“La posibilidad de que ocurra un accidente (en minería a gran escala con uso de cianuro) en sólo cuestión de tiempo.” La advertencia proviene del Parlamento Europeo, que por amplia mayoría solicitó a todos los países de la Comunidad Económica Europea la prohibición total del uso de cianuro en minería. La resolución legislativa de los eurodiputados también apuntó de lleno a las recurrentes promesas de las empresas y los gobiernos: aseguró que la minería no crea empleo real ni duradero, afirmó que es una industria insegura (recuerda que hubo accidentes y advierte que los seguirá habiendo), señaló que tanto la salud humana como el ambiente corren peligro y remarcó que la minería en base a cianuro pone en riesgo las fuentes de agua y la biodiversidad. La resolución fue aprobada con 488 votos a favor, 57 abstenciones y 48 votos en contra, y coincide con los reclamos que desde hace una década realizan asambleas vecinales de pueblos cordilleranos de Argentina. El cianuro es utilizado por la mayoría de los proyectos mineros por ser el método más rentable de obtener los minerales diseminados en las montañas.
El Parlamento Europeo es la única institución de la Unión Europea elegida por sufragio directo. Los 736 diputados representan a 500 millones de ciudadanos. La resolución 2010-0145 del Parlamento insta a la Comisión Europea (órgano que representa el Poder Ejecutivo dentro de la UE y que también interviene en la legislación) que impulse la “prohibición completa” del uso de las tecnologías mineras a base de cianuro en toda la Unión Europea antes de fines de 2011. “Es la única forma segura de proteger nuestros recursos hídricos y ecosistemas de la contaminación por cianuro procedente de las actividades mineras”, afirman los eurodiputados y desmiente el latiguillo más usado por los impulsores de la actividad: “El uso de cianuro en minería crea poco empleo y sólo por un período de entre ocho y dieciséis años, pero puede provocar enormes daños ecológicos transfronterizos que, por lo general, no son reparados por las empresas explotadoras, que suelen desaparecer o declararse en quiebra”.
En la resolución también se remarca la necesidad de que los 27 Estados miembro no presten apoyo “de forma directa o indirecta” a ningún proyecto minero que emplea cianuro, tanto dentro como fuera de Europa. Solicita que los gobiernos promuevan la reconversión industrial de las zonas mineras facilitando apoyo financiero para la implementación de industrias alternativas, ecológicas, energías renovables y el turismo. “Conseguir un buen estado químico de las aguas, proteger los recursos hídricos y la diversidad biológica sólo puede lograrse mediante una prohibición general del uso de las tecnologías mineras a base de cianuro”, se advierte.
El cianuro en minería es un recurso económico y efectivo para la separación de los metales (oro y plata, entre otros) de la roca. El método técnico se llama “lixiviación” (tratar una sustancia sólida con disolventes para separar sus partes) y las empresas eluden sincerar las cantidades de cianuro utilizadas. Como referencia, la explotación que se intentó en 2003 en Esquel (que la población rechazó por plebiscito) planificaba emplear seis toneladas de cianuro por día. Además de las consecuencias ambientales, es un químico altamente tóxico. Su efecto crónico (producido por exposición a bajas dosis que se prolonga en el tiempo) provoca problemas cardiovasculares, respiratorios, neurológicos, gastrointestinales, endocrinológicos y reproductivos. La dosis letal es de 0,3 gramos. El método de lixiviación, el más usado en la minería metalífera a gran escala, también emplea enormes cantidades de agua, que es contaminada e irrecuperable.
El Parlamento Europeo destacó la validez del principio precautorio, es decir que ante la posibilidad de perjuicio ambiental se hace necesario tomar medidas protectoras. El mismo principio fue determinante para que en febrero pasado el Superior Tribunal de Justicia de Jujuy fallara a favor de una asamblea de vecinos que rechaza la minería en la provincia. La figura legal comienza a ser exhibida como un derecho a hacer cumplir en las demandas socioambientales, ya sea en minería, petróleo o avance de la frontera agropecuaria.
La resolución se encuentra actualmente en la Comisión Europea, institución que representa los intereses de la Unión en su conjunto. “La resolución es una clara posición política de esta institución. Ahora depende de la Comisión decidir si sigue la recomendación de los eurodiputados. En el debate parlamentario, el representante de la Comisión se pronunció a favor de la prohibición del cianuro, por lo cual es de esperar que se avance en ese sentido”, explicó a Página/12 la delegada de Prensa del Parlamento Europeo, Natalia Dasilva.
Los eurodiputados tuvieron en cuenta los antecedentes de República Checa, Hungría y Alemania, que ya habían prohibido el uso de las tecnologías mineras. “El cianuro es una sustancia química altamente tóxica utilizada en la minería del oro y, en la directiva marco sobre política de aguas, está clasificado como uno de los principales contaminantes. Puede tener un impacto catastrófico e irreversible en la salud humana y el medio ambiente”, afirma la resolución europea.
Entre los considerandos, se recuerda que en los últimos 25 años se registraron más de treinta accidentes importantes relacionados con el uso de cianuro y reconoce que –a pesar de los controles, leyes y promesas empresarias– “no existe ninguna garantía real de que no se vuelva a producir un accidente semejante”.
Alerta de que en países del continente se siguen planeando nuevos proyectos mineros. Los denomina, sin eufemismo, “nuevas amenazas potenciales para la salud humana y el medio ambiente”. Denuncia que las empresas mineras “no cuentan con seguros a largo plazo que cubran los costos en caso de accidente o funcionamiento defectuoso en el futuro” y recuerda que es necesario extraer toneladas de tierra para producir dos gramos de oro, “lo que genera una enorme cantidad de residuos mineros en las zonas de extracción”.
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