En la terapia intensiva del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, las infecciones intrahospitalarias han aumentado durante este año entre un 10 y un 12 por ciento respecto del año pasado. El dato, presentado ayer por la Asociación de Profesionales del hospital, es una de las consecuencias de la falta de insumos que aflije a ese centro de salud desde que se centralizaron las compras, durante la gestión macrista. “Nos faltan medicamentos específicos para pediatría, como antihistamínicos, antitérmicos y antibióticos, y hasta productos para la higiene en terapia intensiva”, precisó la médica Silvia De Francesco, de la Asociación de Profesionales del Gutiérrez. La denuncia advierte que en el hospital hay “un déficit inmediato de 150 enfermeras, que no se puede cubrir por los bajos salarios que ofrece el gobierno de la ciudad, por lo que las profesionales prefieren trabajar en el sector privado”. Desde el Ministerio de Salud porteño admitieron fallas en el sistema de compras, que “se están tratando de corregir”.
Los profesionales presentaron hace 15 días un informe a la Defensoría del Pueblo porteña y al asesor de menores, Gustavo Moreno. Ante la falta de respuestas, ayer resolvieron hacer público ese informe. En el texto dejan constancia, por ejemplo, de la falta de anestesistas los fines de semana: “A veces se comparte uno con el Hospital Elizalde (ex Casa Cuna) y se debe elegir a los pacientes con indicación quirúrgica, según su gravedad, para operarlos, mientras que los remantes deben ser resueltos en la semana”.
La situación más acuciante, para los profesionales, se plantea con los insumos. “Desde principios de año se trabaja con stock crítico, o sea que alcanza en promedio para un mes y no se podría hacer frente a contingencias, como si estuviéramos en una crisis comparable con la del 2001-2002”, advierten. Y denuncian que como “producto del plan de compra centralizada (que implementa el gobierno), el banco de drogas para pacientes con enfermedad fibroquística –por ejemplo– se clausuró, fracturando la disponibilidad de drogas muy específicas y costosas, esenciales para la supervivencia de esos pacientes”. Los profesionales advierten además que la provisión de los elementos más comunes en las salas (desde gasas hasta sueros, desde ibuprofeno hasta guantes) es irregular y “la calidad de los medicamentos ha disminuido”.
Desde el Ministerio de Salud, la directora adjunta de la Región Sanitaria 4 (de la que depende el Gutiérrez), Ana Aramburu, reconoció que “se presentaron problemas con la compra centralizada de insumos, en especial con los específicos, por lo que en esos casos se van a hacer nuevamente esas compras en cada hospital”. La profesional admitió que el sistema “viene de un desabastecimiento muy fuerte, que comenzó en 2007, con la falta de financiamiento, la pérdida del stock a un nivel comparable con la crisis de 2001-2002”, coincidió.
Los profesionales del Gutiérrez hicieron hincapié en la situación de la terapia intensiva. “De acuerdo con la cantidad de camas del hospital (300) debería haber entre 30 y 60 camas en terapia intensiva, pero hay 16 más otras 8 de terapia intermedia”, dice el documento. “Eso obliga a tener que rechazar casos graves o hacer derivaciones de pacientes que están internados en el hospital y sufren alguna complicación que requiere de terapia intensiva”, precisó De Francesco, de la Asociación de Profesionales.
La entidad destacó que la Unidad de Cuidados Intensivos del Gutiérrez “es prácticamente la única terapia pediátrica pública del gobierno de la ciudad, ya que la del Garrahan es nacional y la del Elizalde está prácticamente desafectada por falta de personal, insumos y equipamiento (fue inaugurada recientemente para 15 camas y sólo tiene en funcionamiento cinco)”.
Con respecto al déficit en enfermería, la directora de la Región Sanitaria, en representación del Ministerio, reconoció a PáginaI12 que “las pocas enfermeras que se reciben prefieren ir al sector privado, donde el salario es más alto”.
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