“Esto viene de años, de cuando golpeaban a los ‘trapitos’ y los echaban diciéndoles ‘váyanse negros de mierda’, pero la sociedad marplatense no supo leer lo que estaba pasando y en los últimos meses todo se agravó.” Javier Moreno Iglesias, titular de la Asociación Marplatense de Derechos a la Igualdad (Amadi), fue amenazado de muerte por los grupos neonazis que golpearon en poco tiempo a tres hombres por ser gays o pintaron leyendas nazis contra las Madres de Plaza de Mayo y la comunidad boliviana, entre otros actos de violencia. La gente de Amadi, de La Alameda o el ex secretario de Derechos Humanos de Mar del Plata, José Luis Zerrillo, hoy abogado de uno de los agredidos, relacionan los acontecimientos con “los tiempos políticos”, con un intendente de Cambiemos, Carlos Fernando Arroyo, ex funcionario de la dictadura militar vinculado con esos mismos grupos neonazis que están sembrando el terror en la ciudad balnearia.
“Nosotros hemos aportado datos a la Justicia federal sobre varios de los casos y queremos que se unifiquen en una sola causa porque se trata de una ‘asociación ilícita’”, le dijo a Página/12 Javier Moreno Iglesias. Por su parte, José Luis Zerrillo sostuvo que la Fiscalía federal marplatense debe unificar las denuncias que apuntan “a un mismo grupo nazi que se maneja sobre la base del odio y que ha cometido más ataques de los que se han denunciado, porque hay personas que no hicieron la denuncia porque tienen miedo” de las represalias. La filial marplatense de La Alameda hizo también presentaciones judiciales (ver nota aparte) contra el mismo grupo, liderado por el dirigente neonazi Carlos Gustavo Pampillón.
Tres de los expedientes en marcha están a cargo del fiscal federal número 2, Nicolás Czizik, una de ellas por las amenazas de muerte que recibió el titular de Amadi, otra por el ataque que sufrió un grupo punk antifascista en la Plaza España y la agresión sufrida, el martes 8 de diciembre, por Juan Martín Navarro, de 39 años, atacado “por ser gay”. Czizik unificó dos de las causas y considera en principio que lo ocurrido en Plaza España fue “un enfrentamiento entre grupos”, según le dijo a este diario. Eludió adelantar juicio alguno sobre las responsabilidades en los tres casos porque “hay medidas en curso” que habrá que analizar.
Sobre el estado actual de Navarro, brutalmente golpeado por el grupo neonazi, su abogado y ex secretario de Derechos Humanos, José Luis Zerrillo, informó que tiene que realizarse cirugías por las heridas que tiene “en las fosas nasales y en los pómulos”. Fue atacado por cuatro personas, a dos de las cuales reconoció, uno por su apodo y su apellido, y al otro “por haberlo visto” varias veces, de manera que pudo hacer una descripción que permitiría individualizarlo.
Navarro dijo que “los conoce como integrantes de estos grupos” neonazis. A dos de los agresores “no llegó a verlos en ningún momento” por la violencia de la agresión, que le provocó hematomas en el rostro y en distintas partes del cuerpo. “El año pasado (cuando estaba en la Secretaría de Derechos Humanos) hemos acompañado a distintas víctimas y por eso queremos que la Justicia federal arme una megacausa para reunir todos los casos denunciados.”
Sostuvo que se trata de “violaciones a la ley con hechos que tienen una matriz ideológica y discriminatoria”. Sobre los hechos en Plaza España, aseguró que “los jóvenes punk estaban realizando un acto antifascista cuando fueron agredidos por un grupo neonazi”. Cuando era funcionario, Zerrillo recibió denuncias contra grupos autodenominados “Los Pampillón”, Foro Nacional Patriótico (Fo.Na.Pa), La Giachino (en homenaje al capitán de fragata Pedro Giachino, muerto en Malvinas luego de ser represor de la dictadura militar), y Agrupación Bandera Negra. Se supone que todos los nombres corresponden al mismo grupo o a grupos vinculados entre sí.
Entre los hechos que nunca han sido denunciados, Zerrillo le dijo a Página/12 que figura “el de un chico al que lo agarraron, lo tiraron al piso, uno de los atacantes le pisó uno de los brazos y otro, con una trincheta, le hizo una cruz svástica”. El ex funcionario comentó, además que “Carlos Pampillón presentó una denuncia en mi contra, en la que me acusa de ‘discriminación y persecución ideológica’ por haberlo denunciado por los delitos que ha cometido en todo este tiempo”.
Javier Moreno Iglesias, de Amadi, le dijo a este diario que pretenden “que el Estado municipal se haga presente para castigar estos hechos de violencia”, aunque saben que el intendente de Cambiemos, Carlos Fernando Arroyo, “tiene vinculaciones con estos mismos grupos”.
En ese sentido recordó lo ocurrido en junio de 2011, cuando el Concejo Deliberante de Mar del Plata, por pedido de las Madres de Plaza de Mayo, le quitó el traje de héroe al capitán Pedro Giachino, el primer caído argentino en la guerra por las Malvinas, y le puso el uniforme de represor de la dictadura. Arroyo fue el único que votó en contra de la decisión y se retiró del recinto cuando se bajó un cuadro con la imagen de Giachino, cuyo nombre es reivindicado hoy por los neonazis marplatenses.
Otra mancha sobre el actual intendente de Cambiemos fue la que recordó, en agosto pasado, el secretario general del Sindicato Unico de Peones de Taxis (Supetax) de Mar del Plata. El entonces candidato a intendente por la coalición encabezada a nivel nacional por el hoy presidente Mauricio Macri había negado toda vinculación con la dictadura, pero el dirigente de los taxistas, Donato Cirone, desempolvó un diario del año 1979, cuando el hoy alcalde marplatense asumía como interventor en ese gremio.
Sobre los neonazis, insistió en que se trata de una “asociación ilícita” y mencionó que Pampillón “ya fue nombrado persona no grata por el Concejo Deliberante, en una sesión en la cual el actual intendente se retiró también del recinto”. En otra ocasión, luego del episodio Giachino, el mismo Pampillón y gente de su grupo “irrumpió en el Concejo para interrumpir una sesión en la que se estaba tratando la situación de un concejal de la UCR acusado de coimear a los camioneros”. En esa ocasión, los Pampillón boys “golpearon a la gente de las cooperativas”.
Moreno Iglesias apuntó que el grupo neonazi “va cambiando de nombre, porque se llamaba Fo.Na.Pa en los episodios por Giachino, luego fueron La Giachino y también tuvieron un grupo de rock llamado Batallón Brigadier, que tenía letras que exaltaban a los militares, justificaban lo ocurrido durante la dictadura”. En esos primeros tiempos “solían pegarles a los ‘trapitos’, a los que le decían ‘váyanse de acá negros de mierda’”.
“También realizan razzias con golpes e insultos contra mujeres que ejercen la prostitución en la zona de La Perla. A una chica, de origen dominicano, la golpearon y la echaron porque decían que ‘echaba olor a negra’. La mujer se fue y nunca hizo la denuncia por miedo.”
Los neonazis “se entrenan en un gimnasio de Mar del Plata que se llama Brothers, igual que una cofradía nazi que existe en Gran Bretaña. Allí practican lucha libre y vale todo, que es una actividad muy violenta. Ahora se llaman también Bandera Negra y tienen una página de Facebook donde hacen sus reivindicaciones y trabajan también con una chicas, adolescentes, que se hacen llamar las Rosas Rojas y que estuvieron en los episodios de la Plaza España; se les tiraban encima a los punks para que ellos le pegaran y así poder denunciarlos”.
Con la firma de Bandera Negra se han hecho pintadas por todas partes, en plazas y calles, que dicen entre otras cosas: “Fascismo es libertad” o “Fascismo es rebeldía”. Sólo se cuidan “de no dibujarle las svásticas, que sí las pintan en otros sitios, sin poner el nombre de Bandera Negra”. Las chicas que se sumaron al grupo “escriben frases de activistas nazis de los Estados Unidos y también se hacen pintadas en los refugios de colectivos contra las comunidades chilena y boliviana”.
El dirigente de Amadi admitió que la intendencia local emitió “un comunicado de repudio a los ataques nazis, pero lo que noso- tros pedimos es que se tomen medidas concretas para que se terminen estos actos; no bastan las expresiones de deseo”. También han realizado “acciones violentas en las plazas Pueyrredón y Libertad para echar a las murgas que se reunían en esos lugares para cantar y bailar”.
Unas ochenta agrupaciones sociales de Mar del Plata se han reunido en la Asamblea por una Sociedad sin Fascismo “ni anti, ni contra”, aclara el titular de Amadi, con el objetivo de “crear conciencia y aunar voluntades para terminar con estos hechos de violencia en nuestra ciudad”.
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