Una vecina del matrimonio que se apropió de María Eugenia Sampallo Barragán, hija de desaparecidos, contó que el capitán Enrique Berthier y el médico militar Julio César Cáceres Monier fueron quienes entregaron a la niña a sus apropiadores. “Yo recibí esa información directamente de boca de Cristina Gómez (la mujer que la anotó como propia) y no la olvido porque hay cosas puntuales que uno no olvida”, declaró Olga Norma González en el juicio oral que se realiza contra Berthier y el matrimonio –ya disuelto– de Cristina Gómez y Osvaldo Rivas. La mujer contó que la misma confesión sobre la procedencia de la chica fue escuchada por otras vecinas, pero que éstas ya murieron.
María Eugenia recuperó su identidad en 2002 y se convirtió en la primera de las nietas recuperadas en querellar a sus apropiadores. Ayer la vecina recordó las versiones que los apropiadores inventaron sobre el origen de María Eugenia, como que era hija de una azafata, hasta que finalmente la mujer le confesó su real procedencia. También relató ante el tribunal los habituales malos tratos de que la chica era víctima en su infancia. Recordó, por ejemplo, un diálogo escuchado a través de un respiradero del edificio en el que la apropiadora Gómez le dijo a la niña: “Mocosa maleducada, tenías que ser hija de guerrilleros para ser tan rebelde”. La vecina contó que para ella “fue una cosa muy fuerte, porque yo no sabía que esas cosas podían ocurrir”. En la investigación también estaba imputado el médico Cáceres Monier, que falleció.
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