Existe cierto parentesco entre la literatura y las alturas. Hay obras llanas y hay obras que marean, obras construidas a ras del suelo y obras donde el aire escasea, obras donde la pelota no dobla. Bailando con los osos, el primer libro de relatos del programador y guionista Fernando Krapp, transcurre a varios metros de altura sobre el nivel del mar y es, por otro lado, uno de esos libros que ofrecen una escalera hacia el comienzo y otra hacia el final; puentes, acondicionadores para graduar la temperatura entre el mundo cotidiano y la cápsula literaria que no deja de ser, en el fondo, otro mundo posible.
La escalera inicial es la bellĂsima frase de Madame Bovary que sirve como epĂgrafe al libro: “la palabra humana es como un caldero cascado en el que tocamos melodĂas para hacer bailar a los osos, cuando quisiĂ©ramos conmover a las estrellas”. El desvĂo, el malentendido inicial del lenguaje y, de nuevo, las alturas. La escalera final, el gradual descenso al mundo ordinario es “Agradecimientos”: Ăşltimo relato del libro o posfacio muy inventivo, depende de cĂłmo se vea, en el que Krapp explica su mito de origen como escritor a partir de una anĂ©cdota en una estaciĂłn de tren, en la cual se encuentra con un genio al mejor estilo Las mil y una noches que le concede un deseo. El problema es que el genio –que, por definiciĂłn son estafadores o vendedores de humo proque ni siquiera ellos pueden controlar el deseo– no entiende, no es capaz de interpretar su pedido.
Relatos de incertidumbre fantástica, como las dudas que surgen ante la vista área de un paisaje visto a ras del piso, Bailando con los osos tiene cuentos importantes como “En un principio”, donde una mujer sumisa pero ardiente de deseo empolla literalmente un hijo; “Pieles”, en que un padre fracasado lleva a su hijo escĂ©ptico a cazar animales que, acaso, no pertenezcan al reino animal; o “La milonga del futuro”, sobre un mediocre buscavidas que, en su afán por contratar a imitadores perfectos de tangueros difuntos, termina generando una tragedia digna de una pelĂcula de zombies. Especialmente apto para quienes temen a las alturas, Bailando con los osos es una Ăłpera prima que consigue producir vĂ©rtigo.
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