su hija y su yerno están desaparecidos y aún busca a su nieto. Por el valor de su testimonio, central en el juicio que afrontará el suboficial Rafael Molina (torturador y violador de La Cueva preso en Batán), hace más de un año pidió custodia al Programa Nacional de Protección de Testigos e Imputados. Durante meses entabló una buena relación con los tres prefectos que la acompañaban las 24 horas. Pero de un día para otro se los cambiaron. Los puso a prueba y comprobó que les habían sacado los Nextel que debían recibir sus alertas. Llamó al jefe de Prefectura de Mar del Plata y le advirtió “usted va a ser el responsable si me matan”. La historia derivó en una denuncia judicial, un llamado de atención al jefe de Prefectura y el reemplazo de custodios. Pero “una vez más son las víctimas quienes vuelven a ser victimizadas sin que nadie se haga cargo de su protección real, formalmente a cargo del Estado”, concluye el comunicado que difundió ayer la Comisión del Juicio por la Verdad de Mar del Plata.
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