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Lunes, 10 de marzo de 2008
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Entrevista al periodista y matemático Adrián Paenza

“El país puede progresar sólo si produce su propia ciencia”

No quiere pecar de arrogante y se corre a la hora de definir su influencia en el “fenómeno” de la divulgación científica en la Argentina. Prefiere remarcar el clima general propicio, que incluye desde la política oficial hasta el rol de los medios.

Por Emanuel Respighi
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Científicos, industria argentina (Canal 7) arranca el próximo lunes su sexta temporada.

Matemático y periodista, ambos por vocación, Adrián Paenza es un estudioso de los números. Para él, como para muchos otros investigadores y científicos con menor repercusión pública, los números y sus relaciones son una de las formas más ricas para desarrollar el intelecto y adquirir conocimiento, aunque sea en abstracto. Tal vez por esa razón de peso, los números –sean binarios, enteros, reales o decimales– son una obsesión para Paenza, al mismo nivel que el fútbol o el básquet. No es casualidad, entonces, que en la gacetilla de presentación del nuevo año de Científicos, industria argentina, lo primero que se lee es “Diez barra tres más ocho por siete a la sexta”. ¿De qué se trata? ¿De una nueva fórmula matemática? Nada de eso, o sí: es la fecha (críptica) de estreno del programa producido por El oso producciones, que el 10 de marzo a las 20 por Canal 7 iba a comienza su sexta temporada. Pero, se sabe, las fórmulas matemáticas no siempre son aplicables a la TV local, ya que Científicos..., en realidad, comenzará el lunes próximo, a las 20.

En el Año Internacional de la Enseñanza de la Ciencia, Científicos... vuelve a tumbar molinos de viento en su compromiso de mostrar con un lenguaje llano, entretenido y codificado los avances de la ciencia, las últimas investigaciones y el espíritu de los investigadores que trabajan a lo largo del país, en la mayoría de los casos sin reconocimiento y mucho menos presupuesto. “El programa no es nuestro, sino de la comunidad científica argentina, que lo abrazó como propio, lo siente propio, y es hincha de él. Esperan que vayamos con las cámaras, cooperan con el producto, nos enseñan a divulgar y promover lo que se hace en el país. Y cuando digo el país, lo digo con orgullo. Dimos vuelta la Argentina dos veces tratando de exhibir lo que se hace y se produce en materia de ciencia. Lo que no hicimos fue porque no tuvimos más tiempo o por nuestra propia impericia”, comenta Paenza, que llevó la ciencia y la matemática a los hogares, no sólo a través del programa sino mediante la saga Matemática... ¿estás ahí?, cuyas tres entregas se convirtieron en best seller en el país.

Además de continuar con las clásicas secciones (“Invasiones”, “Ciencia y ficción”, “Universos ocultos”, “Mirando al cielo”, “Sabías qué?” y los acertijos), el ciclo 2008 contará con la participación de nuevos columnistas: Alberto Kornblihtt, uno de los biólogos moleculares más reconocidos del mundo, explicará los secretos del ADN, y Carolina Vera, doctora en Ciencias de la Atmósfera, estudiará el inquietante panorama que propone el cambio climático. Se sumarán a Fernando Boro, que continuará abordando detalles poco conocidos de los hechos más destacados de la humanidad, Sebastián Apesteguía y el estudio de los dinosaurios, Galo Soler Illia y su obsesión por los mundo pequeños y Mariano Ribas en su inquietud por el espacio y la astronomía.

–¿Pensaba cuando comenzó con este proyecto que un programa sobre ciencia podía mantenerse seis años al aire de la competitiva TV argentina e incluso haber tenido una escala en la TV comercial (Telefé)?

–No, no sólo no lo pensaba sino que nunca me imaginé que un proyecto de estas características pudiera transformarse en el programa de mayor duración en el que trabajé en mi carrera, salvo Fútbol de Primera. Es decir: empecé a trabajar en televisión en febrero de 1972 (hace 36 años), y ningún programa que hice superó los cinco años, ninguno (salvo el fútbol). Pero me haría entonces otra pregunta: ¿cuántos programas en los últimos 30 años superaron el lustro de vida? Lo que también queda claro es que el compromiso que establecimos con Claudio Martínez (el productor general del programa) de que nunca dejaríamos que el rating fuera un factor (ni en Canal 7 ni en Telefé), se cumplió. Ni en nuestros dos primeros años en el 7, ni los siguientes dos en Telefé, ni el pasado y el presente otra vez en el 7, el rating fue un factor. Todos nos han dejado trabajar con comodidad y nos ayudaron y estimularon de distinta forma.

–¿Por qué cree que el programa se mantiene en el aire?

–Porque el país necesita tener no sólo uno, sino varios programas como éste. Desde ya que el canal público, que la televisión pública tiene que tener uno, pero debería ser un compromiso de todos los otros también. Así como hay un lugar para el entretenimiento y la información, no puede no haber uno para la formación. Creo que esto se está esparciendo como idea dentro de los canales, y en un futuro no muy lejano intuyo que todos los canales de aire del país tendrán un ciclo parecido.

–¿Que Canal 7 apueste nuevamente al ciclo de difusión científica en su programación responde a un hecho aislado o forma parte de una política estatal integral?

–Me parece que no sólo no es un hecho aislado sino que muestra que hay un proyecto, que no había antes o no estaba tan claro. Hubo siempre esfuerzos e intentos individuales, pero sonaba más a “un compromiso” que a una real convicción. Así como en su momento Claudio Villarruel y Bernarda Llorente apostaron en Telefé, desde que llegó la nueva administración a la televisión pública, con Rosario Lufrano y Martín Bonavetti, está claro que hay una idea, un objetivo y una propuesta de televisión pública. Les he manifestado reiteradamente a ellos dos que cuentan conmigo para lo que nosotros podamos hacer o aportar. Más aún: me siento muy orgulloso de participar de este proyecto. No quiero omitir la importancia que tuvieron en esto el ex ministro Filmus y también Tristán Bauer. La aparición en la escena televisiva del canal Encuentro va en la misma línea y muestra que “no- sotros también podemos”.

–¿Cree que el programa y los diferentes libros suyos rompieron con el prejuicio social y político acerca de que la ciencia es una rama destinada a que la entiendan sólo un grupo de aburridos nerds?

–Igual que antes, cualquier respuesta que intente dar a esa pregunta me hace sentir arrogante. En todo caso, programas como Científicos... y los libros, no sólo como los míos, sino todos los de la colección Ciencia que Ladra, no existieron antes porque no estaban dadas las condiciones. De hecho, yo podría haber escrito los tres libros hace veinte años. No lo hice porque ni yo estaba en condiciones (aunque tenía los temas que ya enseñaba en la facultad) ni nadie los reclamaba desde ningún sector. Es algo así como que hubo un tiempo de maduración.

–¿Siente que la sociedad y los medios finalmente comprendieron la necesidad y el atractivo de difundir la ciencia?

–Lo que va a pasar ahora será que habrá más y mejores programas, más y mejores libros. A eso tenemos que apuntar: a darle lugar a la gente más joven, con creatividad, con ideas, y a ellos hay que darles las oportunidades que no tienen. No sólo recurrir a las personas conocidas.

–¿Qué le parecen los canales científicos que existen en la TV por cable (NatGeo, Discovery, etcétera)? ¿Favorecen el acercamiento del público no académico a la ciencia o, por el contrario, lo alejan?

–Sí. No estoy en la Argentina la mayor parte del año, pero creo que cuantas más fuentes de información y formación haya, mejor. Todo lo que permita que una persona tome decisiones más educadas en su vida, que tenga mayor información, que pueda elegir mejor, que entienda de sus derechos, que los sepa defender, que pueda satisfacer sus curiosidades, que lo estimulen a descubrirlas, es mejor. Es siempre mejor saber que no saber. Lo que hay que hacer es romper con el mito de la ciencia como algo sólo accesible para un grupo de privilegiados elegidos. La ciencia es y debe ser para todos, sin distinciones de ningún tipo. El compromiso del Estado tiene que ser ése. Hay muchas formas de ignorancia, no sólo la de aquel que no sabe leer ni escribir.

–¿Cómo se desarrolla la difusión científica en los medios de Estados Unidos?

–Parecido a como se hace en la Argentina. Posiblemente, como hay mucha más gente, hay también muchas más posibilidades económicas (resentidas en el último tiempo), pero finalmente hay más posibilidades. Pero tampoco veo una gran diferencia en cuanto al acceso del público en general. Pero así como en nuestro país, hay algunos gigantes que se están despertando. Y eso es muy bueno.

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