Hernán Lucero es un cantor de tango que se cuenta entre los destacados del panorama actual del género. Su marca personal es la de la canción criolla, con un estilo que viene ajustando desde su trabajo con Bardos Cadeneros, allá por comienzos del siglo. Desde ese territorio que dice que lo define, y que tan bien transita, ha plasmado su nuevo disco solista, el meritorio Tangos y canciones criollas. Allí bucea en esas canciones a las que nombra el título, de orígenes y épocas diversos, y también presenta obras propias en colaboración con poetas como Enrique Estrázulas, Raimundo Rosales y Tute, con quien compartió íntegramente su disco anterior. Lucero presenta este trabajo hoy a las 21.30 en Los 36 Billares (Av. de Mayo 1265), en un ciclo que continuará los viernes 9 y 16 de noviembre, con invitados como Juan Falú, Hilda Herrera, Florencia Bernales, Pablo Fraguela, las guitarras de Carlos Juárez, Cardenal Domínguez, Chino Laborde, Juan Pablo Gallardo y Max Aguirre, conocido por su trabajo de ilustrador (y a cargo de la gráfica de este disco), pero que despunta como cantor, por el momento aficionado.
En el disco, Lucero suena bien acompañado por nombres destacados tanto del tango como del folklore: un conjunto de guitarras dirigido por Hernán Reinaudo (quien también estuvo a cargo de los arreglos), el cuarteto de Nicolás Ledesma, el pianista Pablo Fraguela, y con Falú, Herrera y Bernales de invitados. “Yo entiendo al tango como una música criolla más: como una música criolla de Buenos Aires”, comienza definiendo el cantor en diálogo con Página/12, ante la consulta por el repertorio, los autores y laderos elegidos. “Escuché por primera vez a Gardel en la casa de mi abuela sanjuanina: tengo la imagen de llegar algún verano de vacaciones, con la casa hirviendo por el calor de los veranos de San Juan. Mi abuelo era devoto de Gardel y de Corsini, así que en el patio cubierto había una foto grande, enmarcada, del Zorzal. Ese fue mi primer acercamiento al tango. Soy un hombre de Buenos Aires, pero que mira al interior. Entonces, para mí es algo absolutamente natural la coincidencia de los dos universos, y considero que para el tango también es natural, porque empieza con Gardel y sus contemporáneos –sumemos a Corsini, a las cancionistas–; ellos hacían tango pero, sobre todo, canciones criollas. Era algo natural. Pensemos además que algunos de los que más lejos llevaron las posibilidades del género, como Salgán, compusieron también folklore a un nivel extraordinario.”
–Pero usted se define como cantor de tangos...
–Por supuesto, eso es lo que soy esencialmente, no me veo cantando un chamamé o una chacarera. Canto la música que tengo más cerca afectiva y geográficamente: la canción criolla de Buenos Aires y algo de música de Cuyo, porque mis padres son de allá.
–Se entiende entonces la inclusión de Juan Falú e Hilda Herrera, tanto con sus temas como invitados. ¿Cómo llegó a estos dos creadores, ubicados en el universo del folklore?
–Hilda es la responsable de que haya grabado mi primer disco: ella me escuchó y fue la que me recomendó en el sello grabador de Bardos Cadeneros, así que le debo en parte estar presentando ya mi sexto disco. A Falú lo conocí personalmente por Florencia (Bernales, su pareja, también cantante), ella conoce muy bien su repertorio y lo canta como pocas.
–¿Cómo trabaja con los letristas contemporáneos? ¿Primero es la letra o la música?
–Casi siempre del mismo modo: primero hago la música, después charlamos con el poeta. Los que saben dicen que es la mejor manera de hacer una canción. En el caso de Tute, se da muy naturalmente, porque somos amigos y esto de escribir tangos empezó en sobremesas interminables, charlando sobre una canción o un autor que va y viene: así empezamos a componer juntos. Estrázulas había escuchado el primer disco de Bardos Cadeneros por un amigo en común, yo había grabado una canción suya con el Quinteto de los Santos, que dirige el guitarrista Alberto de los Santos. Con él trabajamos a la distancia: él desde Montevideo, yo acá.
–¿La canción criolla es entonces una marca personal?
–Sí, creo que no soy sólo un cantor de tango de orquesta, cosa que adoro. Una de las mejores cosas que me pasó en la vida es cantar con la orquesta de Víctor Lavallén (participa en el disco que editará esta formación), pero incluso cuando canto con la orquesta, soy un cantor criollo. Así que sí, ésa es mi marca.
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