Pista libre! Con el consabido fervor, la pujanza, el Ãmpetu futurista que eran caracterÃsticos de la propaganda nazi en los años ’30, el Reich filmó una pelÃcula (con ese tÃtulo pistero) sobre las contrariedades que pasaba una pareja que querÃa hacer un tranquilo dÃa de paseo en su auto. Todo tipo de obstáculos ridÃculos: niños (y ovejas) que cruzan en manadas las calles (y caminos); la barrera ante el lento paso de un tren de carga; una goma pinchada. Adolf Hitler traÃa la solución: la autopista. "Que los baches empiecen allà donde Alemania termina", arengaba. ¡Pista libre! era uno de esos entusiastas esfuerzos del régimen para convencer al pueblo de que la autopista no era una locura destinada a unos pocos (tener un auto todavÃa era un lujo) sino un proyecto monumental, pero con un ojo firme en la vida cotidiana de un futuro más o menos inmediato. Lo cierto es que la construcción de la Reichsautobahn, la carretera del Reich, fue otra cosa y mucho más que todo eso: sus múltiples connotaciones –contextualizadas y analizadas a través de un profuso material de archivo– son el centro de La autopista del Reich (1986), del documentalista alemán Hartmut Bitomsky (Bremen, 1942), que estará los próximos dÃas en Buenos Aires presentando ocho de sus pelÃculas en el marco de la séptima edición del foro de producción documental DocBsAs.
En La autopista del Reich, Bitomsky (actual director de la Academia de Cine y Televisión de BerlÃn) traza el origen y el destino del elefantiásico proyecto del Reich iniciado en 1933, hilvanando con una voz en off un relato que reconstruye significados polÃticos, económicos, culturales. Al principio vemos las imágenes del Führer dando unas simbólicas e inaugurales paladas de tierra, tan esforzadas que deberÃan ser vistas, se nos dice, como mucho más que un "mero gesto". "La economÃa alemana se basa en el trabajo, no en el dinero", argumentaba el régimen. Bitomsky monta las poderosas imágenes de la época que registran a los obreros trabajando en la construcción. Y su montaje tiene un brutal poder de sugestión –es la economÃa germana en movimiento–; pero la voz en off explica simultáneamente la obra en su dimensión más auténtica: la de una operación de salvataje en un paÃs hundido en el desempleo. Film histórico, La autopista del Reich también presenta a un personaje central pero quizá poco conocido –el ingeniero Todt, designado coordinador de las carreteras públicas ese mismo año, fallecido en un accidente aéreo cuando se dirigÃa al encuentro del Führer– y anticipa, en un breve capÃtulo, un film posterior de Bitomsky que también podrá verse en el DocBsAs: El complejo Volkswagen, la historia del escarabajo, el automóvil pensado "para el pueblo", para la familia alemana, y para los miles de kilómetros de autopista que ya estaban en marcha.
A pesar de que buena parte de la materia prima de sus documentales es el material de archivo, Bitomsky imprime una marca fuertemente personal a sus pelÃculas, apropiándose de esas imágenes encontradas, reordenándolas y proporcionándoles un sentido o varios sentidos posibles para el espectador contemporáneo. "En mi trabajo debo preocuparme por cómo tratar con las imágenes de archivo", explicó él mismo en una entrevista. "Cuando uno dirige un documental, ese material se convierte en algo propio: uno debe lidiar con lo que dicen esas imágenes por sà mismas. Es como poner varias citas ajenas una al lado de la otra, en un nuevo contexto tienen una fuerza y una vida renovadas que les permite hablar incluso después de cien años. Una cita puede decir algo que quizá no podÃa decir en su contexto original." Bitomsky hace hablar de maneras nuevas a materiales viejos: lo hace con los fragmentos de ¡Pista libre!, asà como con el resto del fÃlmico y las fotografÃas utilizadas en La autopista del Reich y en El complejo VW, y también en una serie de documentales cuyo objeto de estudio es el cine mismo (de los cuales se verán Imágenes de Alemania, de 1983, sobre la propaganda nacionalista desde el fin de Weimar y hasta la caÃda del nazismo; El cine y la muerte, de 1988; El cine y el viento y la fotografÃa, de 1991 y La UFA, de 1992). Bitomsky se obsesiona no sólo con el nazismo sino con otros proyectos megalómanos propuestos en su momento como grandes avanzadas nacionalistas: asà lo hace en B-52 (2001), su estudio sobre la Guerra FrÃa centrado en uno "de sus mayores emblemas industriales": el famoso bombardero, la fortaleza aérea.
Su pelÃcula más reciente también aborda lo desmesurado –la industria, la contaminación, la guerra–, pero a partir de su opuesto: en Polvo (2007), Bitomsky intenta llegar a la esencia material de todas la cosas y de todas las personas, a nuestras partÃculas elementales. Bitomsky filma el polvo, su producción, su recorrido, la incapacidad de hacerlo desaparecer del todo. "Es el sujeto más pequeño –dice– sobre el cual pueda tratar un film."
La séptima edición del DocBsAs tendrá lugar entre el martes 16 y el sábado 27 de octubre en la sala Leopoldo Lugones (Av.Corrientes 1530) . Como todos los años, tendrá lugar un foro latinoamericano de producción con una selección de proyectos de la Argentina, Uruguay, Chile, Paraguay, Bolivia, Perú, Colombia y Ecuador y varios especialistas internacionales como invitados. Los realizadores Hartmut Bitomsky (Alemania) Patricio HenrÃquez (Chile), Ricardo Iscar (España) Pablo Reyero y Fabián Fattore (Argentina) presentarán sus films y dialogarán con el público. La programación puede consultarse en www.teatrosanmartin.com.ar, en www.docbsas.com.ar y www.alianzafrancesa.org.ar
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