El cuarto de un adolescente argentino tiene en promedio cuatro pantallas, si se cuenta el celular, el televisor, una netbook o notebook y una computadora de escritorio, en ese orden. El celular, claro, es la herramienta por amplia mayoría y tiende a ser la única en el futuro cercano. La televisión, en cambio, perdió un espacio muy importante: los adolescentes se sientan frente al televisor siete veces menos que hace una década. Los datos son parte de los resultados de una amplia encuesta nacional, la tercera que se realiza en el país. Los antecedentes, 2006 y 2011, fueron producidos por el Ministerio de Educación de la Nación, y en esta oportunidad –la encuesta debe cumplirse cada cinco años para cumplir con los requerimientos estadísticos–, ante la ausencia de información sobre alguna iniciativa oficial, se realizó la encuesta promovida desde el sector privado.
El punto de partida fue determinar el perfil del adolescente argentino, e intentar despejar la idea de que la conexión cada vez mayor de los adolescentes a internet y redes sociales, a las pantallas y especialmente al celular, constituyan valores negativos. La “Encuesta nacional de consumos y prácticas culturales adolescentes” fue organizada por la Asociación de Diarios del Interior (Adira) y dirigida por la especialista Roxana Morduchowicz. Se trató de una encuesta nacional, con un rango importante de encuestados, 1800 adolescentes de entre 14 y 18 años. Se realizó en las capitales de provincia y en ciudades como Rosario y Comodoro Rivadavia, sobre la base de escuelas públicas y privadas. Se trató de una encuesta cuantitativa, esto es, una radiografía de la situación actual, pasible de ser comparada con las dos encuestas anteriores, y con las que semejantes que se realizan en Gran Bretaña y Francia. Consistió en un cuestionario al estilo múltiple choice y se realizó entre abril y junio de este año.
En primera instancia, se verifica que la habitación de un adolescente argentino, hoy, incluye en promedio cuatro pantallas. Aunque el resultado muestra que en la habitación tienen hasta seis tipos de pantalla diferentes, las que indefectiblemente aparecieron fueron el celular y la tevé; en tercer lugar la netbook –entregada en las escuelas públicas–, o la notebook –en los casos en que fue comprado por los padres–; seguido de la computadora de escritorio, después MP3, MP4 o iPod, y una Play Station o la consola Wii. La mayoría, el 60 por ciento, tiene entre 3 y 5 pantallas (cuatro de promedio), que son indefectiblemente el celular, la tevé, la netbook, y cualquiera de las tres restantes (pc, MP3 o consola). Alrededor del 20 por ciento tiene seis o más; otro 20 por ciento tiene dos (el celular y la tevé) y un número irrelevante para la encuesta tiene solo una (el celular). Dato significativo: no hubo respuestas por cero.
El resultado respecto a los medios gráficos da sentido a la pregunta anterior. A la consulta sobre qué medios gráficos compran en la casa de cada encuestado, el 25 por ciento respondió que compran al menos un periódico, el 15 por ciento, libros; el 10, revistas; y un 15 por ciento, los tres medios. Es destacable que el treinta por ciento, tres de cada 10 familias, no compran ningún medio gráfico. “En las casas hay más pantallas que medios gráficos, es una manera de desetiquetar a los chicos, de entender que tienen tantas pantallas en su habitación porque en sus casas hay pantallas y en el 30 por ciento de los hogares hay solo eso, porque no hay un solo medio gráfico”, señaló la directora de la encuesta durante la presentación que se realizó en la sede de Adira.
El motivo de que en la habitación la mayoría tenga cuatro pantallas se explica porque “la facilidad de acceso hace que los padres actualicen sus modelos y los que tenían se los pasan a sus hijos”, describió Morduchowicz.
De la encuesta surge que ningún consumo cultural es recibido en el medio para el que fue creado. La lectura de los diarios impresos es un ejemplo: lo leen mayoritariamente en la versión on line. Las cifras respecto a las pantallas como receptoras de consumos para los adolescentes dicen que el 60 por ciento mira programas de tevé en computadora y celular; el 75 lee en esas dos pantallas; el 60 ve películas en la computadora; el 90 por ciento escucha música en el celular y el 55 por ciento en la PC (la suma no da 100 porque en muchos casos escuchan en ambas); y prácticamente el total, el 95 por ciento, navega por Internet en el celular.
Es impactante el dato que surge de la encuesta respecto al hábito de sentarse frente a un televisor: en la encuesta realizada en 2006, 7 de cada 10 adolescentes miraba el televisor de 4 a 6 horas diarias. Este año, la encuesta determinó que en el mismo rango de horas (4 a 6 diarias), uno de cada diez mira en la pantalla de tevé. Siete veces menos.
“El menú rígido de la tevé no es compatible con los hábitos adolescentes –señaló la directora de la Encuesta–, que se caracterizan con tres puntos: miro cuando quiero (no en el horario de transmisión); dónde quiero (no en la casa de los padres); y con quien quiero (no con familiares). No es que dejan de ver los programas sino que dejan de verlos en el televisor”.
Los adolescentes leen contenidos digitales. Sólo un 2 por ciento lee en papel. Esos contenidos surgen de redes sociales (70 por ciento); páginas y sitios web (60); libros para la escuela (30); diarios on line (20 por ciento). Esas lecturas son recibidas en el celular, 75 por ciento; en la PC, 60; en la netbook de la escuela, el 15; 10 por ciento en la tablet.
El celular es el principal medio de conexión de los adolescentes y va en camino a ser el único, es la pantalla que más aprecian. “En Europa y Estados Unidos, ya es la única, pero en Argentina no todos tienen smartphone lo que demora pero es una tendencia firme en todo el mundo”, explicó Morduchowicz. El celular, en ese sentido, es la contracara del televisor. El 95 por ciento navega Internet en el teléfono móvil. El 75 por ciento lo hace en la PC en la casa; el 20 en la netbook de la escuela; y el 15 por ciento en la tablet.
“A diferencia de otros años, al ser más móviles todos los dispositivos (celulares, tablet, netbook) se usan más tiempo. Hace diez años, se usaban locutorios, había que pagar por navegar, no había tablet”, señaló Morduchowicz. Esa disponibilidad lleva a que 7 de cada 10 estén conectados todo el día a Internet mientras que en la primera encuesta, en 2006, el 70 por ciento se conectaba sólo 30 minutos.
Y al conectarse a Internet, el 90 por ciento recorre redes sociales. “Facebook, menos que antes porque se sumaron los padres –explicó la directora de la Encuesta– y están prefiriendo otras redes como Instagram y con enorme crecimiento Snapchat”. El 75 por ciento escucha y baja música; el 55 busca información propia; el 35 hace tareas escolares; y el 30 ve series.
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